El Comercio, Perú
9 de noviembre de 2025
RicardoUceda
En la tarde de ayer culminó en la Universidad de Palermo la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (Colpin 2025), un escenario donde reporteros obstinados refieren cómo descubrieron una verdad oculta. En una reunión así uno puede poner a prueba la extendida idea de que hay una crisis del periodismo. ¿La pérdida de ingresos y el acoso de los nuevos poderes afectarán su trascendencia? Fue propicio que la conferencia transcurriera en Argentina. En simultáneo a la Colpin comenzó el juicio contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner por el Caso Los Cuadernos de las Coimas, con evidencias de sobornos a funcionarios de su gobierno. Es más grave para ella que la causa conocida como Vialidad, referida a la irregular adjudicación de 51 obras hacia empresas de Lázaro Báez, un amigo de los Kirchner, y por la que cumple seis años de prisión.
Es más grave por la contundencia de las pruebas. Las coimas estaban registradas en cuadernos que llegaron a manos del periodista de ?La Nación? Diego Cabot, quien investigó el contenido y los entregó a la justicia. Este proceso, que imputa a exfuncionarios y a 60 empresarios, por coimas pagadas durante 12 años ?hay embargos por más de US$1.000 millones?, es el mayor juicio por corrupción realizado en Argentina. Allí tenemos una prueba fuerte de que el periodismo está funcionando. En la Colpin 2025 pudieron apreciarse otras evidencias.
Una historia impactante fue ?Buscando a Mikelson?, un relato del apartheid contra los pobres de Haití que huyeron a República Dominicana, donde el gobierno priorizó la lucha contra la inmigración ilegal. La policía desató una horrorosa persecución. El periodista Juan Martínez d?Aubuisson recibió un video que muestra a dos policías persiguiendo por los tejados a un joven negro. Tras alcanzarlo, lo lanzaron al vacío. Martínez buscó durante seis semanas al hombre herido o a su cadáver. En el camino descubrió que había más personas lanzadas desde los tejados. Decenas de mujeres eran separadas de sus hijos menores de cinco años y luego deportadas. Presenció que la policía intentó robar un cadáver para desaparecerlo, una forma común de encubrir los numerosos asesinatos. Finalmente, halló al hombre que huía en el video. Había sobrevivido, con varias costillas rotas. Tenía 19 años y se llamaba Mikelson.
En la conferencia destacó otra investigación, ?Farra en el INSS?, de Luiz Vassallo y Fabio Leite, del portal brasileño Metrópoles. Documentó que nueve millones de jubilados sufrieron deducciones fraudulentas de sus pensiones del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS). Las cobraban seudo asociaciones a las que nunca habían pedido afiliarse, creadas por empresarios que trataban directamente con el INSS. El esquema subsistió pese a que existían 60.000 denuncias de los afectados. Cuando el escándalo estalló, las autoridades admitieron que era necesario devolver un equivalente a US$750 millones. Vassallo empleó la ley brasileña de acceso a la información pública para vencer la resistencia del INSS a entregar las planillas. Este fue el trabajo que ganó el Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación que se entrega en la Colpin.
En segundo puesto quedó la historia de la búsqueda de Mikelson. Empató en ese lugar con otro reportaje explosivo: ?Televisa Leaks?, del equipo de Aristegui Noticias, producto de una gran filtración. Los periodistas analizaron más de 5.000 ?gigabytes? de datos entregados por una fuente anónima. Revelaron que, en Televisa, la televisora más grande de habla hispana, había un equipo secreto dedicado a fabricar y difundir contenidos falsos para dañar a personas consideradas enemigas de la empresa, o para favorecer a sus aliados y clientes. Fueron identificadas 26 campañas ?con videos, guiones e imágenes manipuladas? orientadas al desprestigio. Eran responsabilidad de un grupo denominado ?Palomar?, que operó durante ocho años. ?Un escándalo que no fue noticia?, dijo Carmen Aristegui en la conferencia, en referencia a que los medios mexicanos ignoraron lo que publicó. Pero la Colpin no lo hizo.
El tercer lugar fue para una investigación de Nayeli Roldán, de México, publicada por Animal Político. Reveló mecanismos de corrupción en la compra de medicamentos durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en medio de una de las mayores crisis de desabastecimiento de estos productos en el país. Los fármacos se vendieron hasta 800% por encima de su valor, por empresas que recibieron adjudicaciones directas, en muchos casos creadas para la ocasión. Las conclusiones provinieron del análisis de 245 contratos de uno de los grupos más beneficiados, comparando, para cada producto, los precios pagados con los reales. El resultado fue mayor gasto estatal y menos medicamentos de urgencia. Roldán tituló a su trabajo ?No fuimos Dinamarca? porque AMLO había prometido, demagógicamente, que lograría estándares de salud similares a los de ese país, que brinda servicios gratuitos y de calidad.
En la conferencia se mostraron otros trabajos cuya diversidad obedece a la infinidad de formas de la actuación criminal. Entre ellos, ?Corrupción enlatada?, de Latina Noticias, sobre el escándalo de alimentos malogrados de Qali Warma. José María Irujo, del diario ?El País?, resumió siete años de investigaciones que permitieron demostrar la fortuna robada a la petrolera venezolana PDVSA, después guardada en bancos de Andorra. Jaime Quintanilla, de Redacción Regional, demostró lo millonario que se ha vuelto, sin que se sepa cómo, el presidente salvadoreño Nayib Bukele. Ahora es un nuevo terrateniente. Rafael Mello, de ?O?Globo?, explicó la forma en que el Comando Vermelho construye su fuerza política en las elecciones del nordeste del Brasil.
De Argentina, Claudio Savoia, de ?Clarín?, contó el proceso de investigación que permitió revelar los maltratos físicos del expresidente Alberto Fernández a su pareja Fabiola Yáñez, en la mismísima Casa Rosada. La publicación influyó para que ella lo denunciara. En cuanto a Javier Milei, las investigaciones periodísticas aún no lo han tocado frontalmente. Emilia Delfino, de elDiarioAR, describió su búsqueda ?aliada con El Clip y ?La Nación?? para demostrar que las empresas de colectivos del padre de Milei recibieron subsidios estatales por US$33 millones, de los cuales se beneficiaron él y su hermana Karina. Ambos tienen propiedades no declaradas por US$3 millones en Estados Unidos, con al menos un millón de misteriosa procedencia. No es un caso de corrupción, aunque sí un hecho interesante, considerando el odio de Milei a los subsidios públicos.
Milei sí ha sido tocado por dos escándalos que no provinieron del periodismo: el llamado $Libra, una fraudulenta iniciativa de criptomonedas que promovió ?según él inadvertidamente? y un audio en el que alguien importante de su entorno asegura que Karina Milei cobra sobornos. Ambos casos están en manos de la fiscalía y al final se sabrá si hubo algún depósito en favor de los hermanos. En todo caso, a partir de su triunfo en las elecciones legislativas del 26 de octubre, el presidente argentino está en un tono menos agresivo con la prensa, luego de que insultara a diestra y siniestra a sus personajes, ante la menor crítica. Incluso llegó a pronunciar la célebre frase: ?No odiamos lo suficiente a los periodistas?.
Nadie sabe cuánto le durará a Milei su apaciguamiento, que tiene imperativos de conveniencia política. Uno de quienes no fue suficientemente odiado es el gran periodista argentino Jorge Fernández Díaz. En su discurso en la inauguración de Colpin, dijo, en sentido amplio, que había que felicitarse de los ataques de índole odiadora. Eran el síntoma, añadió, de que el poder que los emitía estaba sintiendo el impacto. De modo que no habría crisis, sino éxito del periodismo. Después de lo visto y oído en Buenos Aires, tengo la misma impresión.