Se alarga el trencito
Se siguen descompletando las figuras del pesebre del palacio presidencial
Se siguen descompletando las figuras del pesebre del palacio presidencial. Es grave lo que está pasando en este país, en el que explotan a diario aquí y allí no solo los petardos de los violentos sino los escándalos de corrupción. Es muy grave que dos exministros, nada menos que del Interior, Luis Fernando Velasco, hombre de larga trayectoria política, y de Hacienda, Ricardo Bonilla, que pinta canas, no cana, como para hacer de Papá Noel, en lugar de estar en la tranquilidad del deber cumplido y haciendo maletas para darle la vuelta a la manzana, las estén haciendo para darse una vuelta por la cárcel, de pronto en balcón vecino con los expresidentes de Senado Iván Name y de la Cámara de Representantes Andrés Calle, acusados de recibir soborno. Triste. Por ahora no han sido vencidos en juicio, pero este país espera que haya justicia clara y pronta, que se sepa la verdad, nada más que la verdad. Pero el mensaje, de una nación en la que a los exministros no les llegan tarjetas de Navidad sino órdenes de captura, es serio y muy desalentador. Porque son dos figuras del Gobierno del cambio, que enarboló la bandera de la anticorrupción; son dos hombres de la entraña del poder, cercanos al Presidente, acusados de concierto para delinquir, cohecho por dar u ofrecer e interés indebido en la celebración de contratos. Esto es lo que dijo el Tribunal de Bogotá, que los relaciona con el multimillonario saqueo de la UNGRD. "Todo responde a una misma lógica instrumental orientada a asegurar gobernabilidad mediante el uso de recursos públicos y la incidencia ilegítima sobre el Legislativo". O sea, Navidad, dulce Navidad, para comprar las reformas con la platica de las emergencias, de las obras para la gente en penurias, o necesitadas de agua potable. Cositas así. Hechos por los que también están presos Olmedo López y Sneyder Pinilla. Sin olvidar varios frentes corruptos más. Y da ira e intenso dolor de patria, y de plata, que mientras a estos exministros les cayó "la gota fría" y pasarán Navidad junto al árbol judicial, Carlos Ramón González, exdirector del Dapre, exjefe del gabinete, prófugo de la justicia y también acusado de la defraudación de la UNGRD, reaparezca, pero en como aquella canción, no estaba preso, andaba de parranda. Pues se le vio en plena parranda vallenata -ay, hombe- haciendo el trencito, al lado, entre otros, del encargado de negocios de Colombia en Nicaragua, Óscar Iván Muñoz, en la llamada Noche Vallenata, en el Teatro Nacional Rubén Darío de Managua. Rubén Darío es el gran poeta que cantó: "La princesa está triste… ¿qué tendrá la princesa?". Es que el baile en Managua se sintió como ofensa, mi querida princesa. Es una burla al país y a la justicia que un prófugo ande en alegre fiesta, al parecer patrocinada por los representantes del Estado, que movían de lo lindo su cuerpo diplomático. ¿Si lo de la UNGRD ya es un carrusel, para qué hacer el trencito? Y no se sabe qué vallenatos sonaron. Esperemos que no hayan cantado La custodia de Badillo, del inolvidable Rafael Escalona. Cómo sería ese coro: "se la llevaron, se la llevaron, se la llevaron, ya se perdió… Lo que pasa es que la tiene un ratero honrado, lo que ocurre es que un honrado se la robó". Y juepa, juepita, juepota. No prejuzgo, pero parece que en este país hay una parranda pero de rateros honrados que bailan pechito con pechito y pesito con pesito, y que arman su "conjunto" en el que así no toquen acordeón, sí hacen sonar la caja, pero la caja fuerte. Todo indica que el trencito ya es largo. La custodia de Badillo, que es el presupuesto, "se lo llevaron, se lo llevaron, se lo llevaron ya se perdió". Lo tiene un ratero honrado. Pero, jueces y magistrados, aquí no se puede imponer el ritmo de la impunidad. Parodiando el editorial de este diario, lo importante es que la justicia se meta al baile y apure el paso. Juepa, juez. luioch@eltiempo.com
El Arca de Noé
Luis Noé Ochoa