Robert Redford: Hollywood pierde a una estrella y a un pilar del cine independiente
El actor y director ganador del Oscar por "Gente como uno" falleció ayer a los 89 años. Además de una ilustre carrera, también será recordado por su vínculo con el influyente Festival de Sundance.
Pocas figuras de Hollywood se ajustaban con mayor propiedad a la etiqueta de estrella o de galán, pero esos fueron adjetivos de los que siempre huyó. Es más, si solo se hubiese apoyado en su innegable atractivo físico o su magnetismo frente a una cámara, Robert Redford simplemente no se habría convertido en la figura esencial que era en la actualidad para el cine como industria y como expresión artística.
Ese impacto fue recordado y valorado en todo el mundo tras conocerse ayer la noticia de su muerte, a los 89 años. En un comunicado, la publicista de Redford, Cindi Berger, señaló que el deceso se produjo "en su casa de Sundance, en las montañas de Utah, el lugar que amaba, rodeado de sus seres queridos. Lo extrañaremos mucho. La familia pide privacidad". No se entregaron mayores detalles.
Así, de forma inesperada para el público general, llegaba a su fin la inigualable trayectoria del exitoso actor de emblemáticas películas como "Nuestros años felices" (1973), "El golpe" (1973), "Todos los hombres del presidente" (1976) y "África mía" (1985), entre muchas otras; del cineasta aplaudido por cintas como "Gente como uno" (1980), "Nada es para siempre" (1992) y "Quiz show: El dilema" (1994); del activista incansable de causas políticas, sociales y ambientales, y también del padrino del cine independiente estadounidense que luego tuvo un alcance mundial gracias a su vínculo con el Instituto Sundance y el influyente festival de cine.
"A veces el arte es dejado de lado, visto como irrelevante", dijo Redford a "El Mercurio", en 2018. "Para mí, el rol del arte en la sociedad es describirla y criticarla. Y la gente necesita saber su valor", agregó sobre la filosofía que verdaderamente guio su trayectoria.
Nació en Santa Monica, California, al lado de la industria de Hollywood, pero eso no le llamó la atención. Hijo de un lechero que luego se hizo contador y de una dueña de casa, Redford creció en una familia que siempre se tomó la vida con cautela y obediencia, pero aquello definitivamente no era lo suyo. "Siempre quise romper las reglas. Quería estar lejos de Los Angeles y me estaba poniendo cada vez más ansioso por querer salir. Quería ser libre", dijo.
Estudió en la exclusiva secundaria de Van Nuys, en Los Angeles, pero al seguir su educación dejó California, y lo hizo más conectado a la naturaleza, en la Universidad de Colorado, donde entró con beca deportiva al ser jugador de béisbol, pero fue expulsado de ese plantel por su afición al alcohol. Optó entonces por mochilear por Europa, lo que cambió su forma de ver la vida y se conectó con su faceta artística. De regreso a Estados Unidos, estudió pintura en Brooklyn y luego actuación en la American Academy of Dramatic Arts de Nueva York. Es en este punto que emerge la futura estrella.
Debutó en teatro en 1959 en la obra "Tall story" y, al año siguiente, su adaptación cinematográfica fue su estreno en la pantalla grande. En las tablas protagonizó en 1963 la exitosa comedia "Descalzos en el parque", de Neil Simon, bajo la dirección de Mike Nichols. Dos años después protagonizó la película con Jane Fonda (hicieron otras tres juntos), con quien tenía una estrecha amistad. Ese, además, fue su primer éxito de taquilla en cine. Fue también el momento en que Hollywood quiso convertirlo en galán, pero prefirió roles desafiantes, a veces oscuros, y proyectos de peso.
La United Artists quiso que protagonizara "El graduado" (1967), pero Nichols sabía que no era el candidato para el papel (su elegido fue Dustin Hoffman); al mismo tiempo, la Paramount no lo quería para "Butch Cassidy & the Sundance Kid" (1969), y fue Paul Newman quien lo prefirió a candidatos como Jack Lemmon, Steve McQueen o Warren Beatty. Ese fue otro éxito para Redford, y Newman se convirtió en su mejor amigo. Luego trabajaron en la exitosa "El golpe" (1973), que ganó el Oscar a Mejor Película.
Época de oro
Redford vivió su época de oro en los años 70, reforzada por la también taquillera "Nuestros años felices" (1973), junto a Barbra Streisand (otra amiga) y dirigida por su socio habitual Sydney Pollack. "El candidato" (1972), "El gran Gatsby" (1974), "Tres días del Cóndor" (1975) y "El jinete eléctrico" (1979) consolidaron su estatus en esa década. Fue él quien compró los derechos del libro "Todos los hombres del presidente", de Carl Bernstein y Bob Woodward, sobre el escándalo Watergate, y trabajó codo a codo con el director Alan J. Pakula en refinar el guion escrito por William Goldman, quien terminó ganando el Oscar. Estas experiencias lo llevaron a seguir avanzando en su carrera y el paso lógico era ser director.
Nunca premiado con el Oscar como actor, lo obtuvo por la dirección de "Gente como uno" (1980), su ópera prima sobre una familia disfuncional protagonizada por Timothy Hutton, Donald Sutherland y Mary Tyler Moore. Le siguió luego una larga carrera como productor y otros celebrados filmes como director. En 2002 recibió una estatuilla honorífica.
Como Hollywood nunca fue un lugar donde se sintió cómodo, Redford hizo de las montañas de Utah su hogar. Al respecto, en 2013 dijo a este diario: "Me di cuenta temprano de que Hollywood era un lugar peligroso si te permites apegarte mucho a ese estilo de vida, porque hay demasiada artificialidad. El trabajo es bueno, pero lo que viene con él puede distraer mucho. Por eso decidí ir, trabajar y salir".
Con los años, Redford fue perdiendo popularidad en la taquilla, pero su conexión con el público nunca se esfumó realmente. Solo alguien con su magnetismo y carisma (características que nunca perdió) podía haber hecho creíble un personaje como el de la exitosa "Una propuesta indecente" (1991), donde encarnó a un magnate que ofrece a un matrimonio joven un millón de dólares por una noche de pasión con la esposa (Demi Moore). También actuó en "Algo muy personal" (1996), "Juego de espías" (2001) y "Nosotros en la noche" (2017). Incluso fue parte del Universo Cinemático Marvel con "Capitán América y el Soldado del Invierno" (2014) y la que fue su última película, "Avengers: Endgame" (2019). Su adiós definitivo fue un cameo en un episodio de la serie "Dark winds", que él producía.
Se casó dos veces. Con su primera esposa, Lola Van Wanegen, tuvo cuatro hijos. Uno de ellos, Scott, falleció de muerte súbita con poco más de dos años, y otro, James, murió a los 58 años de cáncer. Sobreviven sus hijas Shauna y Amy. Su segunda esposa fue Sibylle Szaggars, con quien se casó en 2009.
Cinco títulos esenciales de su filmografía"Descalzos en el parque" (1967)
De Gene Saks. La segunda de sus cuatro películas con su amiga Jane Fonda.
"El golpe" (1973)
De George Roy Hill. Ganó siete premios Oscar. Con Paul Newman, otro amigo.
"Nuestros años felices" (1973)
De Sydney Pollack. Filme emblemático de la década, con Barbra Streisand.
"Todos los hombres
del Presidente" (1976)
De Alan J. Pakula. Con Dustin Hoffman.
"África mía" (1985)
De Sydney Pollack. Con Meryl Streep, ganadora de siete premios Oscar.
Sundance: Su principal legado"Hollywood se ha encogido, está en declive", afirmó Robert Redford en 2013 a "El Mercurio". "A menos que estés haciendo una superproducción que tenga muchas explosiones, efectos especiales y sea atractiva para la audiencia más joven, no hay lugar para ti. Hay un vacío de películas sobre la naturaleza humana y en eso se enfoca el cine independiente. Yo vi venir esto en 1980 y por eso decidí crear un camino para los cineastas con Sundance", señaló en esa ocasión.
Y aunque desde entonces la industria cinematográfica ha sufrido cambios profundos -entre otros factores por el auge del streaming y el impacto de la pandemia- Sundance sigue siendo, cuatro décadas después, la gran casa del cine de bajo presupuesto y de las miradas alternativas del mundo. Es, sin lugar a dudas, más allá de premios y películas, el legado más trascendental de Redford.
En 1978, Sterling van Wagenen, líder de la productora de Redford Wildwood Enterprises creó el Utah/US Film Festival, muestra de cine estadounidense independiente, donde se exhibían cintas ya estrenadas como "Un tranvía llamado Deseo" (1951) y "Calles peligrosas" (1976). Al año siguiente, Van Wagenen y Redford crearon un programa piloto que se convirtió en el Instituto Sundance, un laboratorio donde cineastas jóvenes y emergentes llegaban a trabajar sus proyectos y que ha sido uno de los semilleros fundamentales de varias generaciones de directores.
Instalado en una propiedad que pertenecía al actor, por el instituto han pasado cineastas como Quentin Tarantino, Paul Thomas Anderson, Ryan Coogler, Lulu Wang y Taika Waititi. Sus filmes y otros más fueron incluidos en la programación de Sundance, que se transformó en una plataforma de estrenos de Estados Unidos y el mundo.
Del festival han surgido títulos que alcanzaron éxito internacional, como "Sexo mentiras y video" (1989), de Steven Soderbergh; "Pequeña Miss Sunshine" (2006), de Valeria Faris y Jonathan Dayton; "Precious" (2009), de Lee Daniels, y "CODA" (2021), de Sian Heder.
El cine chileno también ha brillado en Sundance. En 2009, "La nana", de Sebastián Silva, ganó el premio de la Sección Mundial de Ficción, el mismo que lograron "Violeta se fue a los cielos" (2011), de Andrés Wood, y "Matar a un hombre" (2014), de Alejandro Fernández Almendras.
En 2011, "Joven y alocada", de Marialy Rivas, obtuvo el premio a Mejor Guion. Y más recientemente, Maite Alberdi ganó la sección mundial de documentales, en 2023, con "La memoria infinita".
Un independiente
ha muertoA los 89 años murió Robert Redford, un independiente.
En el mundo del cine, desde la industria y los premios a la riqueza y la ideología, no es fácil no depender y no rendir tributo, además en su caso había algo evidente: la belleza masculina, después, y tantas veces, el éxito.
No depender de una cosa ni de la otra y seguir siendo, a lo largo del tiempo y mientras se pueda, un artista autónomo que responde a su propio universo.
Sidney Pollack, que lo dirigió en siete películas, vio nítido y claro al personaje, a ese gringo guapo que se haría viejo con las banderas que flameaban en Estados Unidos, al menos en esos tiempos: libertad en el pensamiento y para emprender, que en el cine es la aventura. Y por eso Redford fue cazador por África, agente lector para la CIA, jugador por La Habana, trampero por las montañas Rocosas y guionista de Hollywood en los tiempos de la caza de brujas.
También fue un Sundance Kid que no dependía de Butch Cassidy, que era Paul Newman, nada menos.
No hay periodista más independiente que aquel que derriba a un Presidente, en este caso Richard Nixon en "Todos los hombres del Presidente" (1976).
En dos películas, "La jauría humana" (1966) y "El valle del fugitivo" (1969), en una como prófugo y en otra como sheriff , padeció lo que más temía: el fascismo y sus brotes.
Fundó el Festival de Cine de Sundance en 1978 y cada vez que alguien lo describe, no puede evitar decir lo habitual: es de cine independiente.
Si nunca le dieron el Oscar por Mejor Actor, lo consiguió por "Gente como uno" (1980) y por Mejor Director, porque los independientes, cuando son un clásico, andan solos y no se quejan.
Fue Jay Gatsby, un millonario como no se verán, el gran piloto Waldo Pepper y en el ocaso fue un hombre sin nombre en un yate, en realidad, ya era el viejo y el mar. Murió como corresponde: independiente y respetado.
Celebridades y políticos lamentan su partidaRobert Redford era un hombre muy querido en la industria, por lo que las reacciones ante su muerte abundaron. "No puedo parar de llorar. Él significó mucho para mí y era una persona hermosa en todo sentido", expresó Jane Fonda, con quien filmó cuatro películas.
"Es una gran pérdida para nuestra comunidad. No solo era un actor increíble, también un gran director (...) Hoy perdimos a una leyenda", comentó Leonardo DiCaprio.
La actriz y cantante Barbra Streisand, con quien coprotagonizó "Nuestros años felices", declaró: "Él era único en su especie, y estoy muy agradecida de haber tenido la oportunidad de trabajar con él". Streisand, también su amiga, fue quien le entregó el Oscar honorífico por su trayectoria en 2002.
Morgan Freeman manifestó: "Hay personas con las que sabes que engancharás. Tras trabajar con él en 'Brubaker' en 1980, nos volvimos amigos inmediatamente. Trabajar con él nuevamente fue un sueño hecho realidad".
Demi Moore compartió una escena de "Propuesta indecente", en la que trabajaron en 1993, y dijo: "El mundo ha perdido a un increíble actor, director, marido, padre y amigo. Su legado vivirá para siempre de muchas maneras, y llevaré conmigo los recuerdos que compartimos".
Mientras, Mark Ruffalo señaló: "Así luce un verdadero héroe americano. Un hombre que unió a las personas, que vivió y practicó la empatía y creó organizaciones buenas y útiles que mejoraron las vidas de la gente e incluyeron a cualquiera que tuvo interés".
Meryl Streep, quien trabajó con él en dos filmes ("África mía", en 1985, y "Leones por corderos", en 2007), sostuvo: "Uno de los leones ha muerto. Descansa en paz, mi precioso amigo". Scarlett Johansson, quien actuó con él cuando tenía 14 años, agregó: "No importa cuánto hubiera que hacer, siempre sentí que tenía todo el tiempo del mundo para nuestro trabajo".
El Presidente Donald Trump afirmó que "Robert Redford tuvo varios años en los que nadie era mejor. Era increíble".
La exsecretaria de Estado Hillary Clinton coincidió: "Siempre lo admiré, no solo por su legendaria carrera, sino por lo que vino después. Impulsó valores progresistas como proteger el medio ambiente y el acceso al arte, al tiempo que creó oportunidades para nuevas generaciones de activistas y cineastas. Es un verdadero ícono americano".