Los viejos en el mundo del trabajo

Stefano Farné
Al aplicarse la legislación vigente de cada país, en 25 años la edad de jubilación en Italia, Países Bajos y Suecia será de 70 años y en Dinamarca de 74. El acelerado envejecimiento demográfico que afecta a estos países no solo hará que en los próximos años haya siempre menos jóvenes y más adultos mayores, sino que estos últimos vivirán más tiempo y en mejores condiciones. Como consecuencia, los adultos mayores trabajarán por más tiempo, ya sea porque querrán hacerlo -por encontrarse en buenas condiciones físicas y por no tener nietos a quienes dedicar tiempo-, o porque el equilibrio financiero de los sistemas pensionales obligará a fijar la jubilación en edades mucho más avanzadas. Como por ejemplo, en Japón, país considerado un referente mundial en envejecimiento demográfico, donde el 33,5% de las personas entre 70 y 74 años todavía trabaja, a pesar de que la edad legal de jubilación es de 65 años. A este proceso de envejecimiento demográfico y, en un próximo futuro, a esta necesidad de extender la vida activa de los adultos mayores no es inmune Colombia. Por tanto, el país debería comenzar a prepararse para crear condiciones favorables tanto para la inserción laboral como para la preservación del trabajo de las personas adultas mayores. Sobre todo, deberían emprenderse acciones para contrarrestar la cultura empresarial predominante que fundamenta sus decisiones de contratación en percepciones erróneas que discriminan con base en la edad. En demasiadas empresas se considera que las personas adultas mayores generan un costo que no se compensa con su productividad laboral. Se cree que ellos pierden velocidad en la ejecución de sus labores, tienen dificultades para aprender nuevas habilidades y para asimilar nuevas tecnologías, por lo que se prefiere contratar a jóvenes. Sin embargo, a estos desprevenidos empresarios no se les ocurren las ventajas que pueden aprovechar de contar en sus firmas con colaboradores de edad. Ellos suelen ser más leales y comprometidos con la empresa y luego presentan una menor rotación laboral. Son menos propensos al ausentismo. Tienen experiencia. Todos factores que reducen los costos laborales. Además, está comprobado que el trabajo en equipos de edades mixtas favorece la transmisión de los conocimientos al interior de la empresa y aumenta la productividad. Tampoco es cierto que las personas de mayor edad tienen o aspiran a salarios altos. En realidad, para muchos adultos mayores la remuneración no es el aspecto más importante de un empleo. Al contrario, ellos valoran mayormente las posibilidades de laborar en horarios flexibles y en jornadas parciales. También aprecian la flexibilidad en cuanto al lugar de trabajo, como la opción de trabajar desde la casa o de forma remota. Las personas de edad no les quitan trabajos a los jóvenes. Simplemente deberían dedicarse a desarrollar actividades más acordes con su edad, como la dirección, la asesoría y muchas labores del sector de servicios (áreas que muchos jóvenes ya no desean desempeñar).
Director Observatorio del Mercado Laboral, Universidad Externado de Colombia.