Distinto a todos: el monasterio que encierra anécdotas vinculadas al papa León XIV y es un oasis poco conocido en la ciudad
Casa Santa Mónica
Casa Santa Mónica poco tiene que ver con un típico monasterio antiguo de Buenos Aires
Casa Santa Mónica
Casa Santa Mónica poco tiene que ver con un típico monasterio antiguo de Buenos Aires. Llama la atención por su estilo simple y despojado, en sintonía con la imagen que pregonan los agustinos . Pero los muros de piedra gris que lo rodean encierran una serie de anécdotas vinculadas a León XIV , cuando siendo prior de esa orden eligió en varias oportunidades el claustro del barrio de Agronomía para hospedarse.
El complejo religioso funciona desde el año 2000. Se construyó después de un proyecto presentado por Mederico Faivre y Norma Román y ganador de la Bienal de Arquitectura 2001. "Santa Mónica es una casa de formación de novicios, pero también un sitio donde los laicos vienen a realizar retiros espirituales", explica Fray José Galvis a LA NACION , durante una recorrida por el inmueble situado en Nazca 3939 , un oasis de silencio con un tranquilo jardín. Su nombre alude a la madre del fundador de la orden, San Agustín de Hipona, venerada tanto por la Iglesia Católica como por la ortodoxa. El monasterio se diferencia claramente de otros claustros porteños, que son mayormente de estilo colonial, como Santa Catalina, o neoclásico, como Santo Domingo
En el monasterio los padres realizan encuentros, llamados "capítulos", con sus pares del exterior. Francis Robert Prevost participó de una de esas reuniones, recuerda Galvis. Agrega que, "afortunadamente, dado que se nombró Papa a un agustino, aumentaron considerablemente las vocaciones sacerdotales de la orden en todo el mundo". El fraile viste el hábito característico de su congregación desde el siglo XIII: una túnica negra que llega hasta los tobillos anudada por un cinturón.
El monasterio se diferencia claramente de otros claustros porteños, que son mayormente de estilo colonial, como Santa Catalina, o neoclásico, como Santo Domingo. "¿Cómo concebir un convento del siglo XXI en un barrio de Buenos Aires?", se preguntó Faivre hace 25 años con una mirada puesta en la problemática ambiental, social y política, concibiendo a "la arquitectura ideal como magra, descartando fenómenos superfluos", según dice la página web del estudio. "¿Cómo encontrar el espíritu del tema?" fue el segundo interrogante del arquitecto. Le interesa partir de las enseñanzas de San Agustín, un defensor de las diferencias, que en el siglo IV manifestaba: "Nosotros somos los tiempos. Como nosotros seamos, así serán los tiempos". El complejo religioso funciona desde el año 2000
El claustro, que pasa desapercibido para quienes transitan por el lugar, es moderno y sustentable : vidriado, luminoso y con un diseño en forma de U parcialmente cerrado por una glorieta. Dominan el hormigón a la vista, piedras naturales y maderas implantadas. Las dos articulaciones de piedra gris contienen los elementos básicos del programa religioso: la capilla y la biblioteca , cada una con su torre de hormigón. Los muros son de doble ancho como protección contra el ruido de la avenida.
"La construcción se corresponde a nuestra vida agustiniana , siguiendo el ejemplo de nuestro Padre de la Iglesia que buscaba encontrar a Dios desde los estudios. Por eso dos torres: una es la interioridad, la capilla; la otra, la biblioteca, el estudio", comenta Galvis. Los ambientes están equipados con mobiliario de madera, diseñado también por Faivre. Al recorrer los espacios se percibe una atmósfera alegre y poco solemne. Al recorrer los espacios se percibe una atmósfera alegre y poco solemne
El terreno ocupa casi media manzana y contiene una arboleda centenaria con magnolias, palmeras y un roble que sería uno de los más añosos de la ciudad de Buenos Aires. Los arquitectos decidieron conservar la totalidad de los árboles y no intervenir en la disposición general del jardín. "Interpretamos al monasterio como una gran casa, hospitalaria y amable", resume Faivre.
Según Galvis, además de su arquitectura singular y de contar con varias comodidades, uno de los mayores beneficios de Casa Santa Mónica es que está ubicada a pocos minutos del epicentro porteño, con opciones para movilizarse hacia cualquier parte de la Capital y el Gran Buenos Aires. El terreno ocupa casi media manzana y contiene una arboleda centenaria con magnolias, palmeras y un roble
El estudio de Mederico Faivre y Norma Román inició su trayectoria en 1969, cuando ganaron una beca en París. Plasmaron más de 110 obras en toda la Argentina. Realizaron una intensa labor para comunidades religiosas, escuelas primarias y secundarias, y universidades como la Universidad Nacional de Quilmes, levantada a partir de lo que fue una antigua planta industrial en Bernal.
Habitaciones austeras
Prevost visitó la Argentina en varias ocasiones. Se registraron visitas en 2004 y 2013, participando en eventos como la inauguración de la biblioteca de Santa Mónica y la ordenación de un obispo. Además se menciona que estuvo en otras oportunidades en Catamarca y Tucumán, alojándose también en el convento de la iglesia de San Agustín en Recoleta, un edificio moderno aledaño al templo y al tradicional colegio. (De izq. a der.) Monseñor Alberto Bochatey, Monseñor Demetrio Jiménez, Monseñor Robert Francis Prevost, P. Nicanor Juárez y P. Hipólito Martínez Rabanal, en Santa Mónica
"Estuvo en acá como mínimo cuatro veces", cuenta Alicia Heredia , quien trabaja con los agustinos desde hace 43 años y en Santa Mónica desde que abrió, habiendo visto con sus propios ojos cómo se levantó. Realiza diversas tareas administrativas, pero lo que más le gusta es cocinarles a los padres y a los fieles que hacen retiros.
"Fue una gran emoción verlo en la ventana de San Pedro cuando asumió. Me alegré mucho y recordé toda su simpatía", dice la mujer al ser consultada respecto de lo que sintió el día que vio por televisión como León XI V habló desde el balcón de la basílica el 8 de mayo pasado, tras ser electo papa. Prevost con el padre José Luis del Castillo, durante su estadía en la Casa Santa Mónica
"Recuerdo muy bien una vez, cuando compartió un almuerzo con los seminaristas acá, que les hice colita de cuadril rellena y de postre, pastafrola con pedacitos de chocolate. Le gustó mucho lo dulce porque cuando terminaron de comer pasó caminando por la mesa de los postres, agarró un pedacito de la torta y se la fue comiendo por el camino", detalla Heredia.
En otra de las visitas , la mujer compartió un café con Prevost, quien le preguntó sobre sus hijos y su marido, con quien está casada desde hace 46 años. "Fue durante un recreo de los frailes que nos sentamos a tomar café. La charla fue muy amena, distendida", añade.
Consultada sobre cómo era la rutina de él y el resto de los padres en el monasterio en esos momentos, describe: "Se levantaban a las 6 y rezaban hasta las 7.30. Desayunaban y después cada uno iba a hacer sus tareas a las respectivas parroquias". Aclara que "el movimiento de la casa es muy sencillo, ya que lo que importa es la humildad". Los cuartos son todos iguales: constan de una cama, un escritorio y una mesa
Durante la recorrida, Heredia señala cuál fue la habitación donde estuvo Prevost. "Los cuartos son todos iguales. Constan de una cama, un escritorio, una mesa. Todo es muy simple . Nuestro modo de vida es austero", dice Galvis. Llama la atención lo luminoso de los dormitorios: fueron diseñados para que el sol ingrese de diversas formas en las distintas estaciones del año.
Un oasis en medio de la ciudad
Los agustinos son una comunidad mendicante con 800 años de historia y vocación misionera. Están presentes en más de 40 países de todos los continentes. En la Argentina tienen presencia en varias provincias, incluyendo Buenos Aires, Mendoza, Salta, Catamarca, San Juan y Santa Fe, con cantidad de conventos y parroquias. Sin embargo, por su tamaño y características, Casa Santa Mónica es única dentro de ese conjunto de edificios religiosos. Por su tamaño y características, Casa Santa Mónica es única dentro de ese conjunto de edificios religiosos
"En esta casa vamos a tener un retiro vocacional para varones, del 1° al 3 de agosto. Es para jóvenes de 18 a 35 años que quieran discernir su vocación y conocer más de cerca el carisma agustiniano", adelanta el fraile. Con ese retiro dan inicio al mes agustiniano , en el marco de la celebración de San Agustín. La fiesta litúrgica es el 28 de agosto.
Según detalla la página web de la orden en la Argentina, el monasterio de Santa Mónica ofrece 15 habitaciones individuales con baño privado y balcón con vista hacia el jardín, y dos habitaciones dobles con baño privado. También posee un salón de usos múltiples para conferencias para 50 personas, una capilla para 30, un comedor para 32, una sala de estar principal para 15 y otra más pequeña. El lugar es apto para personas con discapacidad y cuenta con un parque con cancha de fútbol 5, otra de básquet y una parrilla. Tiene wifi y televisores varios, calefacción por losa radiante y aire acondicionado frío/calor en espacios comunes. Posee un salón de usos múltiples para conferencias para 50 personas, una capilla para 30, un comedor para 32, una sala de estar principal para 15 y otra más pequeña
Más allá de los preparativos por el mes agustiniano, en el convento se respira un ambiente de expectativa ante la anunciada visita del Papa a la Argentina , que podría ser en 2026, saldando de este modo una cuenta pendiente de su antecesor, y también su amigo, el papa Francisco, quien durante su mandato no regresó a nuestro país.
"Espero poder verlo cuando arribe. Estamos con la esperanza de recibirlo, aunque al ser una visita de Estado no se hospedaría con nosotros, sino en la Nunciatura. Nos gustaría que vuelva a visitarnos en Santa Mónica, pero entendemos que su misión es estar con todos los compatriotas porque él, sin duda, es un referente de la iglesia universal", concluyó el fraile.