Lunes, 02 de Diciembre de 2024

Peñarol fue campeón del Uruguayo por destrozo: las decisiones olvidadas de Diego Aguirre que ayudaron al éxito

UruguayEl País, Uruguay 2 de diciembre de 2024

El aurinegro venció a Fénix con goles de Eduardo Darias, Leo Fernández y Guillermo Pereira (en contra) y cerró una temporada que será difícil de olvidar.

La temporada de Peñarol fue un infierno. El aurinegro ganó el título del Campeonato Uruguayo de principio a fin. En ningún momento del año se cayó y los números reflejan que fue el mejor equipo por destrozo, a pesar de que tuvo que esperar hasta la última fecha para quedarse definitivamente con el título, por primera vez en su estadio, el Campeón del Siglo, el mismo escenario que hace un año atrás veía con desazón cómo un equipo como Liverpool se quedaba con la corona de manera totalmente sorpresiva.

"La hinchada y los jugadores", rezaba una gran bandera que los propios futbolistas tenían en la cancha una vez terminado el partido en el que Peñarol derrotó a Fénix 3-1 gracias a los goles de Eduardo Darias, Guillermo Pereira (en contra) y Leo Fernández -de tiro libre-, para quedarse con el Torneo Clausura, evitar las finales y así levantar una vez más el trofeo del Uruguayo, para cerrar una temporada inolvidable en el que el equipo fue hiper competitivo en lo internacional, llegando a las semifinales de la Copa Libertadores y perdiendo ante el posterior campeón, que fue Botafogo. Esa bandera no hizo más que darle un lugar icónico a los fanáticos, los que llenaron partido a partido el CDS y los que ayer se dieron el gusto de cantar fervientes por el título, por Diego Aguirre y por Leo Fernández, la estrella indiscutida de la temporada y por si fuera poco el goleador del Campeonato Uruguayo, siendo el jugador con más presencias en el año en el Carbonero.
"Los jugadores me van a demostrar (...) que lo llevan adentro como lo llevo yo", respondieron con fuerza los fanáticos, instantes antes de darle paso a la euforia por la Fiera: "Vení, vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano, de Diego Aguirre, todos la vuelta vamos a dar". Y claro, el entrenador, todavía con lágrimas en los ojos, no podía ser menos, tomó el micrófono del CDS en un momento de euforia -algo poco habitual- y le habló a todos los Manyas: "Este título es de todos, y les voy a dejar un mensaje: ¡Vamos por la sexta!". Nada de humo, mucho de verdad. Aguirre demostró que tiene argumentos para hablar con tanto énfasis de esa afirmación. Y les puso una mochila grande a los dirigentes, que tendrán que estar a la altura en el armado del plantel, como lo estuvieron en esta temporada. Porque a las virtudes en la conducción que tuvo Aguirre, tanto en la elección de futbolistas como en decisiones que tomó, también hay que hablar de las virtudes que tuvo la directiva encabezada por Ignacio Ruglio.
Hay algunas cosas que se le podrían cuestionar al presidente de los Mirasoles, pero si tiene algo muy a favor y que nadie le puede achacar -además de su condición de hincha hasta la médula- es el enorme esfuerzo que hizo para que Peñarol haya tenido este plantel que anoche salió campeón del Uruguayo, logrando retener a Fernández por todo el año, pudiendo contratar a Maxi Silvera tras arduas gestiones en el mercado de verano, haciendo todos los esfuerzos para que Damián García no se vaya en el mercado de invierno pese a la insistencia de Lanús -entre otros equipos-, contratando a Rodrigo Pérez en el último período de transferencias y sacándoselo de las manos a Nacional en julio, entre otras cosas que se pueden nombrar como hechos a destacar.
Diego Aguirre evidentemente tuvo una notoria incidencia en el título de Peñarol (ver nota de página 4). Hay algunas determinaciones a las cuales no se las puede dejar pasar; a saber: haber elegido a Washington Aguerre como arquero titular (Peñarol fue por lejos el arco menos vencido con apenas 17 goles recibidos en 37 partidos, ¡una locura!); haber puesto a Javier Méndez como zaguero; haber potenciado a Pedro Milans; le devolvió la confianza a Lucas Hernández; apostó por Gastón Ramírez pese a todos los pronósticos y fue importante, incluso viniendo desde el banco; el tremendo acierto en la incorporación de Eduardo Darias y su posterior inclusión como volante central; la apuesta por extremos poco conocidos en el medio como Leo Sequeira, Jaime Báez y hasta el propio Cangrejo Cabrera.
Todos ellos rindieron; haber afirmado a Maxi Silvera como centrodelantero del equipo; la apuesta en el segundo semestre por Rodrigo Pérez; la importancia que le dio a los capitanes, empezando por Maxi Olivera; cómo hizo que todo el plantel estuviera motivado, incluso aquellos que tuvieron pocos minutos o que no jugaron; haber apostado por momentos al doble nueve con Facundo Batista, que tuvo un promedio de goles muy bueno. Y, por último, la confianza que le dio desde todo punto de vista a Leo Fernández, el estandarte de este Peñarol campeón del Uruguayo.

Así, el aurinegro cumplió una de las mejores temporadas del Siglo XXI, llegando a 93 puntos en la Tabla Anual, perdiendo apenas dos partidos y empatando otros seis y provocando en el tramo final del Torneo Clausura que diera la sensación de que era un súper equipo, imposible para cualquier rival que se le pusiera enfrente. Ayer este Fénix descendido dio pelea, aunque a los 25 segundos ya estaba perdiendo por el gol de Darias. Salú a todos los Carboneros, es momento de celebrar a lo grande.

Los argumentos del Peñarol campeón uruguayo y la influencia de Diego Aguirre con sus decisiones

Diego Aguirre evidentemente tuvo una notoria incidencia en el título de Peñarol (ver nota de página 4). Hay algunas determinaciones a las cuales no se las puede dejar pasar; a saber: haber elegido a Washington Aguerre como arquero titular (Peñarol fue por lejos el arco menos vencido con apenas 17 goles recibidos en 37 partidos, ¡una locura!); haber puesto a Javier Méndez como zaguero; haber potenciado a Pedro Milans; le devolvió la confianza a Lucas Hernández; apostó por Gastón Ramírez pese a todos los pronósticos y fue importante, incluso viniendo desde el banco; el tremendo acierto en la incorporación de Eduardo Darias y su posterior inclusión como volante central; la apuesta por extremos poco conocidos en el medio como Leo Sequeira, Jaime Báez y hasta el propio Cangrejo Cabrera.
Todos ellos rindieron; haber afirmado a Maxi Silvera como centrodelantero del equipo; la apuesta en el segundo semestre por Rodrigo Pérez; la importancia que le dio a los capitanes, empezando por Maxi Olivera; cómo hizo que todo el plantel estuviera motivado, incluso aquellos que tuvieron pocos minutos o que no jugaron; haber apostado por momentos al doble nueve con Facundo Batista, que tuvo un promedio de goles muy bueno. Y, por último, la confianza que le dio desde todo punto de vista a Leo Fernández, el estandarte de este Peñarol campeón del Uruguayo.

Así, el aurinegro cumplió una de las mejores temporadas del Siglo XXI, llegando a 93 puntos en la Tabla Anual, perdiendo apenas dos partidos y empatando otros seis y provocando en el tramo final del Torneo Clausura que diera la sensación de que era un súper equipo, imposible para cualquier rival que se le pusiera enfrente. Ayer este Fénix descendido dio pelea, aunque a los 25 segundos ya estaba perdiendo por el gol de Darias. Salú a todos los Carboneros, es momento de celebrar a lo grande.
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