Trabajando para la burocracia
Miguel Gómez Martínez
¿Quién trabaja para quién? ¿El ciudadano para el Estado o el Estado para el ciudadano? En un muy interesante estudio elaborado por Corfi y publicado en Portafolio, se abordan estos interrogantes con conclusiones deprimentes
Miguel Gómez Martínez
¿Quién trabaja para quién? ¿El ciudadano para el Estado o el Estado para el ciudadano? En un muy interesante estudio elaborado por Corfi y publicado en Portafolio, se abordan estos interrogantes con conclusiones deprimentes. Según el estudio, una microempresa debe dedicar 2.260 horas al año a atender los requerimientos de los diferentes niveles del Estado. Lo grave es que las microempresas (que son 94,2% del total y que tienen menos de 10 trabajadores) están dedicando 15% de sus empleados a atender a la burocracia. Como sabemos, la informalidad en Colombia no es sólo una señal de pobreza sino una respuesta a la incapacidad de poder sobrevivir económicamente cumpliendo con las innumerables reglamentaciones existentes. El "Índice de Complejidad para hacer negocios en 2025" del TMF Group sitúa a Colombia como el quinto más complejo del mundo para emprender y operar. Para rematar, en el Indicador de Calidad Regulatoria del Banco Mundial venimos cayendo desde el año 2014. La arrogancia es una característica de los Estados modernos. Armado con un sello y una resolución, el burócrata reina como déspota frente al indefenso ciudadano que no entiende la norma ni por qué debe cumplirla pero que sabe que su incumplimiento le hará sufrir sanciones. Apoyado en normas complejas y llenas de recovecos, persigue al ciudadano como si fuera su enemigo sin recordar que son los impuestos de ese mismo ciudadano que pagan su salario. Luego de preguntar a diestra y siniestra, de hacer largas colas y de pagar por el servicio público, el empresario saldrá dichoso de haber logrado superar otro obstáculo. Cada político a nivel local, departamental y nacional está pensando en hacer obligatoria alguna idea absurda que se traducirá en una norma que luego tiene que cumplir el pequeño empresario formal creador de riqueza. Esos políticos que nunca han administrado nada y que sólo piensan en contratos, clientelas y marullas. El peso muerto que representa esta tramitomanía sobre la competitividad de la economía es enorme. Se suma a otras ineficiencias como las logísticas. Ni políticos ni burócratas entienden de empresa y negocios. Han escogido sus trabajos porque ofrecen mucho poder y poco riesgo. No son conscientes de lo difícil que trabajar y emprender en Colombia. No saben los complejos que es vender y cobrar. No conocen el desvelo de tener que pagar una nómina o enfrentar la visita de algún funcionario que vendrá a buscar la manera de sancionarlos. Ser empresario es para gente con mucha constancia pues solamente una de cada tres empresas sobrevivirá más allá de los cinco años. No creo que muchos funcionarios públicos se desvelen por las empresas. En cambio, muchos empresarios no duermen pensando en los efectos que tienen, en sus empresas, las decisiones de los funcionarios públicos que poco y nada entienden de la realidad empresarial.
Consultor empresarial migomahu@gmail.com @miguel.gomez.m