Lunes, 26 de Mayo de 2025

Una experiencia sensorial: el bar de Palermo que tiene a sus baños como los grandes protagonistas

ArgentinaLa Nación, Argentina 13 de mayo de 2025

Una vez que finaliza el horario de la cena, comienza su clásico show de luces, acompañado por un set de DJ Sobre la calle Godoy Cruz 1715 se encuentra una puerta marrón inmensa que busca pasar inadvertida

Una vez que finaliza el horario de la cena, comienza su clásico show de luces, acompañado por un set de DJ





Sobre la calle Godoy Cruz 1715 se encuentra una puerta marrón inmensa que busca pasar inadvertida. Al costado, en un pequeño cartel se lee "Misión". Dos guardias de seguridad parados allí vigilan, de manera atenta, el ingreso a uno de los bares más exclusivos de Palermo. Uno de ellos, en su primer día de trabajo, contó a LA NACION que le costó encontrar el acceso al lugar, que busca un "perfil bajo", camuflando su entrada con los colores típicos de las calles palermitanas.



Misión tiene nueve meses de vida y nació con un objetivo claro: ser una experiencia visual para cada persona que tiene la oportunidad de visitarlo. Las luces tenues y el color gris de sus muebles y de sus paredes definen un estilo sutil pero elegante. Sus mesas son pequeñas y están próximas a una barra de grandes dimensiones, que llega casi hasta el techo y destaca con detalles en neón. Misión está ubicado en el corazón de Palermo Soho y funciona únicamente con reserva previa

Alrededor de las 23.30 de cada viernes y sábado, luego de que los comensales terminan de cenar, comienza un show de luces que suben y bajan lentamente del techo y el volumen de la música aumenta , generando un efecto envolvente. Las personas miran el espectáculo y lo filman, algo confundidas. Los mozos despliegan unos guantes negros con láseres y circulan entre la gente, animándolos a más y a entrar en calor al ritmo de la música.

Imágenes psicodélicas

Algunas personas curiosas se dirigen al entrepiso, en busca de los baños, los protagonistas de Misión. Para esto, tienen que subir una gran escalera. Próximo a ella, se encuentra el primer baño que, a simple vista, pareciera común y corriente, pero al correr una cortina negra detrás de su espejo, se abre una pequeña habitación con un mapping de imágenes psicodélicas.

Para poder ingresar a los diferentes cubículos de este baño, hay que afilar el sentido del tacto e ir rozando la superficie de sus paredes para así poder descubrir sus puertas, pintadas de color negro. En este baño, conviven personas concentradas en hacer contenido sacándose fotos y filmando videos y otras que simplemente lo utilizan para su fin principal. Cada cubículo cuenta con una ventana de vidrio polarizado, en la que se puede ver toda la planta baja y su show de luces. En el baño de Misión el DJ se ubica sobre las bachas donde las personas

se lavan las manos



"Estamos todavía descubriendo quiénes somos. Mi bar se llama así porque todos llegan aquí con una misión de vida: a veces es conocer a alguien, conocerse más a uno mismo o simplemente perderse. Cuando entrás, podés empezar tu misión, tu viaje. No somos solamente un restaurante, sino una experiencia bien rara. Sin lo extraño, la vida sería aburrida", contó William, el dueño del lugar que es estadounidense y aterrizó en la Argentina hace nueve años y quiso mantener su apellido en anonimato.

La fiesta

En el último piso, donde se encuentra la terraza, se devela el misterio que oculta Misión: su segundo baño. Este fue transformado en un sector donde se pueden tomar unos tragos de autor y bailar tanto reguetón como música electrónica dependiendo el día. "No hay un lugar en Buenos Aires como el nuestro, donde puedas bailar en un baño. En la vida podés tener éxito y te puede ir bien comercialmente, pero si querés romperla, tenés que ir por lo diferente y eso queremos hacer en Misión", afirmó William.

La puerta de entrada es de color blanco y tiene un gran rombo en el centro. En sus laterales, hay otros dos rombos a modo de ventanas que permiten a los que están fuera asomarse e intentar descubrir qué sucede dentro. Arriba, hay un gran cartel donde se lee la palabra "Baños". La carta de Misión propone una coctelería de autor tanto en su planta baja como en su baño en el segundo piso



La gente va llegando a este nuevo espacio de manera tímida, que ya se transformó en un sector de puro baile y diversión. A la izquierda, tiene diferentes bachas y justo frente a ellas, separado por un vidrio fino, las bandejas del DJ que musicalizará esa noche. Enfrente, la barra de tragos de autor.

"La respuesta de la gente la vemos cada vez que venimos a tocar. Los invitados ingresan algo perdidos y terminan disfrutando de una gran noche. Es algo totalmente diferente, divertido e innovador. Es raro ir al baño, terminar tomando un trago y bailando el tema del momento. La propuesta es de gran atracción e impacta al momento de entrar" , confesó Facundo Ponce, DJ que musicalizó algunas noches del lugar.

También, agregó que en su carrera tuvo la oportunidad de musicalizar varios bares temáticos como subtes y bibliotecas y que esta apuesta "de verdad sorprende", no solo por la ambientación sino por la experiencia que genera. "Se logró un boliche con excelentes tragos, un gran servicio, buen sonido y dentro de un baño. Creo que todos alguna vez bailamos como si estuviéramos en una fiesta en el baño de nuestra casa. Misión lo hizo realidad" , completó.

Algunas personas bailan, otras simplemente miran la escena y muy pocas utilizan el sector para lo que fue pensado originalmente: ir al baño. El color blanco predomina en todo el ambiente: en los azulejos de sus paredes, de su piso y en sus papeles higiénicos apilados en diferentes sectores. En el centro de la pista, hay una gran estructura circular con led hecha enteramente de papel higiénico. Una vez pasadas la medianoche, las luces se vuelven tenues y de un color rojizo. El ambiente se torna difuso, producto del humo que lanzan las máquinas del espacio.

Pocos son los que se animan a "ir al baño", que posee dos cubículos para hombres y dos para mujeres. "No iría nunca a ese baño, estando toda la gente ahí, pero es gracioso. Yo estoy en la cabina del DJ pasando música y delante mío tengo las bachas donde la gente se lava las manos. A pesar de que es un baño, le pusieron muy buen sonido. Lo que sí, la capacidad no es muy grande, entrarán 150 personas como máximo", señaló Nacho Donadeu, otro DJ que tocó en el lugar.

Respecto a cómo surgió la idea de Misión, William contó a LA NACION que sus años vividos en Londres y en Nueva York sirvieron de gran inspiración, específicamente la arquitectura y el diseño del Upper East Side de Manhattan y los baños victorianos de Londres , convertidos hoy en reconocidos restaurantes y cafeterías. Algunos de los más visitados son The Attendant en la zona de Mayfair y Bermondsey Arts Club sobre la calle Tower Bridge. Ambos conservan parte de la decoración y mobiliario de los antiguos baños públicos y son subterráneos.

A Misión se acercan personas en sus veintes, treintas y cuarentas y no solo de Buenos Aires, sino turistas que lo conocieron a través de las redes sociales y vienen con ganas de vivir la experiencia. Cada noche tocan entre cuatro y cinco DJ distintos y cada dos semanas musicalizan bandas con covers acústicos de rock. "Estoy casi todas las noches como dueño hablando con cada mesa para entender qué les gusta y qué no. Lo que más sorprende es el baño, la gente no lo puede creer ", confesó William.

Misión está abierto de martes a sábados de 22 a 3 y está ubicado en Godoy Cruz 1715, Palermo.
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