Jueves, 17 de Abril de 2025

‘La energía no puede obedecer a la política del gobierno de turno’

ColombiaEl Tiempo, Colombia 9 de abril de 2025

¿Cómo va el pago de los subsidios para el sector del gas? Lo que en la actualidad está pasando es que para poder garantizarle ese beneficio a los usuarios, las empresas se están viendo patas para arriba, porque ya financieramente no tienen cómo seguir financiando al estado para pagar esa deuda

¿Cómo va el pago

de los subsidios para

el sector del gas? Lo que en la actualidad está pasando es que para poder garantizarle ese beneficio a los usuarios, las empresas se están viendo patas para arriba, porque ya financieramente no tienen cómo seguir financiando al estado para pagar esa deuda. Sobre todo, las más pequeñas. Ellas van y se endeudan ante las entidades financieras. Después van al cupo de endeudamiento de sus casas matrices. Ya gastaron el cupo endeudamiento de sus casas matrices y algunas han optado por vender bienes raíces para poder tener recursos para financiar al estado. Entonces, las empresas en su proceso de financiación del estado de la deuda que ellos tienen con los usuarios ya acortaron todas las posibles alternativas de financiamiento y eso está llevando a que las empresas pequeñas estén ahogadas financieramente y eso en qué termina, en una afectación a la prestación del servicio. Entonces cuando ya lleguen a un punto de inflexión habrá que ver legalmente que alternativa jurídica hay.
Ante el difícil panorama por el que atraviesa Colombia por la pérdida de una autosuficiencia energética en materia de gas, los gremios, académicos, expertos y otros actores han venido expresando los grandes problemas que ha tenido el sector, los cuales están poniendo en jaque el abastecimiento de gas y energía. En medio de esta coyuntura, Portafolio habló con Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas, quien, a propósito del congreso anual del sector que se inicia este miércoles en Barranquilla, planteó un giro de 180 grados en la manera en la que se aborda a este sector estratégico, debido a que algunos gobiernos lo han utilizado como herramienta y no como política de Estado. Se pronunció sobre las cuentas del gas, la importación de la molécula, el pago de subsidios, entre otros temas relevantes para los millones de usuarios de este energético. ¿Cómo ven las proyecciones de déficit, de abastecimiento y los indicadores del sector? El reto grande de este y de los próximos años sigue siendo la seguridad energética. Hay que lograr que nos articulemos para cubrir el 100% de la demanda con gas en firme en 2025, 2026, 2027 y 2028 hasta que los proyectos de volúmenes significativos en potencial como lo es Sirius puedan entrar en operación. La verdadera seguridad energética de Colombia está en desarrollar el potencial de gas natural en tierra firme y en el mar Caribe, de eso no hay una duda absoluta. Sin embargo, ante las necesidades que tenemos de faltantes de gas local en firme en el 2026, 2027 y 2028, requerimos en el corto plazo tener instalada la infraestructura para importar gas en firme para suplir esa demanda y esos faltantes, así como la infraestructura de transporte que nos permita atraer ese gas hasta las zonas del país donde haya mayores déficits. ¿Los cambios en la regulación del gas ya los ha sentido el sector? La Creg (Comisión de Regulación de Energía y Gas) ha hecho dos cambios fundamentales. Uno que tiene que ver con la comercialización del gas local que nos ha permitido reducir los periodos de contratación de ese gas, poder contar con volúmenes en firme adicionales que en un periodo de tres años no era posible poderlos suministrar. Y también ha avanzado en establecer nuevas reglas para la comercialización del gas importado. En lo que tiene que ver con la comercialización del gas local ya se tomaron las medidas definitivas. Debido a eso hemos podido comercializar gas por semana, por mes y así poder contar con mayores volúmenes de gas local en firme. Y en lo que respecta al gas importado ya avanzó en unas primeras medidas en desarrollo del decreto que habilitó la comercialización de gas importado que expidió el presidente de la República en el mes de diciembre. Sin embargo, todavía faltan otras medidas adicionales que nos permitan comprar gas importado a largo plazo para obtener mejores precios, porque hoy en día dado a que las reglas para comercializar ese gas en Colombia no son homólogas o no están homologadas a las reglas del mercado internacional, aún nos están vendiendo gas importado por mes o en algunos periodos por dos meses y eso encarece el gas porque comprar en el mercado internacional por mes hace más cara la molécula. ¿Cuáles son los impactos que puede haber en la tarifa con este último cambio frente a la actualidad? El impacto en la tarifa del servicio público se da por las cantidades de gas importado que sumamos a las fuentes locales. Si es posible en contrataciones de largo plazo obtener mejores precios en el mercado internacional, eso inmediatamente va a tener un impacto en la tarifa en proporción a las cantidades que cada distribuidor haya tenido que comprar de ese gas importado para llenar sus faltantes. Cuando uno depende del gas importado en cualquier magnitud, en cualquier cantidad, no solo depende del precio que se establece en el mercado internacional. También depende de la cadena logística para el suministro. Por eso es que yo insisto que la verdadera seguridad energética está en desarrollar el potencial que tenemos. ¿Cómo están las cuentas del déficit de gas teniendo en cuenta este panorama? El ejercicio que hemos hecho desde la industria del gas es identificar en tierra cuáles son esos proyectos que, en el 2025, 2026, 2027 y 2028 pueden agregar cualquier volumen de gas adicional. Pero que hoy tienen un cuello de botella. ¿Qué tipo de cuello de botella? En algunos casos ha sido la autorización social o licencia social, en otros casos ha sido porque no tienen infraestructura de transporte en el campo por lo que todavía se les impide evacuar ese gas. Pero tenemos identificados los proyectos. Hay unos proyectos en Córdoba y Sucre. Uno, por ejemplo, es Arrecife en el Magdalena, el pozo Hidra y en La Belleza, que puede agregarnos en el 2025 y en 2026 uno 10 millones de pies cúbicos, o dos millones de pies cúbicos en algún caso. Entonces, todos los volúmenes que podamos agregar son necesarios para determinar cuánto es el gas importado que debemos traer. Eso sucede en Córdoba, en Sucre, en Magdalena y en el Atlántico, pero también, por ejemplo, hay otros casos en el pie de monte Llanero, que cualquier volumen de gas sea un millón, 2 millones, 5 millones, 10 millones de pies cúbicos, nos ayudan a empezar a cerrar los faltantes. Con corte a hoy, los faltantes de gas local en firme frente a lo que hay disponible versus la necesidad de contratación que nace en este primero de diciembre y los años subsiguientes para el 2026 nos hacen falta 190 millones de pies cúbicos, para el 2027 unos 286 millones de pies cúbicos y para el 2028 alrededor de 405 millones de pies cúbicos. Esos volúmenes pueden cambiar a medida que podamos destrabar proyectos que no estaban estimados dentro de las cuentas y que puedan sumar cualquier volumen de gas. En todo caso, los proyectos que hemos identificado no alcanzan a cubrir el 100% de las necesidades. Es decir, que sí o sí nos va a tocar traer gas importado y sí o sí la infraestructura que tenemos no es suficiente, entonces existe la obligación de que esa capacidad se mantenga para cubrir al sector y respaldar el sector eléctrico. La capacidad adicional no va a ser suficiente para cubrir los faltantes que te acabo de mencionar. Y en ese orden de ideas, necesitamos nuevas plantas de regasificación. Eso es una realidad para Colombia. Y esas plantas de regasificación no están disponibles en el mercado internacional de manera inmediata. Esas plantas tienen que ordenarse su construcción o tienen que ordenarse las modificaciones de barcos existentes para adaptarlos a los sistemas de almacenamiento y de regasificación que se requieren o tiene que haber alguien liberando un contrato de leasing de arrendamiento de ese barco para que pueda estar disponible y seguramente va a haber mucha demanda a nivel internacional para poder adquirir esos barcos. En medio de la coyuntura energética, ¿cuáles son los pasos claves a dar para corregir el rumbo? El escenario de gas natural y el escenario de energía eléctrica en Colombia y de los otros recursos energéticos hoy nos debe llevar a una conclusión: los temas de energía no pueden seguir obedeciendo a una política pública dependiendo de un Gobierno de turno que tiene una vocación de ser temporal, porque es una herramienta de Gobierno. Los temas de energía deberían ser un tema de política de Estado, deberían estar en la Constitución Política, en una ley extraordinaria o a través de un acto legislativo, pero tienen que ser permanentes y trascender los Gobiernos de turno, porque todo lo que está relacionado con la energía está relacionado con los ciudadanos y esto tenemos que elevarlo a que sea una política de largo plazo que permita que tengamos planeado nuestro sistema energético y garantizando seguridad energética a los colombianos. Si seguimos planeando los temas de energía a través de política pública, nos vamos a ver abocados a que las discusiones sobre los modelos económicos que tienen impacto en el sector energético vayan a estar en continua demanda y en continuo movimiento poniendo en riesgo la seguridad energética de los colombianos. ¿Se está apagando el sector del gas natural? Lo que buscamos es que la chispa del gas natural no se apague, que la llama del gas no se apague. Si nosotros no anticipamos los proyectos, tanto de exploración y producción como de infraestructura que requerimos para garantizar seguridad energética, en últimas lo que estamos haciendo es apagando la llama del gas natural, que bastante calidad de vida nos ha traído y bienestar a todos los colombianos. ¿Qué se espera del proyecto Sirius? El proyecto con mayor potencial que puede agregar volúmenes para cubrir esos faltantes es Sirius. Y la información que nos han dado Petrobras y Ecopetrol es que el proyecto entra en operación tres años después de tener licencia ambiental. Y hay que hacer consulta previa tanto para entrar a periodo de producción y declararlo así ante la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) y empezar a producir. Se necesita consulta previa para construir el gasoducto que une el campo en el mar con una estación en tierra y además en tierra hay que construir una planta de tratamiento que también requiere consulta previa y el Ministerio del Interior certificó que se requieren hacer consultas previas con 116 comunidades. ¿Qué paso en las ofertas de gas de diciembre? La única oferta de venta de gas en firme que hubo sobre la mesa antes de la fecha de vencimiento de los contratos el primero de diciembre fue de gas importado. No hubo absolutamente ninguna otra oferta. La pregunta hubiera sido en su momento que si esos distribuidores no hubieran comprado ese gas en firme importado, la discusión hubiera sido otra. La discusión hubiera sido que hubiera existido racionamiento de gas. ¿Qué otras obras además de las de regasificación son cuellos de botella para el abastecimiento? Todo lo que está en el plan de abastecimiento de gas es sobre infraestructura, entonces eso es lo que cobija las plantas de regasificación y la infraestructura de transporte. Hay tres proyectos estratégicos. Lo primero es materializar la bidireccionalidad de Barranquilla del tramo que va de Barranquilla a Manaure. Eso llega a una estación que se llama Ballena. Hoy en día en ese sentido solo se pueden aportar 66 millones de pies cúbicos. El proyecto de la bidireccionalidad es subirlo a 170 millones de pies cúbicos. ¿Por qué en ese sentido? Porque vamos a traer gas que venga de las plantas de regasificación del Mar Caribe o que vengan de Córdoba, Sucre, Atlántico, Magdalena al interior del país y 66 millones de pies cúbicos no es suficiente. No cabe. Entonces es proyecto prioritario. La Creg aprobó en junio del año pasado las inversiones que se habían solicitado que se van a realizar para eso y la entrada en operación de esa direccionalidad está prevista para junio del 2027. Es decir, ahí no puede haber un cuello de botella, porque donde haya un retraso no vamos ni siquiera a poder abastecer al interior con el gas que necesita. El segundo proyecto estratégico es la conversión del oleoducto de Colombia a gasoducto. ¿Por qué? Porque la línea o la ruta que tiene ese tramo coincide con la necesidad que tiene el sistema de transporte para poder traer el gas, bien sea de Córdoba, Sucre, Atlántico o en un futuro en el mar Caribe de los proyectos que opera Shell, que le llamamos KGG, que hay como en el sur del mar Caribe, directamente al interior al sur occidente del país sin que esa molécula tenga que dar la vuelta. Es decir, ir a La Guajira y volverla a bajar. Porque los únicos gasoductos que tenemos hoy en día disponibles van desde Córdoba hasta La Guajira y de La Guajira al interior, Entonces, si podemos cerrar el anillo, vamos a tener la posibilidad de que la molécula fluya más rápidamente y que en menor distancia y que sirva para que no haya colapso de volúmenes en otros tramos. El tercer proyecto de infraestructura de transporte importante es otra bidireccionalidad que va desde La Belleza a Vasconia.
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