Domingo, 04 de Mayo de 2025

¿Qué partido estás viendo?

ColombiaEl Tiempo, Colombia 14 de diciembre de 2024

Van a hacer el mundial de fútbol de 2030 en seis países y tres continentes, lo que reafirma que cada día es más absurdo y aburrido ese deporte

Van a hacer el mundial de fútbol de 2030 en seis países y tres continentes, lo que reafirma que cada día es más absurdo y aburrido ese deporte. Hubo una época en la que ver partidos era un placer, daban uno cada tanto y si pasaban un Millonarios-Nacional o un Milan-Inter, uno cuadraba la agenda de la semana en función del juego para no perdérselo. Hoy, en cambio, después del décimo superpartido imperdible de la temporada entre el campeón reinante y el segundo de la tabla, es mejor plan echarse una siesta. Por eso, la vieja pregunta de ‘¿qué partido estás viendo?’ carece ya de sentido. Antes respondíamos entre pena y orgullo y de paso explicábamos los equipos, el torneo y por qué era digno de verse; ahora no sabe uno qué decir para no quedar como un idiota por ser capaz de fumarse un clásico de la segunda división peruana. Últimamente estoy escribiendo más de fútbol, lo que significa que me estoy despidiendo de él. Y está bien, quién quiere ver fútbol hoy con la proliferación de casas de apuestas, esa sobreoferta de partidos, y esos penaltitos. Cada equipo disputa setenta juegos al año y en cada uno de ellos hay un penalti porque a algún jugador le rozaron el cordón del guayo, detalle que los árbitros descubren después de darle a la toma hacia delante y hacia atrás en cámara lenta durante cinco minutos, como si en vez de buscar si hubo falta o no, estuvieran buscando una justificación para pitar lo que quieren pitar. Y eso por no hablar de los programas posteriores, horas de análisis sesudos con un panel de especialistas que hablan como si estuvieran explicando el sistema de anillos de Saturno. Por eso me cuesta creer que un jugador o un equipo sean mejores que alguno del pasado basado en las estadísticas, si ahora regalan títulos como regalan muestras gratis de arepas en el supermercado. Hasta siete al año puede disputar un club, y así es muy fácil engordar las vitrinas. Y todo para mantener pegada a la gente, que cada vez necesita más fuegos artificiales para no aburrirse. El otro día vi pedazos de un partido de básquet y eso parecía una discoteca, luces por todos lados: en la cancha, en las tribunas y hasta debajo de las sillas. No digo que haya que entrar a un estadio gris, sentarse en una silla gris y mirar una cancha gris, pero es que Disneylandia solo hay uno. El deporte es muy grande y bello como para entregárselos a los influencers y sus seguidores, que si no viven una explosión de júbilo cada treinta segundos y no se graban la cara reaccionando a un gol se mueren del tedio. Debo estar madurando, o volviéndome un amargado, porque ya ni el Fifa me gusta, juego para subnormales. Creo que es hora de volver a los viejos placeres, como viajar, aunque viajar es también una lata. Hubo un tiempo en el que no me bajé de un avión, pero el otro día tomé un vuelo de media hora y me quería matar; ya no soporto esas cápsulas con alas. Viajar ilumina, no se puede ser prejuicioso cuando vemos el resto del mundo, por eso, al igual que el deporte, es algo muy bello como para dejarlo en mano de los influencers, creadores de contenido que se llaman a ellos mismos. Ve uno los posteos que hacen algunos y rara vez tienen carne. Conocen una serie de lugares esplendorosos, pero sin contexto: no cuentan ni explican nada, no hablan de la gente ni de la comida, no en profundidad al menos, y tampoco hablan del viaje en sí, que suele estar lleno de detalles interesantes. Parece que viajaran por la foto y para poder decir que conocen, no sé, treinta y cinco países a los veintisiete años. Dicho esto, creo que solo me queda aferrarme a las películas románticas, que es lo que de verdad me gusta, aunque no hay tantas como partidos de fútbol y las más recientes me parecen medio bobas. Todo apunta a que seguiré haciendo lo mismo a lo que me he dedicado durante los últimos meses: estar en casa en pijama mientras escribo y como salchichas tres veces al día.
Cada día más aburrido
Adolfo Zableh Durán
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela