Contra viento y marea
Recientemente tuve la oportunidad de reunirme con los expresidentes César Gaviria y Álvaro Uribe y confirmé con satisfacción que, más allá de cualquier diferencia política, ambos son estadistas genuinamente preocupados por el futuro del país, sin intereses personales ni de figuración
Recientemente tuve la oportunidad de reunirme con los expresidentes César Gaviria y Álvaro Uribe y confirmé con satisfacción que, más allá de cualquier diferencia política, ambos son estadistas genuinamente preocupados por el futuro del país, sin intereses personales ni de figuración. Los dos están trabajando por convocar no solo a los candidatos, sino a diversos sectores de la sociedad para rescatar a Colombia y proyectarla como la nación con gran potencial que es. Ese fue el propósito de su encuentro en Llanogrande, y también de la conversación que sostuve con el expresidente Uribe y su esposa, Lina, la víspera de dicha reunión. El discurso antisistema se ha extendido por el mundo, amplificado por las secuelas del covid-19 y las guerras en Ucrania y Medio Oriente, que han facilitado el relato de que todos los males del presente son culpa de "los de antes". Este populismo acusa a los políticos del pasado de corrupción y a los empresarios de explotación, caricaturizando la institucionalidad y la generación de riqueza como la causa del mal, mientras propone la solución simplista de que el Estado -bajo su control- resolverá todos los problemas. Sin desconocer faltas del pasado y la inaceptable impunidad de muchos casos, no podemos permitir que este relato se imponga, pues sus consecuencias amenazan la sostenibilidad de nuestra democracia y libertades económicas. La baja confianza ciudadana en las instituciones -Estado, partidos y justicia- es un problema estructural en América Latina, y en Colombia se agrava por la narrativa antisistema que erosiona la cooperación, debilita la gobernabilidad y fomenta economías informales e ilícitas. La confianza se reconstruye cuando se avanza de manera simultánea en cuatro frentes: (1) integridad institucional y transparencia; (2) calidad administrativa y resultados; (3) políticas redistributivas que reduzcan desigualdad y amplíen oportunidades; y (4) participación ciudadana activa en el cuidado de lo público. La convocatoria de los expresidentes será objeto de ataques del "buenismo antisistema", pero este es un momento único. Requiere un proceso transparente de selección y sin vetos partidistas a sectores independientes, que converja en la consulta de marzo para una sola candidatura presidencial de este lado de la historia. Será posible con carácter, valores sólidos, conocimiento del país y capacidad para ofrecer soluciones audaces y realistas que devuelvan esperanza. Más que candidatos que hablen de unidad, Colombia necesita líderes que practiquen humildad y verdadera disposición de servir, uniendo personas preparadas, honestas y con experiencia en el manejo del Estado y del sector privado, comprometidas con un propósito común: rescatar al país de la desesperanza. Reconstruir la confianza exige transparencia activa, rendición de cuentas participativa y control social estructurado. El Estado debe garantizar a todos por igual los derechos previstos en la Constitución, definiendo metas de corto, mediano y largo plazo que impulsen la inversión, mejoren el funcionamiento institucional, reduzcan la desigualdad y formalicen la economía, rompiendo los vínculos entre lo informal y lo ilícito. Invito a acompañar el esfuerzo de los exmandatarios con entusiasmo por parte de todos los sectores, compromiso colectivo por construir capital social y responsabilidad individual de trabajar con foco y resultados. Colombia ha superado crisis profundas y puede hacerlo de nuevo si cada quien pone su grandeza al servicio de la Nación. Es hora de recuperar la confianza y construir una Colombia que vuelva a creer en sus instituciones, en su futuro y en sí misma, para que nunca más el cinismo populista entregue nuestro país a criminales, ni al desasosiego y la destrucción que hoy padecemos.
La reunión de César Gaviria y Álvaro Uribe
Marta Lucía Ramírez
Invito a acompañar el esfuerzo de los exmandatarios con entusiasmo, compromiso colectivo por construir capital social y responsabilidad individual de trabajar con foco y resultados.