Lunes, 17 de Noviembre de 2025

Riesgos, advertencias y desafíos de las modificaciones tributarias planteadas por el gobierno en el proyecto de ley de Presupuesto

UruguayEl País, Uruguay 17 de noviembre de 2025

El impuesto mínimo global surge de un problema de suficiencia global, no exclusivo de Uruguay, y pone al país "entre la espada y la pared", según el especialista Alberto Barreix.

Para el especialista tributario y consultor del BID Alberto Barreix, es positivo que Uruguay aborde el levantamiento del secreto bancario, aunque remarcó la necesidad de "balancear el control de la evasión con la protección a la privacidad". También dio su opinión sobre otras modificaciones tributarias introducidas en el proyecto de ley de Presupuesto que se discute en el Senado, quitándole relevancia a la incidencia del denominado "impuesto Temu", "el más sencillo de todos de aplicar", remarcó. El experto y ex Líder Fiscal Principal del BID, dijo que es "positivo" readecuar el impuesto a la renta para las rentas del exterior y señaló que la posibilidad de aplicar el Impuesto Mínimo Global "nos pone entre la espada y la pared". Barreix advirtió, asimismo, que el presupuesto quinquenal que se discute en el Senado, por sus características, "no es un instrumento adecuado" para la salud del país. Reformas en gasto por sector basadas en resultados y sobre base cero, "son perentorias", subrayó. A continuación, un resumen de la entrevista.

¿Qué opinión tiene sobre la intención de aplicar IVA a las compras internacionales que se realizan a través de envíos exprés?

El llamado "Impuesto Temu" es el más sencillo de todos de aplicar. Tengamos en cuenta que hay varios países no tienen excepción alguna a la importación en el IVA (UE, EE.UU., Brasil, etc.). Se debería tender a cobrar a toda mercancía y a la misma tasa que las ventas internas, por suficiencia recaudatoria, neutralidad de consumo, simplicidad administrativa y protección de la competencia (comercio e industria establecidos que pagan todo). Es un tema administrativo de la Aduana. Dicho esto, tengamos en cuenta que es una tarea más compleja, y mucho más fiscalmente redituable, controlar servicios digitales que ingresan por plataformas las cuales, en países en desarrollados, incluido Uruguay, no se controlan efectivamente.

Distinta debe ser la valoración que tiene sobre las modificaciones al secreto bancario, también incluidas en el Presupuesto.

La teoría prescribe que los mercados deben ser transparentes, pero eso incluye al control de que no haya abusos. Conviene recordar que con el secreto bancario a cal y canto fue protegido por todos los partidos, incluyendo el astorismo. Por eso, fuimos a la lista "negra" de OCDE y la UE con consecuencias reputacionales y económicas negativas.
Dicho esto, mea culpa, cuando en 2003 ideamos el impuesto a la renta semi-dual con Jerónimo Roca protegimos el secreto bancario (retención liberatoria en intereses sin identificar al beneficiario) porque la realidad financiera del país y la situación internacional eran otros. Pero el mundo cambió con la crisis bancaria occidental de 2008: hoy casi 150 países intercambian información, y más de 100, incluido Uruguay, en forma automática y se avanza hacia otras áreas como criptoactivos o inmuebles. Este fue un gran logro de coordinación internacional liderado por la OCDE. Adicionalmente, tiene otros elementos como el conocimiento del beneficiario de la propiedad, que es fundamental para combatir el narcotráfico, corrupción, terrorismo y lavado de activos.

¿Está de acuerdo con introducir modificaciones al secreto bancario para permitir que la DGI solicite información financiera directamente a los bancos?

Creo que hay que levantar el secreto bancario, pero coincido con quienes proponen que haya un debido proceso. La OCDE propone que no se informe, que no se comunique en el pedido que se está investigando. No estoy de acuerdo (y soy miembro del comité asesor desde la fundación del Foro Global). Me parecen muy positivas las negociaciones que buscan ajustar el texto, para balancear el control de la evasión con la protección de la privacidad.

¿Y sobre las modificaciones en las rentas de capital del exterior que quedarán gravadas por IRPF, cuál es su opinión?

Es lógico readecuar ese impuesto, pero hay que hacerlo con mucho cuidado. En primer lugar, hay que considerar a aquellos que invirtieron con base en esas reglas de juego. Pero también se debe entender que el mundo cambió y que tampoco tiene lógica económica premiar a quien tiene el dinero afuera sobre el que lo tiene invertido dentro del país. En definitiva, la igualdad de trato de todas las rentas, internas y externas, debe ser el principio rector, y más en un país con bajísima inversión como Uruguay. Un remedio parcial fue diseñado por dos tributaristas costarricenses, y así lo publicamos en 2010, usando como momento para gravar la repatriación.

Tanto cambió el mundo que hoy, desde OCDE, se entiende que es necesario establecer un Impuesto mínimo global a la renta de las empresas. ¿Está de acuerdo en que Uruguay lo adopte?

Lo que plantea el gobierno uruguayo tiene lógica. Se va a aplicar para empresas con ventas mínimas de 750 millones de dólares para que paguen algo. Y se crea el sistema de poder cobrarle 15% a las empresas que no pagan nada, porque si no, ese 15% lo va a cobrar la administración tributaria del país de la casa matriz. Sin embargo, a tenor de lo que se debate en las reuniones de Pilar 2 de OCDE donde participo, concluyo que este tema se tiene que analizar con cuidado.
El primer problema que tiene esta propuesta del Gobierno es que se está creando un sistema de imposición nuevo que viola la equidad de tratamiento, porque de hecho se crean diferencias entre empresas internacionales, locales y regionales. Es decir, una empresa nacional o regional puede tener un gran porcentaje del mercado y no verse afectada por esta medida, porque vende 300 millones de euros y seguramente, tiene las mismas posibilidades de elusión que las super grandes. El segundo punto que no se resolvió es el relativo a los incentivos que ya están comprometidos. Se podía haber planteado otorgar un período, digamos 5 años, para adaptarse progresivamente al mínimo global.
Eso llevó a que algunos países importantes, como China, India, Estados Unidos, no entraran en el sistema. Estados Unidos tiene su sistema, el "Guilty" que fue pionero de la idea (reforma Trump de 2017) y también tiene un impuesto mínimo para las megaempresas (el CAMT, reforma Biden de 2022). EE. UU. va a aplicar el Pilar II, sí, pero de manera muy diferente. Porque no lo aplica por país, sino conjuntamente. Entonces, vamos a depender de Estados Unidos para saber que le corresponde pagar a la empresa por cada jurisdicción.

Y en ese contexto, ¿dónde nos ubicamos?

Estamos entre la espada y la pared; la solución no es fácil, porque con algunos podemos perder recaudación, y con otros va a ser complejo aplicar el mínimo global.
No descarto alguna negociación con algún país o empresa muy importante, pero quizás tengamos que desensillar, por un año o dos, hasta que aclare. En el largo plazo, dada la peligrosa situación fiscal, tanto de los países en desarrollo como los desarrollados, se tendrá que buscar un mínimo sobre la renta empresa porque recauda menos 8% de los ingresos. Esto es un problema de suficiencia global, no exclusivo de Uruguay.

Desde el Ministerio de Economía se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de hacer modificaciones a la aplicación del IVA, aunque luego se postergó cualquier modificación. Usted ha propuesto el IVA-P, que se incluyó en la reciente reforma de Brasil en la que asesoró.

El problema del IVA es que grava el consumo, donde los pobres consumen más de su ingreso que los ricos, es regresivo. ¿Qué busca el IVA-P? La solución "universal", como atrevidamente la bautizamos, consistió en considerar quién consume qué: si todos los pobres consumen licor, debería exonerarse el licor. Si el consumo de caviar está en los ricos, gravamos el caviar. Se va buscando acomodar en el tiempo la carga por la vía de exoneraciones o tasas diferenciales.
Si el ingreso está concentrado, el consumo también lo estará. Entonces cada vez que "perdonamos" con una baja tributaria indiscriminada, universal, favorecemos mayormente a los más pudientes. Nuestra alternativa, el IVA-P, es tender a generalizar la base y unificar la tasa de IVA, pero compensar a las familias pobres o a sectores específicos.

¿Cómo se compensa?

Hay varios tipos de compensación que lo permiten los adelantos tecnológicos desde la factura electrónica a los medios de pago, como billeteras, tarjetas, muchos que no existían hace más de 15 años cuando ideamos el IVA-P con Bes y Roca. No es una renta universal ni un plan, es una compensación, es decir sustituimos perdones fiscales generales por gasto focalizado que es mucho más eficiente para mitigar la regresividad.
Primero, hay que focalizarse en los deciles de menores ingresos, familias con niños, ancianos de bajos ingresos, con límites prefijados. En el futuro, si tenemos el sistema afiatado, teniendo la factura electrónica que identifica al comprador y al vendedor puede extenderse a otros grupos como ser personas con discapacidad o por ejemplo, si tenemos problemas de diferenciales de precios en frontera o los afectados por una sequía podemos morigerar su impacto con las devoluciones.
El IVA-P permite, ganar recaudación y redistribuirla (parcialmente) focalizando su devolución. Además, se simplifica la administración, inclusive la del contribuyente, utilizando medios electrónicos.

Es un impuesto clave dentro de la reforma tributaria brasileña.

Si, es uno de los puntos importantes de la reforma. Varios países lo están considerando y usando transferencias. Uruguay ha innovado antes en IVA. En 1988 integré, y aprendí muchísimo, el equipo liderado por el Cr. Ricardo Zerbino, cuando introdujo el "IVA en suspenso" en la modernización de la tributación al agro, un lustro antes que el mercado común europeo lo aplicara a las exportaciones.

Las modificaciones impositivas que repasamos son parte del proyecto de Presupuesto. ¿Cómo ve la propuesta quinquenal en su conjunto?

Estos son cambios puntuales exclusivos de tributación. Desde el fin del ciclo alcista de commodities, el aumento de las tasas de interés, la creciente inestabilidad regional y mundial y un atraso cambiario persistente, el país ha tomado un rumbo fiscal tan parsimonioso como peligroso. Crecimos a un promedio cercano al 1%, con una inversión privada bajísima, a punta de proveerles hasta infraestructura como en las pasteras, contra con un déficit público crónico superior al 4% del PIB y una deuda bruta rondando el 70%. Esta trayectoria va a resultar en un quiebre fiscal que podemos evitar con correcciones de buena calidad en ingresos y gastos.
Además, nuestra inserción comercial se trancó hace 3 décadas y nuestro pequeño mercado está mal regulado, en exceso en ciertas áreas, pero inexistente ante los oligopolios privados y públicos, y para mal, invirtiendo poquísimo en I+D+i, tan solo 0,65% del PIB. Sumémosle, un futuro demográfico envejecido pese a que un 20% de la población emigró durante las dos últimas generaciones, una natalidad debajo de reposición y que un tercio de los infantes está en la pobreza y casi el 20% de los jóvenes también. De mal en peor, éstos tienen desempleo altísimo, 25%, y los graduamos "flexibilizando" de secundaria, menos de 6 de cada 10 (y mucho menos de los pobres) al tiempo que la IA sustituirá trabajos repetitivos, los de menor capacitación. Corolario: no habrá esperanza de bienestar para los orientales.
La hacienda pública es lo único que la sociedad puede "controlar". Debemos "aggiornar" integralmente la tributación, pero sobre todo del gasto. El presupuesto quinquenal "aluvional" no es un instrumento adecuado. Reformas en gasto por sector basadas en resultados y sobre base cero son perentorias. El pacto fiscal siempre es político y es consecuencia de un objetivo común superior: el futuro de nuestra convivencia democrática. Este espíritu es nuestra ventaja comparativa y creo prevalece en los principales de los equipos económicos que conozco. Ojalá mi diagnóstico sea equivocado y, si no lo es, que prime la racionalidad sobre la grieta.
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