Mirada a la narcoeconomía en Puerto Rico
Uno de los temas de mayor impacto en la vida colectiva de los puertorriqueños pero que menos se ha estudiado, es el efecto del narcotráfico en la economía y en la sociedad en general
Uno de los temas de mayor impacto en la vida colectiva de los puertorriqueños pero que menos se ha estudiado, es el efecto del narcotráfico en la economía y en la sociedad en general. Quizás porque es un tema tabú o por la negación del estado y de la misma sociedad, no se ha querido mirar la manera en que la llamada narcoeconomía emerge como una importante industria en la isla a nivel económico.
Entre los científicos sociales aparenta haber un consenso de que existe una estrecha correlación entre el colapso del sistema educativo público, el deterioro del tejido social y el ascenso del narcotráfico como opción laboral para miles de jóvenes atraídos por la alta remuneración de este oscuro mundo.
Los acercamientos analíticos han estado enfocados desde el ángulo de la llamada economía subterránea, pero desde el enfoque salubrista se ha hecho muy poco para detener el consumo de drogas en la sociedad puertorriqueña. La demanda por todos los tipos de drogas asegura que haya oferta, lo que crea un sistema de importación, distribución y consumo. Al final terminamos con una lucrativa industria a la que ya nos podemos referir como la narcoeconomía, por su impacto y penetración en la actividad económica formal.
Alto el impacto económico de las drogas
Según un informe de las Organización de Estados Americanos (OEA) titulado "El problema de las Drogas en América", el ingreso anual proveniente del narcotráfico asciende a $150,000 millones. A nivel global, un estudio del 2005, titulado "La economía del narcotráfico y su dinámica en América Latina" (2005), indicaba que a nivel global el narcotráfico generaba $320,000 anualmente, siendo el mercado ilegal más rentable, seguido por la trata humana, que generaba $31,600 millones anuales.
Destaca el informe de la OEA, que el hemisferio americano es uno de los líderes en el mercado global de narcóticos, y dentro de este, el mercado al detal de la cocaína tiene un valor anual de $34,000 millones, se estima que el mercado global de este producto es de $85,000 millones anuales. Los Estados Unidos (EE.UU.) lidera el consumo de todo tipo de narcóticos, toda vez que el 30.8% de la población consume cocaína y un 40.8% consume opioides. Sin embargo, la tendencia en EE.UU. ha ido a la baja. En la década de los noventa, Estados Unidos representaba el 70% del total del consumo mundial, mientras que en el 2009 este consumo bajó al 30.8% aproximadamente.
La narcoeconomía crece junto a la economía subterránea
En Puerto Rico la situación representa un gran reto. De cara a la implementación del Impuesto de Venta y Uso (IVU), en el 2006, el gobierno de Puerto Rico realizó un estudio que valoró la llamada economía subterránea en $10,000 millones. Eventualmente, un reporte económico presentado ante el Senado federal por los economistas Arthur McEwan y Thomas Hexner indicaba que la economía informal ascendía a $25,000 millones. Información a la que tuve acceso mientras laboraba en el gobierno, ubicaba la llamada economía subterránea criminal (drogas, lavado dinero, y otras actividades delictivas) entre un 35% y 40% del total de la actividad económica informal.
Esto implicaría que el valor anual de las actividades asociadas al narcotráfico oscila entre $8,750 y $10,000 millones anuales. Al agregar otras actividades como el tráfico de armas ilegales, y el lavado de dinero, esta industria económica de carácter criminal se perfila como un componente de alta relevancia macroeconómica.
Esta actividad se traduce en efectos hacia otros sectores económicos de la economía formal, que explican los altos patrones de consumo y otras dinámicas comerciales. Sus altos costos sociales como el incremento en los niveles de criminalidad y otros costos, debe obligar una profunda reflexión de las políticas públicas adoptadas y una acción del estado para detener el avance de esta industria.