Las oportunidades detrás de los cierres mineros
Un hueco en la tierra no solo es una cicatriz en el paisaje, sino también el punto de partida para ideas prácticas y oportunidades de desarrollo
Un hueco en la tierra no solo es una cicatriz en el paisaje, sino también el punto de partida para ideas prácticas y oportunidades de desarrollo. Esa es la premisa con la que se da inicio al Congreso Internacional de Gestión de Cierre Minero, un evento orientado en profundizar en los retos y oportunidades que enfrenta el país para abordar la fase final de proyectos mineros. Según explicó Luis Madriñán, doctor en ecología y experto en recuperación de tierras, suele persistir la idea de que cuando una mina se crea esto implica una transformación irreversible en el ecosistema. No obstante, si se ponen en marcha las medidas adecuadas cuando se produce su cierre, esto puede conducir a soluciones en materia turística, ambiental, de servicio, entre otras. "Los cierres mineros se han venido dando a través del tiempo, quizás no podrían imaginar algunas soluciones que podrían considerarse inusuales, donde antiguos sitios mineros dan paso a la conformación de lagos que funcionan como centros de desarrollo turístico y acueductos, cervecerías, una casa de ópera, hipódromos, campos de golf, pistas de esquí, viñedos, ecosistemas reconstruidos, un archivo digital dentro del círculo polar ártico o inclusive jardines botánicos", destacó Madriñán. Durante su intervención en la apertura del congreso, que se llevará a cabo del 22 al 23 de mayo en Bogotá, el experto también resaltó la necesidad de generar una hoja de ruta que establezca lineamientos claros con miras a compensar, remediar y restaurar las zonas cuando el yacimiento se agota. Además, de mitigar los efectos económicos y sociales, en especial en las comunidades que dependen de esta labor. Por esa misma línea, hizo mención del impacto que puede llegar a tener la minería ilegal en términos ambientales y en lo asociado con las finanzas públicas, así como la importancia de diferenciarla de la actividad formal. "En nuestro país se confunde con frecuencia las actividades de minería formal que cumplen con los lineamientos ambientales y siguen fielmente la jerarquía de mitigación, con la extracción ilícita de minerales que es una actividad delictiva y que deja a su paso la pérdida de impuestos y regalías para la Nación y la generación de pasivos ambientales", indicó. Igualmente, Madriñán hizo hincapié en el potencial que tiene el territorio nacional para el desarrollo económico de la mano de la minería responsable en la exploración y producción de minerales como el níquel, cobre, cromo, carbón térmico y metalúrgico, oro, piedras preciosas, roca fosfórica y platino.