Logística urbana y su impacto en las ciudades

El movimiento (almacenamiento, despacho, traslado y entrega) de bienes y servicios es fundamental para el funcionamiento efectivo de las ciudades y su economía. ¿Por qué? La logística urbana permite, por un lado, satisfacer las necesidades de las familias. Y por otro, si es planificada adecuadamente, facilita la reducción de costos y emisiones, y a la vez, mejora la competitividad de las empresas y la productividad.
Lo anterior redunda en la calidad de vida de las personas al reducir la congestión del tráfico, el ruido y la contaminación, lo que hace que las urbes sean más habitables y amigables.
Estudios internacionales señalan que una mejor planificación y gestión de la logística urbana tienen potencial de reducir los costos de transporte. Mientras la OCDE concluyó que podrían disminuir entre un 10 y un 30%, la Universidad de California en Berkeley determinó que podrían bajar a la mitad (-50%) y las emisiones de gases de efecto invernadero en 30%.
Lo anterior evidencia que el desarrollo de la logística en zonas urbanas resulta una preocupación cada vez más relevante, tanto para gobiernos como empresas. Sobre todo, cuando en los últimos años hemos visto cambios importantes en las lógicas de consumo, con un aumento en el comercio electrónico; preferencia por compras frecuentes y entrega inmediata; creciente demanda de productos frescos, y reducción del uso de plásticos. A esto se suman desafíos normativos, laborales y de sostenibilidad.
Mientras, las ciudades están recurriendo a soluciones innovadoras para mejorar la industria logística. Por ejemplo, el uso de microcentros de distribución que permiten a las empresas realizar entregas a pie o en bicicleta; casilleros en puntos estratégicos, donde consumidores pueden recoger sus paquetes en lugar de recibirlos en sus hogares; la colaboración entre compañías para compartir espacio y recursos de almacenamiento y entrega; el reparto en bicicletas eléctricas, scooters y vehículos eléctricos, y el uso de algoritmos y tecnología de optimización de rutas para planificar las entregas de manera más eficiente.
En este escenario tan dinámico, desde el Programa de Desarrollo Logístico, del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT), estamos diseñando acciones enfocadas a la gestión de la infraestructura para estacionamiento y descarga de los vehículos de abastecimiento y a la incorporación de energías limpias en ellos. Esto dará lugar, en primera instancia, al desarrollo de experiencias piloto en diferentes ciudades del país, lo que permitirá levantar información sobre factibilidad de implementación y beneficios sobre usuarios directos e indirectos. En paralelo, estamos definiendo los lineamientos para abordar esta área de la logística, basados en las mejores prácticas de la experiencia comparada, como parte de una nueva política.
A través de la Comisión Nacional para el Desarrollo Logístico (Conalog), presidida por el MTT, estamos coordinando acciones de alto nivel entre diferentes actores públicos en el transporte de carga. Desde esta plataforma, seguimos impulsando importantes proyectos portuarios y ferroviarios nacionales, y una política que integre el accionar público en la materia. La última milla y la logística urbana sostenible es un tema al mismo nivel y, en consecuencia, buscaremos continuar fomentando como línea de trabajo para este 2023.