Sábado, 21 de Junio de 2025

El genio de la industria automotriz que se convirtió en una celebridad, pero terminó destruido por su ambición

ArgentinaLa Nación, Argentina 25 de enero de 2024

John DeLorean con el auto al que bautizó con su nombre y con el que pensaba revolucionar el mercado Pocos ejecutivos escalaron tan rápido hasta la cima del éxito como John DeLorean; pero pocos fueron también los que cayeron tan estrepitosamente

John DeLorean con el auto al que bautizó con su nombre y con el que pensaba revolucionar el mercado



Pocos ejecutivos escalaron tan rápido hasta la cima del éxito como John DeLorean; pero pocos fueron también los que cayeron tan estrepitosamente. Tuvo siete años arrolladores en la automotriz más grande del mundo , se convirtió en el fabricante de autos más famoso del momento y revolucionó a la industria al dar un portazo y volcarse a la creación de un vehículo futurista, pero su proyecto nunca despegó, su empresa quebró y él terminó arruinado.

John Zachary DeLorean, tal su nombre completo, nació el 6 de enero de 1925, en un gueto de Detroit. Era hijo de inmigrantes rumanos que, como tantos otros, llegaron a la Isla Ellis, pero en lugar de quedarse en Nueva York decidieron afincarse en la Silicon Valley de la época , donde además había una gran comunidad rumana.

Tuvo una infancia marcada por las privaciones y los maltratos, algo que lo seguiría corroyendo en su interior de por vida. Su madre y su padre no se llevaban bien, por lo que era habitual que en cada pelea ella tomara a sus hijos y se fuera a California . Allí pasaban un tiempo y luego regresaban, como si nada hubiera pasado. Hasta que la historia se volvía a repetir una y otra vez.

Su padre, un alcohólico reboltoso que luego de varias changas consiguió un puesto como fundidor en Ford, le transmitió miedo físico con sus maltratos, pero, también emocional, al ser el antimodelo que hizo crecer en su hijo un profundo pánico a terminar siendo como él . John luchó toda la vida para escapar de esa sombra, pero, pese a que se convirtió en un triunfador millonario y carismático, terminó sus días siendo exactamente lo que temía.

La escritora Gail Sheehy, quien lo entrevistó a principios de los 70 para su libro Passages , profundizó en sus fantasmas y en cómo contrastaba su exitosa imagen exterior con lo que sufría en su interior . "Me dijo que cuando su padre murió dejó a la familia sin nada. Y John estaba sin sentido emocional de amor, de pertenencia ni autoestima. Se notaba por la forma vacilante en que lo contó que sentía mucho dolor. Hubo muchas pérdidas. Había una sensación de no ser nada ni nadie, solo una especie de niño desechable del gueto ", relató en la docuserie John DeLorean: Mito y magnate , que se emite por Netflix.

Contra todos los obstáculos, DeLorean se empeñó en torcer su destino. Luego de una interrupción por su reclutamiento en el ejército estadounidense en la Segunda Guerra Mundial, continuó sus estudios y en 1948 obtuvo la licenciatura en ingeniería mecánica, en el Lawrence Institute Technology, a lo que en 1952 sumó una maestría en ingeniería automotriz, en Chrysler Institute . También sumó a su currículum una media maestría en administración de empresas, en la Universidad de Michigan. John DeLorean posando arriba de su creación, un auto que buscaba ser veloz, glamuroso y amigable con el medio ambiente

Según consta en los datos que aportó GM Heritage a LA NACION , ingresó en General Motors en 1956, como director de ingeniería avanzada para la división Pontiac , después de ocho años de experiencia en la ingeniería de Chrysler y en la empresa Packard Motor, donde fue director de investigación y desarrollo. "Fue promovido a asistente jefe de ingeniería de Pontiac en 1959 y nombrado jefe de ingenieros en 1961, convirtiéndose en director general en 1965. En esos puestos ayudó a Pontiac a alcanzar y asegurar la posición número tres en ventas en la industria ″, se detalló desde GM.

DeLorean estaba en el centro de la industria automotriz y había ingresado a trabajar en la que en ese momento era la fabricante de autos más grande del mundo, General Motors. "Era un chico corporativo de los años 50. Y cuando las cosas cambiaron en los 60, se reveló contra eso", comentó el escritor y periodista Patrick Jake O´Rourke, en el documental mencionado.

Fue al frente de Pontiac cuando leyó el mercado como nadie y delineó una estrategia imbatible. DeLorean pensaba que quienes conducían los autos emocionantes eran los chicos de Wall Street que no sabían conducir, mientras que los jóvenes que sí sabían manejarlos y disfrutarlos no podían pagarlos. Entonces concluyó que ahí había un mercado y tuvo una idea brillante. Dijo: "Tomemos nuestro auto más barato y pongámosle el motor más grande".

Fue así como creó el Pontiac GTO, un auto que no era maravilloso pero sí increíblemente rápido. Con este vehículo DeLorean fue quien mejor entendió la cultura juvenil del momento y lo aprovechó para generar una explosión de ventas . "Fue ahí donde rompió el camino, asociando estos autos con las carreras y el estilo de la costa oeste", cuenta en el documental citado Helil Levin, periodista y autor del libro Grand Delusions: The Cosmic Career of John De Lorean (sin traducción al español).

Con esta estrategia General Motors logró récords de ventas y de ganancias. El premio para DeLorean por ser el padre de la idea fue convertirlo en ejecutivo del grupo a cargo de las operaciones de autos y camionetas de la compañía. No estaba nada mal, si se tiene en cuenta que esa división representaba el 92% de la ganancia todal de la empresa.

Un avance arrollador

Su avance se tornó vertiginoso. En 1969 fue nombrado gerente general de Chevrolet Motor Division. Fue el jefe más joven de Chevrolet en los 60 años de vida que tenía General Motors en ese momento, al igual que había sido el vicepresidente más joven cuando en 1965 se le otorgó ese puesto. No solo eso, también fue designado miembro del Comité de Administración de la Corporación.

Todo lo que tocaba lo transformaba en un éxito, por lo que no extraña que, según consta en el informe de Heritage GM, fuera además miembro de cinco de los principales grupos políticos de la corporación: marketing, ingeniería, investigación, relaciones industriales y relaciones públicas, y administración y desarrollo de personal. " Bajo el liderazgo de DeLorean en 1971 Chevrolet se convirtió en el primer fabricante individual en vender más de 3 millones de automóviles y camionetas en un solo año ", se destacó.

Tenía poco más de 45 años y estaba en la cima del éxito. Pronto su hábitat pasó a ser California. Fue ahí cuando se obsesionó por su figura y emprendió una transformación física impresionante, que incluyó una cirugía estética para alargar su mandíbula, running por la playa y mucho gimnasio . Hacía ya un tiempo que se había convertido en un rockstar, se había dejado el pelo largo y se lo había empezado a teñir de negro.

Comenzó a moverse como pez en el agua dentro del ambiente de Hollywood, con apariciones en medios dignas de un actor de cine. Además, luego de salir con la actriz suiza Ursula Andress, la exchica Bond que se convirtió en sex simbol de los 60, y otras bellezas de hollywoodenses, se casó con Cristina Ferrare, una modelo y actriz 25 años menor que él. Con ella tendría a sus dos hijos, Kathryn y Zachary. John DeLorean con su esposa, Cristina Ferrare, una modelo y actriz 25 años menor que él

Aunque había logrado lo que muchos podrían considerar lo máximo en una carrera profesional, su ambición e inconformismo lo llevaban a codiciar todavía algo más. Quería sorprender al mundo, pero pensaba que eso no lo podía hacer en GM, así que empezó a buscar el hueco para salirse de la corporación. Ya germinaba en él la idea de fabricar algo nunca visto . "Ser la séptima o la décima parte de un comité no es atractivo para mí. Además, soy operativo. Me gusta ocuparme de los detalles", comentó el propio DeLorean en una entrevista.

La oportunidad que necesitaba apareció pronto. El estallido de la guerra en Medio Oriente produjo lo que se conoció como la crisis del petróleo, lo que a su vez elevó el precio del combustible por las nubes y puso a toda la industria automotriz en problemas . La gente comenzó a preocuparse por el costo de llenar el tanque, por eso, cuando en 1973 DeLorean renunció a GM y a un sueldo anual de US$600.000 (equivalente a US$4,2 millones de hoy), todos dedujeron que proyectaba fabricar un auto que ahorrara combustible y fuera menos contaminante.

Un auto jamás imaginado

Nuevamente, como lo había hecho en los tempranos 60, DeLorean captó el espíritu de la época, apuntando a un consumidor que ahora estaba preocupado por el medio ambiente. Él unió esta tendencia, junto con la necesidad de ahorrar combustible y la siempre presente atracción por la belleza y la velocidad, y se propuso crear un auto muy rápido, ahorrador, amigable con el medio ambiente, diseñado con materiales que durarían "para siempre" y, según sus propias palabras, "muy hermoso estéticamente" .

Todo lo que había aprendido durante su vida en la industria automotriz estaría volcado en este vehículo revolucionario y glamoroso. Se trataría de un auto deportivo para dos pasajeros, que tendría la carrocería construida íntegramente en acero inoxidable pulido. Y por si todo esto fuera poco para el inmenso ego de su creador se llamaría DeLorean. "Todo el mundo quiere ser DeLorean; así que comprarán un auto con ese nombre", argumentó.

Luego de lograr un gran avance con su ingeniero de confianza, Bill Collins, a quién había convencido para que se enfrascara en el proyecto, fue por más y en otro golpe de efecto contrató nada menos que al excéntrico Colin Chapman, fundador de Lotus, la escudería de Fórmula 1 más exitosa en esos años. Con este hombre, famoso por sus apasionados festejos al costado de las pistas, buscó darle forma final al chasis y la suspensión. No conforme con eso, fichó también al carrocero italiano Giorgetto Giugiario.

Finalmente, luego de varios millones de dólares invertidos, el coche más rupturista que podría haberse imaginado, el DMC-12, estuvo diseñado y listo para ser presentado al mundo por el propio DeLorean. A la hora de captar la inversión necesaria para empezar a fabricarlo en serie, recibió varias apoyos, que incluyeron un préstamo del Bank of America y aportes de inversionistas de su nueva empresa, como el conductor de televisión Johnny Carson y al cantante Sammy Davis Jr.

Muchos fueron los sitios que se barajaron para levantar la planta de producción, hasta una antigua base de la Fuerza Aérea estadounidense en Puerto Rico, pero sorpresivamente apareció una oferta del gobierno británico, para que se instalara en el centro del conflicto entre católicos y protestantes: Dunmurry, a las afueras de Belfast, Irlanda del Norte . Con más de 100 millones de dólares de los británicos en el bolsillo, fue DeLorean mudó su gran aventura allí,con la promesa de que generaría muchos puestos de trabajo.

Aquel niño nacido en un gueto de Detroit, que había crecido en un hogar conflictivo y en medio de los maltratos de su padre, estaba ahora, luego de haber alcanzado lo máximo en el mundo corporativo, a punto de cumplir su gran sueño y de concretar su obra cúlmine. Mientras aseguraba que ya tenía miles de órdenes de compra de su nuevo auto, DeLorean se preparaba para saborear el más grande de sus logros. Pero... el Diablo metió la cola.

No había pasado un año desde el inicio de la construcción de su fábrica en Belfast, cuando ocurrió algo que lo cambiaría todo: llegó al poder en Gran Bretaña el Partido Conservador, con Margaret Tatcher como primer ministro. Sin titubear, la "Dama de Hierro" quitó todo su apoyo al proyecto que el Partido Laborista había firmado con el empresario . El mal presagio que habían significado una serie de atentados del IRA en Belfast, mientras se levantaba la planta, se había hecho realidad. John DeLorean y Cristina Ferrare saliendo de los tribunales en Los Ángeles, durante el juicio que él enfrentaba por tráfico de drogas

Para colmo de males, el auto no se vendió como se esperaba. Si bien era muy vistoso desde lo estético, mostraba algunas falencias de calidad (por ejemplo, sus famosas puertas que eran como alas de gaviota no se podían abrir fácilmente), no tenía la potencia que todos imaginaban y, además, salió al mercado con un precio muy superior al prometido en un principio.

Sin el paraguas del gobierno británico y desesperado en la búsqueda de inversores que salvaran su fábrica, en la que trabajaban 400 empleados, voló intempestivamente desde Irlanda hacia los Estados Unidos. Lo que sucedió a su llegada fue tan sorpresivo como escandaloso: DeLorean fue detenido por agentes del FBI en la habitación de un hotel en el propio aeropuerto. En un video filmado por las autoridades se lo ve cerrando un trato para vender 100 kilos de cocaína por un valor de US$24 millones, mientras se lo escucha decir "esto es tan bueno como el oro".

A esta altura había sumado un nuevo gran problema a los que ya tenía por la falta de fondos para sostener su planta y por la mala recepción que el auto había tenido en el mercado. Fue encarcelado y llevado a juicio. Pese a que finalmente se lo declaró inocente y quedó en libertad, debido a que se consideró que todo se había tratado de una trampa armada por un informante del FBI, su suerte estaba echada.

La empresa fue declarada en quiebra. Sólo habían logrado fabricar unas 9000 unidades del DMC-12. DeLorean se declaró en bancarrota y tuvo que vender su fastuosa casa en Nueva Jersey, que fue comprada por Donald Trump. Eso no fue todo. Su esposa, que lo había acompañado durante todo el juicio, lo abandonó y le pidió el divorcio.

John DeLorean, el genio capaz de hacer explotar las ventas de una compañía, el estratega que veía antes que nadie hacia dónde iba la tendencia del mercado, el emprendedor voraz que siempre buscaba un nuevo desafío, estaba ahora acabado. Se le había caído la máscara, esa que con tanto esfuerzo había forjado para alejarse cada vez más de la imagen de su padre.

Había luchado toda la vida contra esa sombra que ocultaba al exterior pero que lo carcomía por dentro, solo para terminar siendo justo lo que tanto temía: un fracasado. Como escribió Ryan Holliday en su libro El ego es el enemigo : "No cabe duda sobre lo que causó la desintegración de John DeLorean. Tampoco caben dudas sobre quién empeoró las cosas. Él mismo. Ya estaba en un pozo y siguió cavando hasta convertirlo todo en un infierno" . El actor Christopher Lloyd arriba del DeLorean de Volver al Futuro

DeLorean murió el 19 de marzo de 2005, a los 80 años . Hasta último momento se esforzó por mantener su fachada de hombre carismático, tratando de atraer inversores para magníficos proyectos que nunca se concretaban; pero terminó sus días viviendo en un condominio y vendiendo relojes por internet para poder mantenerse.

Tres décadas antes de su muerte, recibió la que quizá fue una última caricia a su desmesurado ego: en 1985 se estrenó la icónica película "Volver al futuro", en la que una de sus creaciones tiene un gran protagonismo, siendo nada menos que la máquina del tiempo. En una de sus más famosas escenas, Doc Emmett Brown (Christopher Lloyd) le dice a "Marty" McFly (Michael Fox), mientras le muestra un DeLorean DMC-12: "Si vas a construir una máquina del tiempo en un coche, hay que hacerlo con estilo". Y si hay algo que no se le podía negar a DeLorean es que, para fabricar autos, tenía estilo.
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