La revisión de los datos del PIB mostró recesión técnica en 2023
Una de las preguntas que ha surgido en el contexto económico que vive el país por estos meses, en los que la desaceleración no da tregua y que, en general, acapara la atención de los analistas y centros de estudio, tiene que ver con qué tan cerca está el país de un escenario de recesión y si esta será tan grave como en otros países
Una de las preguntas que ha surgido en el contexto económico que vive el país por estos meses, en los que la desaceleración no da tregua y que, en general, acapara la atención de los analistas y centros de estudio, tiene que ver con qué tan cerca está el país de un escenario de recesión y si esta será tan grave como en otros países. Un Producto Interno Bruto creciendo por debajo del 1% durante más de un año, sectores importantes en rojo desde hace un buen tiempo y la caída estrepitosa de la inversión, que sólo para el primer trimestre de este año fue del 13,4%, afectada principalmente por el momento que pasa la industria, son parte del panorama poco alentador en este momento. No obstante, en los datos que se conocieron esta semana hay dos que confirman que la tan temida recesión llegó y se fue, por lo menos desde lo técnico, y que esto sucedió durante el segundo semestre del año pasado, que para muchos fue el peor momento de una desaceleración económica para la que todavía no se presenta un plan de reactivación. Al revisar el resultado de la tasa de crecimiento trimestral en volumen, en su serie ajustada por efecto estacional y calendario, se aprecia que el PIB para el segundo trimestre del 2023 varió un -0,7% y si bien se recuperó ligeramente para el tercero, quedó retrocedió 0,4%; cumpliéndose así dos trimestres seguidos en terreno negativo. Este análisis lo hizo Julián Parra Polanía, investigador económico, quien en sus redes sociales destacó que si bien esto es un dato preocupante, no hay que pasar por alto que los datos se ajustan constantemente, por lo que en el reporte de agosto podría tener cambios. Ahora bien, si esto se contrasta con lo dicho por el presidente del Centro de Estudios Económicos Anif, José Ignacio López, quien advierte que si se descuenta el impulso del sector público en la dinámica económica, los registros dejan en evidencia que el país lleva más de un año en terreno negativo. "La economía colombiana creció 0,7% anual durante el 1T2024. Sin administración pública la cifra es de -0,1%. Ya son tres trimestres con cifras anuales negativas para el sector privado. La cifra del 0,7% no fue sorpresiva, pero refleja el contexto de bajo crecimiento y la necesidad de impulsar medidas de reactivación", explicó. Anif también ha dicho que si bien el primer trimestre tenía un buen augurio, después de los datos del ISE año corrido a febrero (con una variación de 2,2%), el buen desempeño se vio opacado por la contracción de marzo (-1,5%), que contrarrestó la dinámica positiva del trimestre en 0,5 puntos. En este punto también hay que mirar la influencia del agro. El investigador económico Diego Montañez, de la Universidad Eafit, plantea que además de la administración pública, están las actividades primarias, las cuales se sumaron al trabajo del Gobierno para evitar que el desempeño fuera peor, razón por la cual, si se descuenta, el crecimiento hubiera sido nulo o la variación negativa. "El PIB se calcula desde la oferta y la demanda, al excluir el agro y la administración pública se aprecia que hay recesión desde la oferta. Por el lado de la demanda, al considerar la demanda interna (consumo de Gobierno, hogares e inversión), llevamos cinco trimestres consecutivos de caída, que es igual a recesión en este escenario", dijo. ¿Por qué está pasando? Una de las razones por la que esto sucede, además de la caída tan abrupta de la inversión, la explica el exdirector del Dane, Juan Daniel Oviedo, quien resalta que los cambios tributarios están pasando factura, más aún en momentos en los que la economía está avanzando en cámara lenta. "Cuando en una economía el recaudo de impuestos sobre la producción crece casi tres veces más rápido que la capacidad de generación de riqueza, no es un sistema económico basado en el carbón y el petróleo el que muere", explicó Oviedo. Pese a estos análisis, para el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, el país está lejos de un escenario de recesión tras los datos del PIB en el arranque de este año. Este funcionario incluso se arriesgó a elevar sus proyecciones de crecimiento económico para el 2024. "Por tercer trimestre consecutivo, el país tiene senda positiva de crecimiento y se alejó del fantasma de la recesión. Crecimos al 0,7% analizado sin desestacionalizar y al 0,9% desestacionalizado. En el primer trimestre del 2024 crecimos al 1,1%. Los sectores que más han dinamizado la economía en el último año son agricultura, electricidad, administración pública y actividades culturales", dijo el funcionario. En esto hay que tener presente que las expectativas de inflación se redujeron marginalmente en dos puntos básicos a 7,14% anual en mayo frente a la inflación de abril (7,16%), según la encuesta a analistas económicos del Banco de la República. Es decir, la mayoría de los analistas estiman que se mantendrá la inflación de precios al consumidor y esto jugaría en contra de la economía. No hay que obviar que la expectativa de inflación a diciembre aumentó marginalmente frente a la encuesta de marzo al pasar de 5,6% a 5,62%, sin embargo, es aún superior al rango meta del Banco de la República (del 2% al 4%). Según la encuesta, la mayoría de los analistas económicos (36,8%) espera que la Junta Directiva del Emisor lleve la tasa de interés de intervención a 8,50% (actualmente es de 11,75%) para diciembre de 2024. Es aquí donde los expertos recuerdan que cuando las expectativas de inflación no caen rápido los bancos centrales tienen menos credibilidad de que con su política podrá reducirse la inflación, por lo cual es menos probable una reducción más rápida de la tasa de interés.