"Modelos como Mick Jagger nos muestran que la edad cronológica ya no nos define"
La humanidad enfrenta un cambio demográfico sin precedentes: vivimos más, trabajamos más años y las personas mayores exigen ser vistas desde una perspectiva más inclusiva y activa. Diego Bernardini, médico y autor argentino, analiza cómo debemos rediseñar nuestras sociedades para adaptarnos a esta nueva realidad.
E n los últimos años, el concepto de longevidad ha dejado de ser solo una cuestión de esperanza de vida para convertirse en un pilar de la transformación social. Las personas viven más tiempo y, con ello, surgen nuevas maneras de concebir el envejecimiento. Diego Bernardini, médico, investigador y defensor de los derechos de las personas mayores, aborda este fenómeno con una perspectiva innovadora: la "nueva longevidad".
En esta conversación, Bernardini comparte una visión crítica y constructiva sobre los cambios que la sociedad necesita hacer para enfrentar los desafíos que trae consigo el envejecimiento poblacional, además de ahondar en la charla titulada "La segunda mitad: cuando la experiencia y la pasión crean futuro", que expondrá este miércoles 4 de diciembre en Chile en el relanzamiento de LifeGoApp.
-¿Cómo nace su interés por el tema del envejecimiento y la longevidad?
"Mi interés por este tema comenzó en mi infancia. Crecí en una familia muy extensa, rodeado de abuelos, y hasta tres bisabuelas. De hecho, a mi última abuela la disfruté hasta hace muy poco, porque vivió más de 100 años. Uno empieza a aprender en su propia familia y, después, cuando me convertí en médico, de alguna manera el aprendizaje lo busqué en esas personas mayores a las cuales yo trataba de ayudar. Y en medio de esto ocurrió un fenómeno muy interesante, que es el hecho de que a medida que hablaba con esas personas mayores, me encontraba con que lo que ellos me transmitían era muy diferente a lo clásico que me habían enseñado en la facultad de la escuela de medicina".
-¿En qué sentido?
"Te enseñan que las personas mayores necesitan ayuda, están enfermos, tienen problemas de salud y están en los hospitales. Y la realidad es que me encontré con que la mayor parte de las personas mayores estaban viviendo en sus propias casas, con buenas situaciones de salud. Que tenían ideas, sueños, proyectos, vida íntima; tenían cosas que tenemos todos en otros momentos de la vida y que no se pierden por la edad.
Esa diferencia entre la narrativa social y la realidad despertó en mí una inquietud: ¿Por qué seguimos viendo a las personas mayores desde un paradigma tan obsoleto? De ahí nació mi interés en desarrollar el concepto de nueva longevidad.
Es un concepto que no se trata solo de las personas mayores, sino de toda la sociedad. Vivimos más tiempo, tenemos menos hijos y eso transforma completamente nuestra estructura social. Es un desafío que nos involucra a todos, porque, con suerte, todos llegaremos a ser mayores".
La nueva narrativa: del estigma a la oportunidad
-¿Qué significa exactamente el concepto de nueva longevidad?
"La nueva longevidad propone entender el envejecimiento desde una perspectiva más amplia y optimista. No se trata solo de extender la vida en años, sino de repensar cómo vivimos esos años. En las últimas décadas, hemos ganado décadas de vida, pero no hemos transformado nuestra sociedad para adaptarnos a esta nueva realidad.
Tiene que ver con romper estereotipos. Las personas mayores no son solo 'jubilados, 'tercera edad' o 'abuelos'. Son individuos que quieren seguir contribuyendo a la sociedad, explorando nuevas oportunidades y disfrutando de la vida. Y no es un tema exclusivo de ellos: nos afecta a todos. Si vivimos más, nuestras familias, ciudades, economías y culturas deben cambiar para reflejar esa transformación".
-¿Qué cambios sociales cree que son más urgentes para enfrentar esta nueva realidad?
"Necesitamos políticos que comprendan que las personas mayores son uno de los grupos más activos en términos de participación cívica. También necesitamos reconfigurar las ciudades, que en su mayoría no están diseñadas para personas mayores. La sociedad chilena es muy urbanizada, y es necesario que las ciudades estén adaptadas, en donde la edad no sea una barrera para hacer algo. Esto incluye desde accesibilidad física hasta una narrativa social que celebre y valore su aporte".
-En relación a esto, ¿qué opina del debate sobre alargar la edad de jubilación?
"Es un tema complejo, pero creo que debemos abordarlo desde la flexibilidad. La jubilación debe ser un derecho, no una obligación. Muchas personas, al retirarse de manera forzosa, ven afectada su salud física y mental. Los estudios muestran que, en los primeros dos años de jubilación, aumentan los problemas de salud, la depresión y la mortalidad, especialmente en los hombres.
El problema es que seguimos manejando un sistema diseñado hace más de 100 años, cuando la esperanza de vida era mucho menor. Hoy, en países como Chile, la expectativa de vida está cerca de los 78 años. Esto significa que las personas se están jubilando con muchas décadas de vida por delante.
Además, el concepto de trabajo ha cambiado. Ya no se trata solo de fuerza física, sino de habilidades cognitivas y experiencia, algo que las personas mayores tienen en abundancia. El Estado tiene que proteger a esa persona que, por ejemplo, trabajó en el campo y tiene el físico castigado. Pero a un profesor, a una bibliotecaria, a una maestra de escuela que tiene tanta sabiduría, tanta memoria que no debe perderse, no se le puede obligar a jubilarse. Deberíamos pensar en modelos de retiro más flexibles, donde las personas puedan trabajar menos horas, en roles más adecuados a sus capacidades y necesidades".
Tecnología: puente o barrera para las personas mayores
-Hablemos de tecnología. ¿Cómo esta puede ayudar en el tema del envejecimiento y nueva longevidad?
"La tecnología tiene un rol muy importante en el bienestar de las personas mayores. Muchos la usan para conectarse con sus seres queridos, sentirse más seguros en sus hogares o gestionar su salud. Por ejemplo, si una persona de Santiago va a Valparaíso o Arica y tiene un problema de salud, que el médico que la recibe allí o el hospital tengan todo su historial clínico es bueno. O, por otro lado, que le ayude a mantener lo que se llama una adherencia terapéutica: que le recuerde a esa persona que a tal hora tiene que tomar un medicamento o moverse".
-¿Y puede llegar a perjudicar en algunas ocasiones?
"Sí, porque la tecnología también puede excluir. La alfabetización digital sigue siendo un desafío, y muchos servicios no están diseñados pensando en las personas mayores. Además, existe un riesgo real de fraudes y estafas financieras cada vez más sofisticadas, lo que genera desconfianza.
Entonces aquí hay un tema muy desafiante, porque a diferencia de lo que piensa la gente, yo te diría que más del 70% de las personas mayores utilizan internet, tienen dispositivos y suelen ser muy participativos -osea, en redes sociales no te ponen solo un like , sino que también te escriben un comentario-".
Rompiendo los moldes del envejecimiento
-¿Cómo podemos romper los estigmas que persisten sobre el envejecimiento?
"Todavía se sigue hablando de la tercera y la cuarta edad, y la realidad es que modelos como Paul McCartney o Mick Jagger nos muestran que esa edad cronológica -que es un ordenador muy fuerte, porque te dice que a los seis años tienes que entrar al colegio, que a los 18 ya eres un ciudadano con derechos, que si a los 30 no te casaste eres un solterón- ya no nos define. Hoy las personas mayores cuando les preguntas te dicen: "yo me doy cuenta de la edad que tengo cuando me miro al espejo, porque veo las arrugas. Pero por dentro, me siento diferente".
-¿Y cuál es esta diferencia que los séniors observan entre su exterior e interior?
"Es que finalmente la edad ya no es un indicador que refleje la vida de las personas. Después de un determinado momento, en esa segunda mitad de la vida, las personas realmente lo que quieren es pasarlo bien, entonces deciden disfrutar".
-¿Qué mensaje le daría a las personas que sienten que ya no hay tiempo para cumplir sus sueños?
"Nunca es tarde. La segunda mitad de la vida es el momento en que podemos descubrir realmente quiénes somos y qué queremos. Muchas personas mayores están comenzando nuevos proyectos, aprendiendo idiomas, viajando o incluso emprendiendo negocios. Esta etapa es la más larga que vamos a vivir, y es cuando más experiencia tenemos para decidir lo que realmente nos importa".
-¿Cuál cree que es el mayor desafío que enfrentamos como sociedad respecto a la longevidad?
"El mayor desafío es cambiar nuestra mentalidad. Debemos dejar de ver el envejecimiento como una etapa de declive y entenderlo como una opo
rtunidad para crecer, aprender y contribuir. Esto implica rediseñar nuestras políticas, nuestras ciudades y nuestras culturas. La nueva longevidad es un cambio global que nos afecta a todos, y si lo abordamos correctamente, puede ser una de las mayores revoluciones de nuestra época".