Lunes, 29 de Diciembre de 2025

Unidad no es simplemente una consulta

ColombiaEl Tiempo, Colombia 29 de diciembre de 2025

La unidad política no puede reducirse a un trámite electoral ni a la simple coincidencia en una consulta

La unidad política no puede reducirse a un trámite electoral ni a la simple coincidencia en una consulta. Es, ante todo, una convicción profunda de responsabilidad con el país. Durante meses consideré la posibilidad de participar en una consulta que permitiera unificar un equipo con conocimiento del Estado, experiencia, integridad y verdadera vocación de servicio hacia los colombianos. Las conversaciones con más de una docena de precandidatos mostraron preocupación genuina por el futuro y la conciencia de que el 7 de agosto de 2026 comienza una tarea monumental de reconstrucción institucional, económica y ética. Hubo voluntad de encuentro. Se plantearon coaliciones, se fijaron fechas, se habló de recorrer el país juntos para presentar ideas comunes. Sin embargo, la dificultad para coordinar agendas y el énfasis en la recolección de firmas fueron diluyendo la posibilidad de un anuncio oportuno. El tiempo pasó sin que se consolidara una señal clara de unión. Siguieron apareciendo precandidaturas y mensajes dispersos, mientras se desdibujaba la oportunidad de ofrecer al país un equipo coherente y solidario, capaz de inspirar confianza y esperanza. La unidad exige mucho más que aspiraciones personales. Supone hacer explícitos principios mínimos y compartir propuestas que conecten con los ciudadanos, para devolverles confianza y convocarlos a un proyecto colectivo. Siempre creí necesario presentar un manifiesto básico, una oferta clara sobre por qué estar juntos tenía sentido para Colombia. Esa oportunidad no maduró. En paralelo, el mecanismo de las firmas terminó desnaturalizado, convertido en una competencia de más de 80 precandidatos y, en algunos casos, incluso en un servicio ofrecido como mercancía, vaciando de contenido un ejercicio que había sido expresión auténtica de respaldo a candidaturas de opinión. La invitación planteada por los expresidentes Gaviria y Uribe para participar en una consulta interpartidista parecía abrir un camino de grandeza: recorrer el país, confrontar ideas, proponer desde la experiencia y construir una candidatura de unidad con aval interpartidista. También esa opción terminó marchitándose el pasado 22 de diciembre. Pese a ello, queda un grupo de candidatos que todavía habla de unión. Ojalá surja de allí un manifiesto serio de principios y compromisos comunes con el electorado. La política colombiana atraviesa una crisis profunda. Los partidos tradicionales carecen de candidaturas sólidas y la mayoría de aspirantes carece de organización nacional y estructura territorial. Sin partidos fortalecidos es difícil garantizar gobernabilidad o emprender las reformas que el país necesita. La unidad real demanda organización, disciplina, liderazgo y la decisión de impulsar la reforma política pospuesta durante décadas para dignificar la actividad pública. La consulta o cuasiprimaria que hicimos en el 2018 deja lecciones claras: frente al riesgo mayor, la renuncia a ambiciones individuales permitió construir una opción competitiva que en diciembre de 2017 parecía inviable. Hubo propuestas, estructura y priorizamos a Colombia. Hoy, el desafío se repite. El país enfrenta incertidumbre, polarización y desconfianza. La respuesta no puede ser la fragmentación. Unidad no es unanimidad ni ausencia de debate. Significa converger en lo fundamental: defensa de la democracia, fortalecimiento institucional, respeto por la ley, inversión para lograr crecimiento económico, empleos y la construcción de un rumbo compartido. Es elegir el largo plazo sobre cálculos cortoplacistas, el servicio sobre la vanidad, la grandeza histórica sobre la coyuntura. Colombia necesita unirse no solo para ganar una elección, sino para encontrar un proyecto nacional que convoque, incluya y eleve. Trabajar por la unidad verdadera es una tarea moral que requiere carácter, humildad, sentido de patria y los pies mirando al futuro de la historia. Solo así evitaremos retrocesos, cerraremos heridas y abriremos un horizonte de esperanza y confianza para las próximas generaciones.
Lo necesita Colombia
Marta Lucía Ramírez
Trabajar por la unidad verdadera es una tarea moral que requiere carácter, humildad, sentido de patria y los pies mirando al futuro de la historia.
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