¿Qué pasó con la niñez exportada?
A finales de 2018, fue instaurada en los Países Bajos una comisión con el fin de investigar las irregularidades denunciadas por personas que habían sido adoptadas en Bangladés, Brasil, Colombia, Indonesia y Sri Lanka entre 1967 y 1998
A finales de 2018, fue instaurada en los Países Bajos una comisión con el fin de investigar las irregularidades denunciadas por personas que habían sido adoptadas en Bangladés, Brasil, Colombia, Indonesia y Sri Lanka entre 1967 y 1998. El informe de esta comisión, publicado en 2021, evidenció abusos sistemáticos en los procesos de adopción transnacional, entendida como "la exportación de niños de un país, a menudo definido como en desarrollo, a otro país industrializado o del primer mundo". A raíz de las conclusiones de este informe, los Países Bajos iniciaron un proceso legal para poner fin a todas las adopciones internacionales para 2030. Este país no ha sido el único que ha conformado este tipo de comisión, también lo han hecho Bélgica, Suiza, Francia, Suecia y Noruega. En efecto, existe un imaginario asociado a la adopción transnacional que considera que los padres adoptivos, casi siempre del norte global, están "salvando" a niños del sur global de una vida llena de penurias. Pero esta versión romantizada de la adopción está lejos de ser la norma. Lo que estos informes han concluido es que, muchas veces, las adopciones se hicieron de manera irregular: niños adoptados sin el consentimiento libre e informado de sus padres; tráfico de menores; violencia sexual, psicológica y racial en las familias adoptivas y en las comunidades receptoras en el norte global, entre otros abusos. Un colectivo conformado por personas que fueron separadas de Colombia a través de la adopción transnacional y llevadas a países del norte global documentaron las irregularidades de sus propios procesos y ahora quiere generar conciencia sobre el daño individual y sistémico causado por la adopción transnacional y hacerle algunas peticiones al Estado colombiano. Entre otras irregularidades, este colectivo ha documentado que el blanco de las prácticas de adopción fueron familias de comunidades rurales, víctimas del conflicto armado, muchas veces analfabetas o con muy poca educación formal. Por esto, en este tipo de situaciones, el consentimiento casi siempre es resultado de la coerción o de la desinformación deliberada. Con respecto a las madres, priorizaban a madres solteras, empleadas domésticas, víctimas de violencia sexual, o que estuvieran huyendo de alguna situación de violencia. Este colectivo enfatiza que el Estado colombiano, así como lo hizo Corea del Sur, usó la adopción transnacional para tercerizar su responsabilidad social y no tener que responder por las necesidades de las clases populares. Era una manera de entregar niños a personas con recursos, en vez de entregar recursos y apoyo a las familias más necesitadas. Esta práctica criminaliza la pobreza en vez de proporcionar derechos básicos que contribuyan a superar la pobreza y la marginalización estructural en Colombia. Finalmente, la exportación de niños fue normalizada como una lógica transaccional de un mercado global. La primera recomendación que este colectivo le hace al Estado colombiano es que sea instaurada una comisión independiente que investigue los hechos de daño causados en la vida de las más de 55.000 personas adoptadas y sus familias que se encuentran en el Tolima, Valle del Cauca, Antioquia y en otras partes de Colombia. Como parte de esta lucha por retomar su lugar en la sociedad colombiana habrá un evento organizado por personas adoptadas el próximo viernes 17 de octubre en la Casa Cultural La Chispa, en Medellín, para compartirnos sus experiencias de vida y rechazar la narrativa dominante de la adopción transnacional como "afortunada". Esta es una invitación a que nos unamos a esta lucha por la justicia en Colombia nutrida por más de treinta años de trabajo internacional por parte de personas adoptadas en todo el mundo.
La adopción transnacional
Sara Tufano
Esta es una invitación a que nos unamos a esta lucha por la justicia en Colombia nutrida por más de treinta años de trabajo internacional por parte de personas adoptadas en todo el mundo.