Sábado, 26 de Abril de 2025

El baúl de los recuerdos y los 30 años de ‘El Financiero’

Costa RicaLa Nación, Costa Rica 25 de abril de 2025

Opinión de Rodrigo Bolaños|"En los próximos 30 años, espero que ‘El Financiero’ lidere los debates para balancear nuestra economía".

He sacado del baúl de los recuerdos recortes de mis artículos publicados en El Financiero, que me hacen rememorar polémicas alrededor de las transformaciones económicas de los últimos 30 años. Comparto algunas que dan el sabor de la discusión.

"Urge definir el rol de la banca estatal" (mayo 1998). Los bancos del Estado ¿deben competir como bancos comerciales o resolver las imperfecciones en los mercados de crédito? En el periodo 1996-98 se hicieron reformas financieras de fondo como romper el monopolio estatal de las cuentas corrientes, fortalecer la supervisión financiera, modernizar las leyes del Banco Central y la del mercado de valores.

El gobierno firmó un convenio con los bancos estatales para mejorar sus indicadores y orientarlos a resolver problemas de acceso al crédito. En este último tema no se fue tan exitoso como en los otros.

"Inflación y crédito caro: ¿hipocresía frente al déficit del Banco Central?" (noviembre 2003). El Banco Central tuvo "escondido" en sus cuentas un déficit fiscal desde 1982, que se derivaba de su patrimonio negativo, que le hacía emitir un exceso de colones para financiarlo. Una buena parte del peso relativo de eliminar ese patrimonio negativo, lo llevaron a cuestas los más pobres de este país tan democrático.

Pagaron el impuesto inflacionario provocado por ese exceso de emisión que tuvimos que soportar por casi 30 años, de 1984 a 2014, con inflación descendiente pero alta. Hubo mucha hipocresía entre los gobernantes que decían combatir la inflación alta, y poco hicieron por impedirla. Con sacrificios, al final triunfó la desinflación.

¿A quién encajan los encajes bancarios? (setiembre 2002). Cuando los encajes bancarios discriminaban por plazos, monedas, tipos de banco, el país puso orden a partir de 1996 y los uniformó en niveles promedio mucho menores. Como resultado, junto con las otras reformas, bajó el costo del crédito y aumentaron las utilidades de los bancos del Estado. Creció la eficiencia y competencia en el sistema bancario y mejoró su contribución al desarrollo nacional.

¿Qué esconden los encajes de Don Bernal? (octubre 2002). El Banco Central sustituyó el efecto monetario expansivo de la baja en los encajes con bonos. Eso no le impidió, aunque tal vez demoró, llevar la inflación de vuelta a niveles similares a la de nuestros principales socios del exterior a partir de 2015. No obstante, siempre hubo quienes añoraban volver a los "manoseos" de la política monetaria que habían provocado la alta inflación ocurrida entre 1972 y 1983.

El exbanquero central don Bernal Jimenez M., siendo diputado en 2002 quiso volver a ese tipo de prácticas y obligar al BCCR a usar instrumentos caros como el encaje y a reducir mágicamente su déficit. Finalmente, don Bernal se quedó sin los encajes bajo los que quería esconder sus propuestas.

"Banco Anglo Costarricense: realidades y empate" (agosto 2004). El hecho histórico de la intervención y cierre del Banco Anglo en 1994-1995 fue un duro y sin precedentes golpe a la corrupción, lanzado desde el gobierno de turno. Así fue reconocido por tirios y troyanos.

Permitió que los Tribunales de Justicia se atrevieran más adelante a acusar y a llevar a la cárcel a personas que ocuparon los más altos cargos públicos. Sin embargo, el partido político del gobierno en el que se cometieron los hechos que llevaron a la quiebra al Banco Anglo, tuvo la habilidad política de "empatar el partido". Convenció a una parte de la población de que, si bien era cierto que ellos habían cometido errores, también lo era que el gobierno que le siguió y lo intervino y cerró se había equivocado porque el costo había sido más alto. Esto último era falso: todos los costos se derivaban de las irregularidades y actos de corrupción cometidos en el gobierno anterior.

"Las bandas cambiarias" (octubre 2006). Fueron un cambio de fondo después de 25 años de minidevaluaciones y como transición a la "flotación administrada" del 2015. Ayudaron muchísimo en la desinflación y a reducir el riesgo moral de la predictibilidad cambiaria.

"El tipo de cambio y las consecuencias del éxito"(febrero 2024). Poco antes de 1990, se inició la profunda transformación de una parte de la economía nacional, que produjo mayores y más diversificadas exportaciones, apoyada por la inversión extranjera. Fuimos muy exitosos y esto resultó, junto con la desinflación y la reciente reducción del déficit fiscal, en un tipo de cambio que ya no debe tener una tendencia a depreciarse, como sí la tuvo durante los largos años de inflación y déficit fiscal altos. Más bien, por el éxito externo hemos tenido una apreciación cambiaria y algunos claman por un cambio de política, de metas de baja inflación a una que deprecie el tipo de cambio.

No explican cómo pagaría el Banco Central el costo de sostener un tipo de cambio más depreciado sin incurrir en más emisión e inflación. Imitando la hipocresía de otros años, no se refieren a ese tema, pero para eso estamos los que desde El Financiero defendemos que no haya más inflación y que, si se quiere subsidiar a los exportadores, se tramiten alzas de impuestos como IVA o renta.

"La crisis con los ojos de un liberal" (noviembre 2008). Estábamos en medio de la crisis mundial de 2007-2009. No era tan claro, pero podíamos estar frente al principio del fin del dominio neoliberal y la globalización. Había muchas preguntas con respuestas muy tentativas. Ojalá Obama tuviera la visión de un Franklin Roosevelt para tratar soluciones nuevas. Se desmentía la frase de Keynes de que "en el largo plazo todos estaremos muertos" porque él estaba muy vivo en las expansivas políticas fiscales keynesianas que se siguieron. En parte, Friedman también triunfaba porque gracias a él la Fed no cometió los errores monetarios de la Gran Depresión.

Hoy todavía sentimos los escalofríos por lo ocurrido y por la tendencia a graves crisis que el capitalismo no ha resuelto, a pesar de que "no todos se volvieron marxistas".

El contenido futuro del baúl. En los próximos 30 años, espero que El Financiero lidere los debates para balancear nuestra economía, otorgando a la producción destinada al mercado doméstico una atención e incentivos equivalentes a los brindados al sector exportador.

Esta otra parte de la economía la dejamos abandonada, a merced de muchas de las ineficiencias que le evitamos a los exportadores, principalmente las que derivan del Estado ineficiente. En ella está concentrada la pobreza, el desempleo, la baja productividad, la informalidad, la inseguridad y el descontento social, así como los altos impuestos para los que los pagan y la evasión para los que no. Ojalá El Financiero reporte más sobre los problemas de esta otra economía, sus posibles soluciones y las luchas de sus actores. Ahí se crían las peores amenazas que enfrentamos y que han empezado a manifestarse de manera horrible y peligrosa en la decadencia política y social en nuestra sociedad.

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El autor es economista, fue el interventor a cargo del proceso del Banco Anglo y fue presidente del Banco Central en dos oportunidades.

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