Fondos de Agua, 25 años de gestión y sostenibilidad
Hoy la seguridad hídrica (disponibilidad del agua en cantidad y calidad) está más amenazada que nunca
Hoy la seguridad hídrica (disponibilidad del agua en cantidad y calidad) está más amenazada que nunca. La gestión inadecuada ha desencadenado, entre otras cosas, desastres naturales, racionamientos en su suministro y graves pérdidas económicas a tal punto que la escasez hídrica podría afectar hasta un 6 % del PIB de algunas regiones del mundo hacia el 2050. Urge impulsar y escalar nuevos modelos, como es el caso de los Fondos de Agua, una solución concebida en Quito hace 25 años. La crisis hídrica global nos demanda soluciones innovadoras, replicables y duraderas que atiendan el problema desde su raíz. Desde The Nature Conservancy (TNC) hemos promovido una visión de manejo integrado de las cuencas hidrográficas, ecosistemas decisivos que proveen agua a millones de personas en las ciudades, así como para las comunidades y la biodiversidad. Sin embargo, una cuenca puede cubrir un gran espacio geográfico que abarca diversidad de actores con diferentes intereses y prioridades y este es uno de los grandes desafíos: encaminar acciones con una visión común en favor de todos. Para garantizar el agua de los habitantes de Quito, en el año 2000, TNC junto a la Empresa Pública de Servicios de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) crearon el Fondo para la Protección del Agua (Fonag) por un periodo de 80 años que, a hoy, ha inspirado y guiado más de 50 iniciativas similares a nivel mundial, con la participación de más de 200 socios del sector público y privado en 13 países de América, África, Asia, y Europa. Solo en Colombia existen siete Fondos de Agua, que se crearon para apoyar la seguridad hídrica de las ciudades más grandes, convirtiéndolo en el país con mayor número de Fondos de América Latina y el Caribe. Los Fondos de Agua se han constituido como organizaciones que diseñan e impulsan mecanismos financieros y de gobernanza (articulando a diferentes actores públicos, privados y de la sociedad civil) para contribuir a la seguridad hídrica, a partir de la implementación de soluciones basadas en la naturaleza y el manejo sostenible de las cuencas hidrográficas. En los últimos 25 años, diferentes empresas privadas e instituciones públicas se unieron al Fonag. Lo que comenzó con un capital semilla de 21.000 dólares, hoy genera 2,5 millones de dólares anuales. Este presupuesto ha permitido movilizar las soluciones basadas en la naturaleza (como la reforestación y las prácticas agrícolas regenerativas) para proteger y conservar, hasta la fecha, 55.000 hectáreas de páramo (un ecosistema de gran capacidad para la retención y distribución del agua). Por cada dólar invertido por el Fonag en la restauración y conservación del agua, la ciudad de Quito se ahorra 2,15 dólares en la filtración de sedimentos, el tratamiento químico del agua o reparaciones de infraestructura como tuberías. La clave del éxito de este esquema ha sido la participación de las comunidades locales: más de dos docenas de hombres y mujeres trabajan en el Fonag como guardapáramos, monitoreando las áreas de conservación e identificando potenciales amenazas como incendios o prácticas agrícolas inadecuadas. El Fonag ha demostrado que es posible trabajar de manera colaborativa con impactos tangibles para millones de personas. Y, antes que nada, para la naturaleza. Porque cuando se conservan las fuentes de agua, es casi automático obtener otros beneficios colaterales: conservación de la biodiversidad, secuestro de carbono, justicia social y protección ante los desastres naturales. Todavía tenemos la esperanza de escribir una nueva historia. El agua es el inicio de todo. En realidad, siempre lo ha sido. * Directora de TNC Latinoamérica
La seguridad hídrica
Paula Caballero*
El Fonag ha demostrado que es posible trabajar de manera colaborativa con impactos tangibles para millones de personas. Y, antes que nada, para la naturaleza.