Será distinto
Ricardo Villaveces P
Ricardo Villaveces P.
Los cambios que estamos presenciando son tan dramáticos como acelerados. La convergencia entre la tecnología de la información y las ciencias biológicas está transformando radicalmente la vida humana y el entorno social. Por un lado, la capacidad de procesar y analizar cantidades masivas de datos mediante inteligencia artificial, algoritmos y redes de comunicación globales permite comprender procesos complejos antes inaccesibles. La biología, por otro, se está apoyando en estas herramientas para descifrar el genoma, diseñar terapias personalizadas y explorar la manipulación de organismos con una precisión sin precedentes. Es un mundo en el que las interfaces entre cerebro y máquinas comienzan a generar confusiones acerca de que es lo que se puede considerar humano. La longevidad va en aumento y sorprende enterarnos que, en Colombia para hablar de lo cercano, hay mas catorce mil personas mayores de cien años. Lo que se anticipa en lo relativo a la Inteligencia Artificial General y a la Superinteligencia va mas allá de lo que pudiéramos imaginar y lo que ha sido un límite para muchos de estos desarrollos, como ha sido la capacidad de cómputo, va a superarse en un plazo cercano con los avances que se están logrando en la computación cuántica. Frente al complejo escenario geopolítico global se viene desarrollando en paralelo una revolución de la ciencia que debería tener a nuestros dirigentes pensando seriamente en como un país irrelevante en estos campos, como Colombia, puede prepararse para no quedar completamente marginado de estas "megatendencias". Poco o nada se les oye a los precandidatos hablar sobre el particular cuando, es apenas elemental, que temas como el de los recursos para ciencia y tecnología deberían ser un asunto prioritario para quien pretenda liderar el país en estos tiempos. La situación es mas grave aún, pues Petro no solo cree que con sus desvaríos y verborrea está ocupándose de estos asuntos, sino que ha desmantelado al Ministerio de Ciencias, ha debilitado seriamente la financiación a entidades que deberían estar formando profesionales de excelencia en estos campos, como Colfuturo, y está dejando al país en una situación fiscal que, en el próximo mandato, va a obligar al gobierno a priorizar la reconstrucción de todo lo que arrasaron antes que impulsar, como se debería, la preparación para estos cambios. Quien pretenda ser presidente en 2026 tiene que pensar que Petro y sus errores son cosa del pasado y debe poner toda su energía no solo en construir ese nuevo país, que no podrá ser igual al que teníamos, ni tendrá en temas como la seguridad la ayuda de herramientas como el Plan Colombia, lo que plantea un reto formidable. El próximo mandatario tendrá también, en la medida de lo posible, que ir preparando al país para esa nueva realidad que será un futuro global incierto, y, con seguridad, muy diferente a lo que hemos conocido.
Consultor privado.