Opinión de Verónica Gutiérrez | "En esta sociedad altamente tecnologizada, es fundamental cultivar el aprecio entre los seres humanos, fortalecer los vínculos interpersonales; la dedicación a las relaciones y a las personas significativas de la vida. Sabiendo que la tecnología es una herramienta pero que no debería remplazar el contacto e interacción física, por supuesto, con ciertas excepciones".
Según un estudio de la felicidad efectuado por la universidad de Harvard, "es importante tener al menos una o dos relaciones de apego seguro, por lo menos así lo defiende Robert Waldinger, psiquiatra estadounidense y cuarto director de este estudio, y así lo ha expuesto en su ponencia para la serie Aprendemos Juntos, de BBVA". Lo anterior mencionado por Inés Gutiérrez, en su artículo, Harvard desvela que una de las claves de la felicidad está en tener al menos dos amigos.
Las amistades y las relaciones interpersonales en general, cuando se dan de manera sana, respetuosa y cortés se convierten en un importante factor protector, activando un neurotransmisor del bienestar denominado oxitocina, que aumenta la sensación de confianza, de seguridad y protege contra los efectos adversos del estrés. Es mediante estas relaciones que la vida se torna más agradable, llevadera y tranquila, incluso en los momentos más retadores que se puedan presentar en el diario vivir.
En un mundo caracterizado por el sentimiento de soledad, las buenas relaciones interpersonales, contribuyen con la experiencia de la felicidad. Lo anterior ha sido comprobado mediante diferentes estudios, siendo uno de ellos el estudio longitudinal sobre la felicidad humana, realizado por la Universidad de Harvard durante 80 años; estudio mencionado al inicio del artículo.
En esta sociedad altamente tecnologizada, es fundamental cultivar el aprecio entre los seres humanos, fortalecer los vínculos interpersonales; la dedicación a las relaciones y a las personas significativas de la vida. Sabiendo que la tecnología es una herramienta pero que no debería remplazar el contacto e interacción física, por supuesto, con ciertas excepciones.
Por esto es fundamental plantear las siguientes preguntas: ¿hace cuánto dio un abrazo a esa persona significativa de su vida, a su amigo, a su esposo o esposa, a su madre, a su padre, a sus hermanos, a su compañero (a) de trabajo? En las reuniones laborales, ¿dedicamos unos minutos para saber cómo estamos y cómo nos sentimos?, ¿efectuamos alguna actividad para conocernos y fortalecer las colaboraciones? En las reuniones familiares, ¿tratamos de conectar visual y emocionalmente con los miembros de nuestra familia? O ¿estamos atrapados por los dispositivos y las redes sociales? Es fundamental hacernos estas preguntas, ya que dependiendo de la calidad de tiempo y vinculación, así será la calidad de la relación.
La expresión del afecto, del amor, del cariño y del aprecio, no solo es positivo para la persona que lo recibe sino por supuesto también para la persona que lo expresa. Acciones como por ejemplo, un saludo de buenos días, un acto de gratitud, una sonrisa, un gesto amable, son vitaminas emocionales que se convierten en promotores de la felicidad, de plenitud y de salud mental.
En su libro, "Encuentra a tu Persona Vitamina", la psiquiatra Mariam Rojas Estapé menciona textualmente algunas de las formas de promover la oxitocina y por ende las buenas relaciones interpersonales, algunas de estas formas son:
Por su parte David Niven, en su libro "Los 100 Secretos de la Gente Feliz". "Lo que los Científicos han Descubierto y Cómo Puede Aplicarlo a su Vida", también hace referencia a la importancia del afecto y de las relaciones interpersonales en la experimentación de la felicidad. Menciona textualmente las siguientes recomendaciones:
En síntesis, definitivamente la forma en que nos relacionamos con los demás impacta significativamente en nuestra felicidad y plenitud. Es primordial desarrollar una sana afectividad que contribuya a sanos vínculos en el trabajo, la familia y con los amigos.
Con especial significado en este mes de febrero, al celebrar el amor y la amistad en los diferentes contextos donde nos desempeñemos. "Amo y Luego Existo", como dice en su libro, el escritor Manuel Cruz; porque el amor que entregamos a las personas y a las cosas que hacemos, es lo que marca la diferencia y hace de este un mundo mejor, más pacífico, solidario, tolerante y feliz.
La autora es psicóloga, coach y consultora.