Domingo, 21 de Diciembre de 2025

Las fiestas tradicionales

UruguayEl País, Uruguay 21 de diciembre de 2025

El sentido religioso es algo sobre lo cual la mayoría de nuestros conciudadanos no tiene ni idea.

Ya que andamos por esos vecindarios del almanaque preguntémonos qué significado real puede tener la Navidad para la mayoría de los uruguayos. La Navidad es una festividad que se ubica el 25 de diciembre y constituye un período febril en el cual la gente intercambia regalos, tira cohetes, abarrota tiendas y supermercados, come y bebe cosas que no acostumbra a consumir el resto del año y traba contacto con una serie de personajes insólitos como Papa Noel, Santa Klaus y los renos. El sentido religioso -único origen y contenido apropiado de la fiesta de Navidad- es algo sobre lo cual la mayoría de nuestros conciudadanos no tiene ni idea.

Nadie duda que la Navidad ha perdido su sentido religioso. En el plano nacional fue convertida en fiesta profana por José Batlle y Ordóñez y a nivel internacional lo fue por obra de los comerciantes. ¿De qué manera podría vincular el uruguayo medio eso que ve y vive cada 25 de diciembre con aquello que ha marcado de forma tan profunda y decisiva la civilización de la cual él es parte, es decir, la civilización occidental? El período colonial no supuso, para nuestro país, un trasiego tan marcado de las tradiciones y de las instituciones católicas desde la Madre Patria como el que tuvo lugar en otros lugares. Lo poco que de tradición católica se embarcó para estas bandas se fue diluyendo en el viaje y en la aclimatación, no como resultado de arduos análisis y crisis de conciencia, sino sin ruido ni tragedia, como un pañuelo que se cae del bolsillo. De no haber sido así a Don Pepe le habría costado más.

Cualquier sociólogo sabe que, si va a estudiar un país dotado de fuerte y cultivada tradición religiosa, es en esa dimensión donde encontrará respuestas referidas a cómo es ese pueblo. ¿Sería lógico pensar que la situación opuesta, es decir, la ausencia de lo religioso en general y de lo cristiano específico, no haya de constituir un elemento importante para quien quiera entender este otro país? Distintos serán los monumentos, otros los códigos, diferentes las canciones, los sentimientos colectivos y las formas asociativas de una sociedad y de la otra. La sociedad que se formó en estas costas no tiene una marca religiosa fuerte.

La ignorancia es un tropiezo: precipita por un lado hacia el rechazo y por el otro induce a la superstición. El cristianismo desconcierta: pone las cosas patas arriba. El ser humano tiende naturalmente a ubicar sus divinidades en un plano superior: el lugar donde buscar a los dioses es allá arriba en la altura inaccesible. El cristianismo, en cambio, dice que Dios se desplazó para acá, es ciudadano de Belén, su dirección no es el palacio sino el pesebre y es el hijo de un tal José, de profesión carpintero. El cristianismo dice que el lugar del encuentro con Dios no es el templo sino el prójimo ("si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas que has ofendido a tu hermano, ve primero a reconciliarte con tu hermano y recién después lleva tu ofrenda", dice el Evangelio según Juan y Pablo en Corinto: "mientras los judíos piden milagros y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado que es escándalo para los judíos, necedad para los gentiles pero fuerza y sabiduría de Dios para los llamados, lo mismo judíos que griegos". Me hago cargo que entender bien esto presenta alguna dificultad; con el acompañamiento de "Jingle Bells" resulta imposible.

¡Feliz Navidad!



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