Martes, 02 de Septiembre de 2025

Un salario mínimo como ninguno

ColombiaEl Tiempo, Colombia 2 de septiembre de 2025


Stefano Farné
En su alocución ante el Congreso el pasado 20 de julio, el presidente Petro afirmó: "Subí el salario mínimo como ninguno; aún me queda un año, voy a aprovecharlo para que en diciembre se busque un ajuste importante"


Stefano Farné
En su alocución ante el Congreso el pasado 20 de julio, el presidente Petro afirmó: "Subí el salario mínimo como ninguno; aún me queda un año, voy a aprovecharlo para que en diciembre se busque un ajuste importante". En efecto, en Colombia el salario mínimo aumentó, descontada la inflación, 3,6% en 2023, 5,5% en 2024 y probablemente lo hará en otro 4,5% en 2025. Se trata de valores superiores a los que estábamos acostumbrados en el pasado y que, para sorpresa de muchos, se dieron sin un repunte inflacionario, ni un deterioro del mercado de trabajo. Sin embargo, este no ha sido un fenómeno único en el mundo. Según el último Employment Outlook de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), el salario real aumentó "en prácticamente todos los 30 miembros de la Ocde que tienen un salario mínimo legal vigente" (pág. 39). Solamente en América Latina, Colombia ha sido ampliamente superada por México y Chile: entre enero de 2021 y abril de 2025 el salario mínimo real en México habría crecido 55,3%, en Chile 17,3% y en Colombia "solo" 10,9%. Naturalmente, ni en Chile, ni en México los principales indicadores laborales sufrieron algún deterioro. ¿Cómo justificar estos resultados? Una primera estrategia adoptada por las empresas ha sido la compresión salarial: a los trabajadores con una remuneración igual a un salario mínimo se les aumentó el porcentaje establecido legalmente, pero a los trabajadores con salarios superiores se les concedieron incrementos menores. Con esto, se ha compensado en parte el aumento de la nómina salarial total provocado por el aumento del salario mínimo. Por otro lado, han disminuido los costos de adquirir factores de producción distintos a la mano de obra, especialmente los precios de algunos insumos importados. Lo mismo ha ocurrido con los costos financieros: las tasas de interés, desde unos máximos registrados a principios de 2023, se han venido reduciendo de forma progresiva y notoria. No obstante, tal vez más relevante ha sido la caída de los márgenes de ganancia de las empresas que, vale la pena resaltar, habían trepado en los años 2021 y 2022. Esto ha evitado que los mayores costos laborales se trasladaran a precios más altos y que disminuyera la demanda de trabajo. ¿Se mantendrán estas condiciones en el futuro? En particular, ¿la reciente disminución de los márgenes de ganancia de las empresas constituye un fenómeno definitivo o solamente temporal? De ello depende el futuro del mercado laboral y del empleo en Colombia, fuertemente probados por los incrementos del salario mínimo en los últimos años, por la recién aprobada reforma laboral, por la disminución de la jornada laboral semanal -valga la pena resaltar que esta reducción representa un costo promedio para las empresas en su conjunto superior al de la propia reforma laboral- y ahora por la promesa hecha por el presidente de la República acerca del incremento del salario mínimo para el 2026.
Observatorio del Mercado Laboral, Universidad Externado de Colombia.
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