La institución reunió a empresas, educadores y organismos públicos para reflexionar sobre el futuro de la formación técnica y su necesidad de actualización permanente.
El pasado 30 de octubre, en una jornada de intercambio y reflexión, Talleres Don Bosco abrió sus puertas a estudiantes, egresados, representantes del sector productivo y autoridades para pensar juntos las "Perspectivas de la formación técnico-profesional en tiempos de innovación".
El encuentro, que combinó mesas de diálogo y exposiciones, reafirmó el papel clave que tiene la educación técnica en un país que busca responder a los desafíos del futuro con formación, trabajo y valores.
La apertura estuvo a cargo del padre Sebastián Ferreyra, director de Talleres Don Bosco, quien recordó que la institución con más de 130 años de historia nació con una convicción que aún mantiene: "La educación técnica, cuando se vive desde la confianza y la calidad humana, transforma la vida y abre al futuro".
En su intervención, el padre Ferreyra relató la historia de un exalumno que llevó a un joven en situación de vulnerabilidad a la institución. "Le dijo: 'aprovechá esta oportunidad, porque probablemente sea la más grande de tu vida. Talleres Don Bosco no solo te va a dar un oficio, te va a dar algo para toda la vida'". Esa anécdota, dijo, resume el espíritu salesiano que guía a Don Bosco: formar para el trabajo, pero, sobre todo, formar para la vida.
Ferreyra subrayó que el centro siempre estuvo marcado por el cambio: "La inteligencia artificial, la electromovilidad, las energías renovables o la automatización nos desafían y nos entusiasman, porque el cambio ha sido siempre parte del ADN de esta institución".
Desde el año 2000, adoptó un modelo educativo basado en competencias. Además, a partir de 2026, todos los egresados obtendrán el título de bachiller, lo que permitirá continuar estudios terciarios y fortalecer la formación permanente. "Formamos personas capaces de aprender toda la vida, de resolver problemas y de adaptarse con criterio ético y responsabilidad", señaló.
Por otro lado, contó que el 98% de los jóvenes que pasan por el programa de intermediación laboral de la organización consigue empleo. "No solo por su saber técnico agregó, sino por su modo de ser y de trabajar: comprometidos, respetuosos, responsables, acostumbrados a ambientes colaborativos y exigentes".
En el primer panel de la jornada, dedicado a las oportunidades formativas y a las necesidades del mercado laboral, Jhonny Hernández Rey, gerente de Planificación y Desarrollo de INEFOP, destacó que la formación profesional debe concebirse como un derecho y un proceso continuo: "La formación hoy no prepara solo para el trabajo, sino para transformar el trabajo. Hay que prepararse, y reprepararse toda la vida".
Desde su experiencia, José María Caballero, encargado de Cursos Cortos de Talleres Don Bosco, coincidió: "La formación es para toda la vida. Hay que seguir actualizándose. Talleres lo hace con sus egresados, ofreciendo propuestas de profundización y adaptación a los cambios del sector productivo". Caballero contó que, cuando los exalumnos comenzaron a recibir autos híbridos en sus talleres, por ejemplo, y no sabían cómo repararlos, la institución respondió creando nuevos programas de formación: "Supimos que teníamos que transformar a los mecánicos tradicionales. Cerramos sectores que habían cumplido su ciclo, como el de imprenta, y abrimos otros, como el de electrónica. La clave está en atender la singularidad de cada joven".
El intercambio entre los expertos dejó en claro que la educación técnica es una herramienta de equidad y movilidad social, y que su fortaleza está en el vínculo entre la educación, las empresas y el Estado.
La segunda parte del encuentro estuvo dedicada a los nuevos escenarios de la innovación aplicada a las formaciones técnicas. Los presentes se dividieron entre dos paneles, de acuerdo con sus preferencias.
En el panel sobre movilidad eléctrica, realizado en el aula taller de mecánica automotriz, referentes del Ministerio de Industria Energía y Minería, de dirección nacional de Energía, así como de, ABB, BYD-Sadar y UTEC, analizaron el crecimiento del parque vehicular eléctrico en Uruguay, la demanda de perfiles técnicos actualizados y los desafíos de infraestructura y capacitación. Las empresas coincidieron en que la transición energética ya es una realidad y que el talento técnico será un diferencial competitivo en los próximos años. En otro panel, en tanto, dedicado a la madera y su industrialización en clave de sostenibilidad, el presidente de Adimau - Asociación de Industriales de la Madera y Afines del Uruguay- y de la empresa Ñandé destacaron el cambio de paradigma en el uso del material, su creciente industrialización y su potencial en el diseño y la construcción.
Con una mirada puesta en el futuro, el padre Ferreyra cerró el encuentro recordando que la innovación tecnológica y la innovación humana deben avanzar juntas. "El futuro se construye con trabajo bien hecho y corazón puesto en el servicio", dijo.