Mides "no identificó" responsabilidades personales en los recientes fallecimientos y afirmó que "con mucha dificultad" está logrando que haya menos gente en calle.
El frío, de forma obvia, agrava casi cualquier patología que padezca un ser humano. Las personas que pernoctaban en la
calle y que murieron en las últimas semanas tenían historias muy diferentes, y no necesariamente murieron únicamente por las consecuencias del clima, sostuvo el ministro de
Desarrollo Social, Gonzalo Civila.
Los informes forenses en poder de la cartera indican que, en un caso, la muerte se debió a una
pancreatitis hemorrágica por consumo de alcohol. En otro, la persona falleció luego de haber
consumido caña blanca toda la noche en una carpa. Otra falleció por una
afección respiratoria, y a otra se le registró un foco de
tuberculosis, algo bastante generalizado entre las personas que pasan la mayor parte de sus días en las calles.
"El nivel de deterioro de estas personas producto de su exposición a la vida en calle durante años es muy grande", dijo en el Parlamento el ministro, y aclaró que la evaluación sobre el riesgo sanitario está en manos de los equipos médicos, cuyas actuaciones "no necesariamente van en la misma dirección" que el ministerio.
El jerarca también recordó que las internaciones involuntarias no necesariamete requieren de la presencia de algún equipo del ministerio: muchas han surguido de un llamado directo de la Policía a la Administración de los Servicios de Salud del Estado (
ASSE).
Civila planteó allí un doble problema: las causas que hacen que una persona esté en calle y, sobre todo, las que llevan a su permanencia allí. "Todas las personas que fallecieron tenían años en calle", afirmó. "
Es espantoso estar un mes en la calle, pero hacía años que estaban", agregó. "El deterioro que se va acumulando sobre la salud de estas personas es muy grande", insistió.
Civila fue consultado sobre el tema el pasado martes en la
Comisión de Población y Desarrollo de la
Cámara de Representantes. La diputada nacionalista
Fernanda Auersperg le preguntó, directamente, como "responsable político" del ministerio, sobre los motivos de las muertes, y sobre si consideraba que hubo responsabilidad política en estos casos.
"Si me preguntan si reconozco una responsabilidad política en el fallecimiento de tal o o cual ciudadano, claramente no la hemos identificado", respondió el ministro. Para Civila, el Estado tiene responsabilidad en todas las muertes en situaciones de vulnerabilidad. Pero esa responsabilidad, dijo, aunque ineludible, no es exclusiva.
"Cualquiera de nosotros que dijera que en el Estado no fallan cosas para dar respuesta a este tipo de situaciones, estaría tapando el sol con un dedo", sostuvo el ministro. "Tenemos muchísimo para hacer en la tranformación del Estado y en sus respuestas para llegar a tiempo en muchas situaciones de vulneración extrema de derechos y de la diginidad de los ciudadanos", añadió. Las fallas en la respuesta, dijo, son múltiples y de distintas instituciones.
Para Civila, lo que sucede es que su ministerio ha tendido a convertirse en una institución "muchas veces residual" de los problemas que otros organismos no abordan.
El objetivo: que menos gente esté en la calle
Ante los legisladores, Civila planteó que su objetivo es que menos gente esté en la calle. "Lo estamos logrando con mucha dificultad", afirmó.
El ministro planteó, además, un desafío en cuanto a la gente que está a la intemperie. "Se meseteó en algún momento, pero sabemos que ha venido creciendo de forma sostenida" la cantidad.
Un buen cristiano
El legislador socialista
Gustavo González contó su pesar por, recientemente, haber visto a "
dos cristianos realmente hechos leña" por esta situación, y no haber retenido el teléfono para llamar por ayuda. En su visión, el tema no se resolverá mientras no se solucione el problema de la desigualdad y la pobreza.
"Me gustó ver la otra noche al ministro Civila, que mientras yo estaba tranquilo mirando televisión en mi casa, estaba levantando gente con una camioneta a las tres de mañana", dijo del diputado. "Creo que eso habla muy bien de un verdadero cristiano, a pesar de que habla un agnóstico", concluyó.