La Nación, Costa Rica
26 de abril de 2025
El cuadro de Santa Ana estaba obligado a ganar, pero cedió el empate y se despidió de la Máxima Categoría,
Santa Ana intentó apelar al único hilo de esperanza para seguir en la Primera División. El conjunto josefino necesitaba ganar —y si era posible, por goleada— los tres compromisos que le restaban, una misión casi titánica para un equipo que solo ha logrado dos victorias en 20 compromisos. Pedirle tres triunfos seguidos a Santa Ana es como pedirle un milagro.
Los milagros no existen, al menos en el fútbol, donde se vive de resultados, y Santa Ana, sin respuestas en el campeonato, no tenía otro destino que el que finalmente selló contra Santos: descender a donde se encontraba hace menos de un año, la Segunda División.
Santa Ana empató 3-3 con Santos y ese marcador lo condenó. Las matemáticas ya no le dan, los números también le dieron la espalda y, con apenas un 21% de rendimiento en 20 fechas, era imposible que siguiera en la Máxima Categoría.
El primer tiempo fue regular en calidad y en llegadas a los marcos. Fue equilibrado, sin un claro dominador, pero Santa Ana abrió el marcador y se ilusionó con no descender.
Emanuel Casado sacó un centro cuando el balón estaba por salir, la defensa rechazó, pero la pelota le quedó a Mauricio Villalobos, quien al minuto 16 soltó un derechazo que se coló en el ángulo superior derecho del marco de Miguel Ajú.
La alegría le duró poco a los de casa, porque cinco minutos después del tanto de los locales, Juan Villalobos aprovechó el gran servicio de Marvin Esquivel, quien filtró la pelota y dejó al atacante de cara al gol. Villalobos definió muy bien con la derecha ante la salida de José Daniel Rojas, arquero de Santa Ana.
En el segundo tiempo, Santa Ana adoleció de lo que le hizo falta en todo el torneo: ser certero, letal. Tuvo algunas llegadas, pero no concretó, y Santos, en la cabeza de Juan Villalobos, le entregó el boleto con destino a la Segunda Categoría.
Darnell Barthley sacó un centro desde la derecha, nadie despejó y Villalobos llegó al cierre para rematar picado con la cabeza y anotar su doblete: el 2-1 para su escuadra.
Parecía que todo estaba consumado para los locales, pero Cristian Salomón movió el banquillo y los hombres que llegaron como variantes le cambiaron la cara al partido y al marcador.
Jean Carlo Castro ingresó al minuto 58 y, nueve después, empató el partido. Dixon Rocha, quien entró al campo al minuto 64, abombó las redes cinco minutos después de haberse santiguado para ingresar.
Pero si a Salomón le resultaron las variantes, a Centeno también. Envió a Julen Cordero a la cancha, y el hijo de Víctor Cordero decretó el empate 3-3. Con cinco minutos en el terreno de juego, Julen sacudió las redes y decretó el empate final.
