Sábado, 15 de Marzo de 2025

Tareas que no se ven

UruguayEl País, Uruguay 15 de marzo de 2025

Bordaberry tocó un nervio sensible con su propuesta. Pero muestra una visión "montevideanizada" de la función de un legislador.

Una propuesta de apariencia simple y aplicación fácil, despertó una controversia que obligó a pensar y conocer la real naturaleza de aquello que se quiso cambiar.

Eso provocó el senador Pedro Bordaberry al proponer que el Senado sesionara todas las semanas del mes y no solo durante una parte como ocurre ahora. La idea parecía sensata, sin embargo generó revuelo. En las redes, estimuló a los "antipolítica" y no porque Bordaberry los incitara, nada más lejos de ello, sino por ser gente que salta ante la primera oportunidad para desparramar su odio, su rabia y a veces, su ignorancia.

Sus argumentos son los habituales. Que diputados y senadores no sirven para nada, que viven a costas del pueblo, no trabajan, ganan un dineral y por lo tanto, si tanto les gusta ser políticos que hagan su tarea gratis.

Hay legisladores que no trabajan, es cierto, pero la generalización es injusta y deja mal parada a una institución que cumple un rol fundamental en la estabilidad democrática del país.

Estas acusaciones pecan de desconocimiento y habría que recordar que la última vez que se generalizó una crítica masiva contra el prestigio de los políticos, ayudó a que los militares dieran su golpe de Estado e instalaran una dictadura que duró 12 años. El hobby de agraviar políticos no es gratis.

Eso no quiere decir que el Parlamento deba hacer oídos sordos a esos enojos. A veces su necesario rol no es debidamente difundido y propuestas como la de Bordaberry parecen buenas (aunque no siempre lo son) para mejorar la imagen de ese otro poder del Estado, independiente e imprescindible.

Su idea es sencilla: que el período de sesiones ordinarias sea desde el 1° al 31 de cada mes.

En ambas cámaras, las sesiones ordinarias son del 1° al 18 de cada mes aunque eso no incluye los llamados a sesiones extraordinarias ni al trabajo, normalmente muy intenso, de las comisiones. "La propuesta es trabajar como trabajan todos los uruguayos", argumentó el senador.

La reacción, por lo general contraria, fue inmediata y saludable en la medida que ayudó a entender mejor el trabajo parlamentario y ver aspectos no tan conocidos de la tarea cumplida por los legisladores, que va más allá de lo que sucede en el hemiciclo.

Que haya un receso bien marcado entre los períodos de sesiones, no es un invento uruguayo. Funciona en todos los parlamentos del mundo y a veces son notoriamente más largos que los de acá.

Esto tiene una explicación que en el muy montevideano Uruguay, no siempre se entiende. Los parlamentos sesionan en la capital de un país, pero están compuestos por diputados que en su mayoría ni viven ni tienen domicilio ahí.

Fueron elegidos para representar a sus respectivos distritos, algunos muy lejos de la capital. Hay países que cuentan con apartamentos monoambientes, con las comodidades básicas, para alojar a los legisladores cuando deben participar en las sesiones. Cómodos y austeros, sí, pero no son sus hogares.

En la cámara baja uruguaya (y con números similares en el Senado), la mitad de los diputados representan a sus respectivos departamentos y no a Montevideo.

La idea de sesionar hasta el 18 de cada mes permite a esos legisladores retornar a sus comarcas para seguir interactuando con la gente que los votó o en el caso de los senadores, recorrer el país dado que su representación es nacional: reunirse con asociaciones civiles, con las gremiales rurales, empresariales o sindicales, con grupos de interés, con sectores de la cultura y más que nada con quienes los votaron.

No pueden cortar ese vínculo por el hecho de haberse "mudado" a la capital. Es una parte sustancial de la tarea legislativa. Una que no se ve ni tiene horario ni es mero "proselitismo" por cuanto en realidad, define lo que es la política como tal.

Un representante, un senador, debe escuchar a quienes lo votaron y al resto de los habitantes de la región que representan. Debe liderar, debe conducir, por lo tanto, necesita estar.

A eso se suma el argumento de la senadora Graciela Bianchi quien coincidió "en líneas generales" con el planteo de Bordaberry, pero recordó que las comisiones bicamerales sí se reúnen durante todo el mes. Ellas son parte crucial en la lógica parlamentaria pues es donde el contralor al otro poder se cumple mejor y es donde el proceso legislativo se decanta con más rigor. Sin embargo siendo una tarea demandante, tiene poca visibilidad.

Bordaberry tocó un nervio sensible con su propuesta. Pero muestra una visión "montevideanizada" de la función de un legislador.

Pese a ello, ayudó a una saludable controversia que sirvió para conocer mejor la función del legislador, que actúa en muchos frentes y en un territorio más amplio, no siempre en el Palacio.

Senadores y diputados son tan humanos e imperfectos como cualquiera. Pero es necesario recordar que integran el cuerpo que vigila y controla a los otros poderes y que custodia y garantiza nuestras libertades. Por eso importa cuidarlo.
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela