Sábado, 01 de Noviembre de 2025

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ChileEl Mercurio, Chile 31 de octubre de 2025

¿Qué significa votar por la derecha?

Nunca antes habíamos visto a la derecha tan bien posicionada ante una elección presidencial. Según las encuestas, sumados, los cuatro candidatos de derecha más que doblan la votación de la candidata oficialista, y la identificación con la derecha marca su punto más alto desde que el CEP lleva registro.
A la vez, la CEP nos reveló un país más politizado: el interés en la política también se encuentra en su peak y la identificación con los partidos políticos -ese indicador de fortaleza del sistema de partidos que en algún momento pensamos irremontable- se pegó un salto notable: de 28% en junio a 42%. Es cierto que, en el albor del segundo proceso constitucional, la identificación con ellos tuvo un aumento similar, pero ese salto fue de naturaleza distinta. Entonces se debió casi entero a un aumento de la identificación con el Partido Republicano, que llegó a 10 puntos -un récord en la última década, que luego se desplomó con el fracaso constitucional-. El salto de ahora, en cambio, no se atribuye a ningún partido en particular y se distribuye en todo el espectro.
De la mano de esta politización, tenemos indicios de una sociedad más polarizada: la evaluación que hacen los distintos bandos sobre quienes votan por el bando contrario es mucho más negativa que lo que se observó tras la segunda vuelta de 2021. Estamos hablando de una animosidad que se traspasa desde los líderes a sus votantes: el 68% de los votantes de Jara evalúan negativamente a los votantes de Kast; el 54% de los votantes de Kast, a los de Jara. Es una fractura preocupante.
¿Qué significa votar por la derecha en este contexto, más allá de un rechazo al Gobierno? La respuesta no parece estar en las causas llamadas valóricas. Por ejemplo, la última encuesta Bicentenario UC muestra que el apoyo al aborto bajo alguna circunstancia está en su punto más alto de la serie. Los silencios de Kast muestran que lo sabe.
Tampoco parece estar en cuestiones relativas al rol del Estado. Si bien la misma encuesta revela una alta valoración de la responsabilidad personal, son más los que creen que el progreso en la vida requiere garantías del Estado que los que lo atribuyen al esfuerzo personal (39 vs. 37%), y aún más los que se definen como proigualdad que como procrecimiento (50 vs. 29%).
Como sospecharán, una razón tras la fuerza de la derecha se encuentra en el problema de seguridad y en la creencia de que este se resuelve con mano dura. Según la CEP, el 45% de la población apoya "suprimir todas las libertades públicas y privadas para controlar la delincuencia". Vale la pena reparar en la radicalidad del fraseo: "suprimir todas las libertades". También, en el infierno que promete. Tan transversal es esta demanda que alcanza incluso al 29% de quienes declaran que votarán por Jara.
Todo indica que la derecha resultará invencible en diciembre. La pregunta es si la derecha escogida podrá entregar lo que se le pide: no batallas valóricas, no menos Estado, sino seguridad, simple y pura. Porque sin eso -y sin una ideología más profunda o una institucionalidad que la sostenga-, su fuerza terminará por desvanecerse en el aire. Y más nos vale que quien la encarne sea uno que sepa negarse al clamor de suprimir libertades.
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