La COP30, tras diez años del Acuerdo de París
El próximo lunes 10 de noviembre se inicia la Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático que sesionará en Belém do Pará hasta el 21 del mismo mes
El próximo lunes 10 de noviembre se inicia la Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático que sesionará en Belém do Pará hasta el 21 del mismo mes. El Acuerdo de París, que cumple diez años, se yergue sobre dos pilares: las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDS, por sus siglas en inglés) -que son los compromisos que cada país adquiere voluntariamente para combatir el cambio climático- y la financiación para cumplir la totalidad de esas contribuciones. Pero estos fueron débiles desde la firma del Acuerdo y su debilidad es hoy aún mayor. La COP30 se realizará en un contexto nada favorable. Evidentemente, Trump al retirar a los EE. UU. del acuerdo le asestó un duro golpe no solamente a la COP, sino también al futuro del débil Acuerdo de París. En general, se registra un atraso tal en el cumplimiento de las metas globales del Acuerdo que estamos ya condenados a transgredir un incremento de 1,5 °C de la temperatura promedio de la superficie de la Tierra, en comparación con la era preindustrial, umbral a partir del cual se entraría en una zona de alto peligro, es decir, una en que se incrementen sustantivamente situaciones catastróficas. De hecho, estas ya están en marcha, en forma irreversible, como lo evidencia la muerte de más del 90 % de los arrecifes de coral, hacia 2050. El incumplimiento de las Contribuciones Nacionales Determinadas, que de por sí son insuficientes, es alta o críticamente insatisfactorio para todos los países, según Carbon Tracker. Además, las grandes petroleras están expandiendo sus actividades de exploración y explotación, como nunca antes; este hecho se manifiesta, a su vez, en que la banca, incluyendo los 16 bancos más grandes del mundo, ampliaron los créditos para la expansión, lo que los llevó a disolver la Alianza de la Banca para llegar a una financiación con emisiones cero en 2050, compuesta por 150 bancos, que fue creada en 2020 en el marco de las Naciones Unidas. La cancelación de diversas políticas climáticas aprobadas en el gobierno Biden -incluyendo la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés)- tendrá un impacto muy negativo en los esfuerzos globales para combatir el cambio climático, lo que llevará a que las temperaturas globales se eleven en 3 grados Celsius, superando ampliamente el umbral de 1,5 grados fijado por el Acuerdo de París. Sin la IRA, se prevé que Estados Unidos solo logre una reducción del 28-30 % en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para 2030, muy por debajo de su objetivo comprometido de un 50-52 % por debajo de los niveles de 2005. A su vez, China, el mayor emisor de GEI, que muchos considerábamos tomaría el liderazgo frente a la retirada de EE. UU. del Acuerdo de París, anunció recientemente en la ONU su nuevo NDC para 2035, el cual es insuficiente en términos globales; además su cumplimiento del NDC para 2030, que presentó en 2021, es críticamente insatisfactorio. No pocos ven una luz de esperanza en que los recursos financieros para la adaptación en los países en desarrollo se incrementarán en la COP30. Cuán equivocados: en 2024 estos recursos ascendieron a US$ 26 billones, cuando se requieren US$ 332 según el Adaptation Gap Report, 2025. Además, el 10 % de los US$ 26 billones lo aportaba EE. UU., aporte que se suspendió. El incremento de la protección de la Amazonía se ha proclamado como un de los principales objetivos de la COP que se realizará justamente en la región. No parece factible. Según Carlos Nobre, no solamente se requiere detener la deforestación sino, además, adelantar una restauración masiva: 150 millones de hectáreas, lo que significaría una inversión de aproximadamente US$ 1.200 billones en los próximos cinco años, una cifra que está años luz de la cooperación técnica hoy existente. Quizá la COP30 podría llegar a ser la COP que registre un mayor fracaso en la historia. El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo en su mensaje de Año Nuevo de diciembre de 2024 que el mundo iba "hacia el precipicio" si no se tomaban medidas contra el cambio climático. Y estamos cada vez más lejos de tomarlas.
Difícil panorama
Manuel Rodríguez Becerra