Dedicado a romper con los viejos esquemas
Esta no es la primera vez que el nombre de Nelson Rosario Rodríguez aparecerá en una papeleta en el escenario político de San Juan
Esta no es la primera vez que el nombre de Nelson Rosario Rodríguez aparecerá en una papeleta en el escenario político de San Juan. Es, sin embargo, su primera incursión en lo que es hacer campaña; llevar su mensaje a los electores. Y, a diferencia de hace 16 años, en esta ocasión está convencido de que va a ganar.
"Me veo ocho o 12 años como alcalde de San Juan", expresó.
En 2004, cuando aspiró a un escaño por el distrito representativo 5 bajo el Partido Acción Civil (PAC), se trató de una estrategia para ampliar la cantidad de colectividades que participan en los procesos electorales de la isla.
"Había que poner una cara en la papeleta", respondió para explicar qué lo llevó a aspirar a ese cargo.
Pensó que obtendría 50 votos, pero recibió 423.
Ahora, bajo la insignia del Partido Dignidad, aspira a dirigir las riendas de la ciudad capital.
Rosario Rodríguez, un abogado de 55 años, padre de cuatro hijos, ha estado ligado por las pasadas dos décadas a luchas atadas a lograr la inscripción de nuevos partidos políticos en la isla. Trabajó con el Partido Democracia Reformista, el PAC, Puertorriqueños por Puerto Rico y, ahora, Proyecto Dignidad. También, asistió a candidatos independientes a puestos electivos. Litigó, en la esfera local y federal, para que se eliminara el requisito de utilizar notarios para recoger endosos para la inscripción de nuevos partidos y para que la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) entregara las listas de electores.
A eso dedicó años de trabajo y miles de dólares de su propio bolsillo.
Su norte, aseguró, siempre ha sido "que se abra la democracia".
"Si hay una democracia que aspira a ser representativa, (los ciudadanos) tienen que elegir a los funcionarios. Y esa es la clave. La clave es la elección para tú poder controlar el gobierno. Si controlas el gobierno, controlas la oficialidad; si controlas la oficialidad, controlas el presupuesto, tienes funcionarios públicos y puedes hacer que tus ideas se conviertan en ley", indicó.
Afirmó que "no tiene miedo de pelear" por sus valores e ideales. Por el contrario, señaló que se nutre de las diferencias.
"Yo estoy en contra de todo esto de ‘politically correct’. Del choque de las ideas, de no estar de acuerdo, de manejar la disidencia es que se logran los mejores acuerdos", dijo. "Así que hace falta que haya muchos partidos", señaló.
El segundo de dos hermanos, Rosario Rodríguez nació en la zona de Vista Hermosa, en San Juan. Su familia se mudó varias veces, así que también vivió en Cupey y Puerto Nuevo. Recorrer los rincones del municipio a lo largo de su vida le ha permitido conocer, de primera mano, los problemas que hay en cada comunidad, apuntó.
"San Juan tiene el Viejo San Juan, pero también tiene Morcelo, tiene Las Curías, tiene las playas. Tiene mucha pobreza, que se puede resolver, o se puede aminorar... San Juan es una maravilla. Es importante que se tome en consideración que San Juan es su gente. Si su gente está bien, San Juan está bien. San Juan es la tierra de las oportunidades", expresó.
La afirmación parece basarse en su historia familiar.
Sus padres se mudaron a San Juan a principio de la década de 1960 y él ha vivido toda su vida en la zona metropolitana. Su padre siempre fue comerciante y Rosario Rodríguez estuvo involucrado de alguna manera en el negocio familiar. Empezó apostado en la entrada, anunciando cuando alguien entraba a comprar.
En cuanto aprendió "a dar cambio", comenzó a ser el cajero del negocio. A esa edad, se creía el jefe del lugar, bromeó.
"Desde chiquito yo daba órdenes, o me creía que daba órdenes, a gente mayor", recordó.
Su carrera hacia el Derecho inició como un sueño de su madre.
"Las madres tienen mucha influencia sobre los varones... y ella me insistía que estudiara Derecho", señaló.
Rosario Rodríguez quería ser comerciante, como su padre, pero un día, mientras manejaba de camino a la universidad, comenzó a pensar sobre su vida después del bachillerato.
"Estudié Economía, ¿en que yo tengo ventaja? ¿Qué voy a hacer? Pensé en Adam Smith, (en el concepto de) ventaja absoluta y ventaja relativa, y decía, bueno -era un chamaquito, 22 años- soy más listo que la mayor parte de la gente que yo conozco y la gente me hace caso. Yo hablo y la gente me hace caso, así que yo puedo estudiar (para ser) abogado. Vamos a hacerle caso a mami", relató sobre ese momento.
Se graduó de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico y ha ejercido la abogacía desde entonces. Ni siquiera ha hecho una pausa en su práctica por la campaña política.
Por momentos, Rosario Rodríguez se describe a sí mismo como "un ratón de biblioteca", puntilloso en su trabajo al borde de casi ser un "workaholic".
Define a su familia como la razón por lo cual vive. "Como dice César (Vázquez), la familia es a quien tu recurres en los momentos de vulnerabilidad", indicó.
De sus cuatro hijos, el mayor, de 23 años, lo ayuda en la campaña electoral y maneja sus redes sociales. A su esposa y los demás hijos -de 21, 17 y 11 años-, prefiere mantenerlos fuera del ruedo político.
"No me molesta que me critiquen, que me digan lo que me tengan que decir, pero aparte de eso es bueno llegar a la casa y hablar de otra cosa. ‘Hay que ir a hacer compra’... Eso te pega a la tierra", indicó.
Refutó la noción que se tiene del Proyecto Dignidad como una colectividad religiosa. Rosario Rodríguez prefiere definirlo como un partido "puramente liberal", basado en la definición de liberalismo clásico incoado en el siglo 19, que cree en un gobierno pequeño que tiene mínima injerencia en la vida de los individuos.
De hecho, reconoció que no se considera una persona religiosa, sino espiritual.
"Yo no me congrego mucho, yo tengo mi relación con Dios. Es muy importante mi relación con Dios, es parte de mi esencia como persona...", puntualizó.