"La carpintería de las iglesias de Chiloé aún guarda secretos"
Durante toda su vida, Lorenzo Berg, profesor de la Universidad de Chile, ha estudiado y preservado las capillas chilotas. Hoy recoge en un libro su investigación de décadas. Aborda desde las influencias culturales en los templos, hasta sus fases constructivas y las maderas en que se levantaron.
Aunque su silueta característica se fue configurando a través delos siglos, cada iglesia chilota tiene rasgos propios. Allí están las dos grandes estrellas celestes en el frontis del templo de Tenaún. O la iglesia de Aldachildo en la isla Lemuy, a pasos del mar, con sus esbeltas columnas interiores que se arreglan con ramas de avellanos para las fiestas. Y el templo de San Juan, que se divisa desde lo alto, junto a las armazones curvas de los barcos de madera que aún se elaboran en sus cercanías.
Este es el universo que sintetiza el libro "Iglesias de Chiloé. Historia sobre la construcción de un patrimonio de la humanidad", de los arquitectos y profesores Lorenzo Berg y Gian Piero Cherubini (fallecido en 2019). No se trata de una publicación con imágenes de postal, sino de un libro claro y contundente sobre la historia y el proceso constructivo de los templos de Chiloé. Esos cientos de iglesias y capillas -en pueblos, villorrios o solitarias en el campo- sembradas en el archipiélago.
Lorenzo Berg fue fundador y director de la Fundación Cultural Iglesias de Chiloé, junto a figuras como el recordado arquitecto Hernán Montecinos. Berg dirigió obras de reparación y restauración de 15 de estas capillas y corredactó el expediente de postulación a la Unesco, que resultó en la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad. Profesor de la Universidad de Chile y doctorado en la Politécnica de Madrid, el arquitecto compartió con "Artes y Letras" su mirada a este valioso patrimonio chileno, testimonio de siglos de fe y cultura.
-Tras tantos años investigando y trabajando en los templos chilotes, ¿tiene alguna iglesia "regalona"?
"Difícil pregunta (sonríe). Hay varias, pero tal vez diría que las de Colo y Nercón: las dos tienen un sello particular, impreso por sus lugareños. La iglesia de Nercón fue construida por carpinteros de ahí, siguiendo como modelo la de Castro (no la actual, sino la anterior). Esta capilla sobresale por sus proporciones menos estilizadas en su torre -que la hacen verse más maciza- y el interior con una imitación de mármol en las columnas, que le da un ambiente más luminoso que lo habitual. Posee preciosos retablos y altares de gran calidad, igual que las imágenes que aloja. También es hermoso el jardín que mantiene la comunidad y su cementerio".
"En el caso de Colo, es una capilla aislada en medio de las lomas siempre verdes típicas de Chiloé, ahí vivió parte de sus últimos años el padre Mariano Puga. Tiene unos aleros únicos que asemejan el inicio de un nuevo arco y parecen 'alitas'. El interior tiene barquitos colgados, que son ofrendas para los navegantes. Las imágenes y mobiliario, como los confesionarios, tienen una particular expresión, dada por los artesanos locales".
Mitos y verdades
-¿Cuáles diría son los principales mitos que se repiten sobre los templos chilotes?
"El primero de los mitos es que muchos creen que los templos se hicieron en el tiempo de los jesuitas, quienes fueron expulsados de América en 1767. Salvo la iglesia de Achao, el resto de las capillas que vemos hoy se hicieron a partir de 1850, en la época de los franciscanos. Este libro muestra que son los franciscanos italianos, llegados en 1837 a Chiloé, los que fijan la tipología chilota, con la iglesia matriz de Castro (no la actual), que levantan en 1857. Esta sirve de modelo para las que construirán los chilotes".
- ¿Hay otros mitos?
"Otro mito señala que todas las capillas -y no solo algunas- fueron ejecutadas sin clavos en sus estructuras, en base a ensambles y tarugos. Pero esta técnica se mantuvo hasta cerca de 1920, cuando los clavos metálicos fueron más accesibles. También se repite que la iglesia de Castro actual, diseñada por el arquitecto italiano Eduardo Provasoli, se habría pensado en mampostería y que los chilotes la tradujeron en madera. Es erróneo, ya que existen los planos de Provasoli para el diseño en madera".
- Esta "escuela constructiva" conjugaría cuatro vertientes culturales.
"Hay dos vertientes que surgen de contactos culturales. Es la vertiente de los misioneros jesuitas, durante la Colonia, y de los franciscanos, en la formación de la República. Otra se genera a través del contacto de los colonos alemanes en la zona. Pero la vertiente más desconocida es la interna: el diseño y carpintería local, que aún guarda secretos por descubrir. Si bien no funcionó como escuela formal ni con gremios o asociaciones, fue conducida y transmitida por artífices chilotes".
-¿Se conocen sus nombres?
"Es el caso de Agustín Guaiquío, carpintero de la zona de San Juan/Calen. Personas como él fueron capaces no solo de levantar grandes edificios de madera, sino de crear nuevos modelos, con su ingenio y gracias a las técnicas y conocimientos adquiridos. Hay incluso un plano de él, el único del que se tiene registro, que muestra la utilización de las piezas de madera en sus largos nominales en varas y las medidas en que aserraban, para así aprovecharlas al máximo".
La carpintería isleña
Junto a Gustavo Boldrini, Berg fundó en Chiloé una "escuela de carpinteros", que buscó perpetuar la práctica y conocimientos de los artífices de estas iglesias, 16 de las cuales son hoy Patrimonio de la Humanidad.
-¿Podría hacer una síntesis de este acervo local?
"Un punto importante es que en la isla se formaron equipos de expertos en capillas, que levantan muchos templos en el archipiélago, por encargo de sacerdotes y comunidades. Es el caso de Guaiquío y de Pedro Barría. La particularidad es que construyen por fases determinadas y que mantendrán los principios volumétricos de una cierta tipología arquitectónica, con nave y torre. Además, todos los planos de construcción exteriores (superficie de los muros) son verticales o diagonales, de manera que el agua escurra rápidamente al terreno. Y evitan al máximo las limahoyas (encuentros de techos donde se deben poner canaletas), que pueden ser el talón de Aquiles de estos edificios".
"También incorporan sistemas de uniones propios (sin introducir clavos), que se agregan al repertorio traído de Europa. Y por supuesto, lo más importante: el trabajo de la madera, desde que es cortada en el bosque. Primero está la elección de la especie arbórea adecuada, según su función. La madera se corta en cierta época del año y de luna, y luego es secada en forma natural. Finalmente, está la aplicación de todo el arte de la carpintería, desde la obra gruesa hasta las terminaciones".
-¿Qué madera usaban?
"En fundaciones de pisos usan ciprés y lumas, que son firmes y resistentes a la humedad. Para las estructuras se recurre al ciprés, coigüe y ulmo. Para tejuelas de cubiertas y muros exteriores, se emplea ciprés y alerce, que son coníferas con alta duración al contacto con el agua. Para revestimientos interiores está el olivillo y raulí, que son dúctiles; también el mañío en puertas y ventanas, además de otras especies. En mobiliarios e imágenes, el ciruelillo es más blando para trabajar los tallados".
- Hay un análisis profundo del sistema constructivo en el libro.
"Lo que más investigué fue la forma y procedimiento constructivo de las iglesias. Se puede decir que la estructura de la nave, pero especialmente de la torre, está pensada casi como una estructura de andamios, lo que facilita su ejecución. También se fue perfeccionando el procedimiento de armado. Elementos como pilares y piezas verticales eran preparados previamente a su inserción en las vigas o piezas horizontales, era una especie de 'prearmado' que facilitaba la construcción, para así cubrirla rápidamente y protegerla de la lluvia. Se confirmó que la torre y nave se hacen en forma independiente estructuralmente e incluso desfasadas en el tiempo, así como el uso de las maderas en largos de varas".
La fragilidad
- Estas capillas son frágiles y sufren con las lluvias. ¿Tienen una vida útil? ¿O es un patrimonio que se debe preservar, a toda costa, para el futuro?
"Con tanta lluvia y humedad (cerca de 2.000 milímetros de agua al año), más los fuertes vientos y los sismos, no es fácil mantener estas obras en el tiempo, en especial por su volumen y altura. Pero como cualquier edificio, si está bien diseñado, construido y mantenido, no debiera tener problemas para su preservación. Ejemplo es la iglesia de Achao, cuyas naves (no la torre) son de 1750. Es decir, va para los tres siglos de existencia, es el edificio en uso más antiguo de todo el sur de Chile y es en madera. Su estructura exterior perimetral es de la época jesuita y está en muy buen estado, lo que se ha logrado al ir cambiando las tejuelas que la cubren en períodos de sobre 70 años".
"Las iglesias de Chiloé lo que requieren es mantención permanente, limpieza y evitar apozamientos o ingresos de agua. Esto es lo que, a veces, las comunidades no logran realizar solas, incluso las más activas de ellas. Necesitamos preservar al menos las más valiosas de ellas, como las declaradas Patrimonio de la Humanidad, que son 16, mientras las comunidades locales también así lo consideren".
- ¿Hay alguna iglesia chilota por la que tema especialmente?
"La iglesia de Caguach, donde se celebra la fiesta del Nazareno, está en mal estado y se encuentra hoy con puntales en las naves. Es urgente su reparación integral. También, la capilla de Detif, en isla Lemuy, tiene su torre y otros sectores en mal estado. No hay que olvidarse de estas iglesias.
''Elementos como los pilares eran preparados previamente. Eso facilitaba la construcción, para así cubrirla rápidamente y protegerla de la lluvia".
''Según su función en el edificio (piso, vigas, mobiliario) se elige una especie arbórea que aporta la madera apropiada. El árbol se corta en cierta época del año y de luna".
''Las naves de la iglesia de Achao son de 1750. Y su estructura exterior perimetral está en muy buen estado".
''Carpinteros como Agustín Guaiquío fueron capaces de levantar grandes edificios de madera y también crearon nuevos modelos. Hay incluso un plano de él, el único que se conoce".
La huella de un arquitecto y estudioso del patrimonio sureñoCoautor del libro "Iglesias de Chiloé" fue Gian Piero Cherubini, recordado arquitecto y estudioso del patrimonio austral, quien falleció prematuramente en 2019. Cherubini se tituló como arquitecto en la UC, grado que luego convalidó en la Universidad de Génova, donde realizó su especialización en arquitectura del paisaje. Nieto de un inmigrante italiano, vivió en Ancud hasta los 15 años y luego en Puerto Montt. Gran investigador, realizó con Lorenzo Berg los libros "Ocupación, arquitectura y paisaje, Región de Los Lagos: 15.000 años de historia" (2009) y "La escuela de carpinteros alemanes de Puerto Montt" (2016), ambos de Universitaria.
"Fue un investigador nato, un estudioso acucioso de la arquitectura del sur. Probablemente quedó marcado, en parte, por el padre Gabriel Guarda, quien fue su profesor en la universidad. Su partida ha dejado un gran vacío en la historia de la arquitectura austral de Chile", señala Lorenzo Berg. Alegre, gran conversador y con un excelente humor, el arquitecto y docente dejó una profunda huella entre sus amigos y alumnos. En su recuerdo, el Colegio de Arquitectos de Puerto Montt instituyó un premio de arquitectura patrimonial con su nombre. "Lo echamos mucho de menos", reflexiona Berg.