Domingo, 13 de Julio de 2025

Los cinco proyectos con los que se busca un sistema financiero más inclusivo

ColombiaEl Tiempo, Colombia 13 de julio de 2025

carlos arturo garcía m

carlos arturo garcía m.CarlosGaríaM66artgar@eltiempo.com
"No hay desarrollo económico sin desarrollo financiero y este significa tener unos mercados mucho más profundos y más inclusivos". La frase es del profesor César Ferrari, actual superintendente Financiero, y la viene repitiendo desde hace dos años cuando asumió el cargo y se fijó el propósito de crear las condiciones necesarias para que se cumplieran esos dos objetivos. No ha sido una tarea fácil, dice el funcionario, al tiempo que reconoce que aún falta mucho por hacer, pero con la satisfacción de que 24 meses después los avances son palpables y los usuarios del sector financiero comienzan a beneficiarse de la transformación que se adelanta y que está contenida en cinco proyectos estratégicos: finanzas abiertas, supervisión digital, gestión óptima de riesgos, optimización normativa y modernización de la Superfinanciera. Para hablar de los avances en cada uno de estos frentes, de lo que aún hace falta por concretar y de lo que viene para los millones de usuarios con la modernización del sistema financiero colombiano, EL TIEMPO buscó al encargado de liderar ese proceso, el profesor Ferrari, y esto fue lo que nos contó: Uno de sus objetivos cuando llegó a la Superfinanciera en 2023 fue lograr que el sistema financiero tuviera mayor profundidad, ¿qué tanto ha avanzado en ello? Los mercados financieros colombianos son poco profundos, poco inclusivos y son muy dispares porque mientras el 98 por ciento de las personas tienen algún tipo de cuenta de depósito, solo el 35,5 por ciento posee algún crédito; los primeros se desarrollaron más que los segundos, entre otras razones por el impulso de la política de subsidios. Eso me llevó a pensar en la necesidad de contar con un sistema estable, pero al mismo tiempo más profundo, que le llegue a más gente y para lograrlo había que concentrarnos en las finanzas abiertas. ¿Por qué las finanzas abiertas? Porque su filosofía apunta a que todos los bancos compartan entre sí la información de sus clientes y estos tengan información de todos los bancos, de manera que unos y otros pueden aceptar o darle un servicio a quien más le interese y eso se mide por las tasas. Me explico, si tengo un crédito en una entidad al 21 por ciento, pero otra me ofrece ese mismo préstamo al 18 por ciento, obvio yo me voy con el mejor postor. Pero mi banco no querrá dejarme ir, entonces buscará ofrecerme una tasa más baja, eso se llama competencia y cuando los atributos de la competencia comienzan a cumplirse el sistema se refuerza, crece. Para eso son las finanzas abiertas. Ahora, la competencia tiene tres atributos: precios transparentes, libre entrada y salida de clientes e información asimétrica. Lo que resuelve el problema de las finanzas abiertas es información simétrica, que todos los bancos tengan información de todos los clientes para que puedan ‘peleárselos’ y eso es lo que logramos con finanzas abiertas. ¿Qué tan complicado ha sido este proceso? Decirlo y comprenderlo es fácil, pero ejecutarlo es complicado porque significa que, primero, tiene que ser obligatorio cuando ha sido voluntario desde el 2022. Los bancos comenzaron a compartir la información con sus filiales, lo cual resultó insuficiente, por lo que había que volverlo obligatorio y esto implicaba sacar un decreto que hoy está en segunda ronda de comentarios del mercado. Ese es el primer proyecto, que apunta al desarrollo del mercado de crédito y a una mayor inclusión financiera, por lo que espero que salga pronto. Usted también menciona una supervisión digital... Eso tiene una razón de ser y es que cada vez las entidades son más digitales. Hace unos días estuvimos en Nubank, que no tiene oficinas abiertas al público, solo la gerencia y las de los administradores. Entonces, si la banca cada vez es más digital, necesitamos una superintendencia más digital y eso significa compartir la información en tiempo real, digitalizada, lo cual tiene ventajas enormes, como menor personal procesando datos, que cuesta mucho dinero y se puede invertir en otros sistemas. Ahora, con la información en tiempo real podemos hacer prospectiva sobre los balances y saber si hacia adelante determinada entidad tendrá pérdidas, con lo que podremos decirles a sus administradores que corrijan lo que están haciendo mal para evitar una eventual crisis, por eso necesitamos una supervisión cada vez más digital, diligente y menos analógica. ¿Qué tanto es el progreso en ese frente? Hemos avanzado en la migración de gran parte de la información, pero eso no es tan importante porque se refiere a datos anteriores. Tenemos una idea para hacerla por módulos; comenzamos con el de colocaciones y el de seguros porque tenemos que cumplir con unas fechas. Ya tenemos gran parte del desarrollo de los módulos hecho, pero nos faltan. Este es quizás el proyecto más importante, complejo y en el que menos experiencia tenemos de todos, por lo que, sin lugar a dudas, nos tomará más tiempo en la medida que se tendrá que hacer con todo el sistema financiero. También es el menos avanzado a pesar del enorme trabajo realizado hasta el momento. ¿También será el de mayor impacto de los cinco proyectos? Todos tienen su grado de importancia, este es el más complejo y el que más esfuerzo demanda; estamos avanzando y aprendiendo en el camino en el que tener una gestión óptima del riesgo es fundamental y esto significa que en el proceso de asignación de un crédito tenemos que considerar ya no solo los riesgos tradicionales sino también los emergentes, como los derivados del cambio climático y que impactan, por ejemplo, a los campesinos, sus cultivos y sus ingresos. Entonces, había que ampliar la matriz de riesgo para incorporar los emergentes, entre los que están además los problemas sociales y los de gobernanza de las empresas. Ya tenemos algunos resultados importantes, como el Indicador Simplificado de Riesgo (ISR), que con un solo número nos permite ver si una entidad está en buena, mala o regular situación, porque combina todos esos riesgos. Todavía estamos en periodo de prueba, pero cuando estemos seguros de que las prácticas nuevas son las que son, abandonamos la metodología antigua e incorporamos la nueva. ¿La depuración de la Circular Básica, proceso que terminó hace unos días, es parte de esto? Por supuesto, y esto tiene su origen en un comentario que alguien me hizo cuando llegué a la entidad, en el sentido de que ‘tenemos tantas normas que estamos ahogando el desarrollo del sistema financiero’, por lo que nos dimos a la tarea de revisar no solo la Circular Básica Jurídica sino también la Contable y Financiera, proceso en el que se eliminan muchos temas que hoy son obsoletos, lo que nos tomó dos años. Había que simplificar los textos porque pareciera que fueron escritos para que casi nadie los entienda. Entonces, esa depuración ya está lista, estoy por firmarla pronto. ¿Qué tanto se eliminó de esa circular? Mucho, un montón de reportes y de informaciones que hoy son obsoletas. Hemos eliminado como ocho capítulos que ya no son necesarios y que harán más sencilla la vida de los agentes del sistema financiero y, por lo tanto, la de los consumidores. Estamos ad portas de que salga la nueva organización de la Superfinanciera, que requiere de varias aprobaciones del Ministerio de Hacienda, de la Función Pública, del Dapre y la firma del Presidente del decreto final. Espero esté listo el 1.º de agosto. Este año quedará muy avanzado todo este cambio... Así es, pero en la medida que las entidades continúen su transformación, surjan nuevas cosas, nuevas ideas habrá que incorporarlas, esto es algo de nunca acabar. Lo único constante es el cambio y en eso estamos de hace dos años con una particularidad, diálogo abierto. No puede ser imponiendo porque al final significaría colocar un pensamiento único rector. Cuando tú dialogas llegas a un acuerdo y a un consenso. Yo prefiero crear consensos. ¿Todo este cambio apunta también a una supervisión más preventiva? Esa es la idea, una supervisión que mire siempre hacia adelante, por eso necesitamos ser más digitales, utilizar inteligencia artificial, ser más prospectivos, construir modelos econométricos avanzados que permitan, con la información que se tiene, decirles a los vigilados, aquí hay riesgo o aquí hay ventaja, incluso antes de que ellos mismos lo encuentren. Eso es interesante porque nos permite que se desarrolle el sistema financiero más y que, por lo tanto, nos ayude a impulsar el desarrollo económico. No hemos incluido nuevos temas porque eso nos hubiera demandado un mayor esfuerzo, pero en algún momento tendremos que hacerlo. Insisto, esto no se hace de un día para otro, nos ha tomado casi dos años la sola depuración normativa, imagínese lo que nos demandará una modernización de las normas para introducir todos estos nuevos elementos que hay en la sociedad, que permean las instituciones y cambian las organizaciones. Eso será más adelante, cuando yo no esté en la entidad.
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