Protestas en países asiáticos
De Kathmandú a Manila, pasando por Jakarta, una ola de protestas antipolíticos y anticorrupción toma forma en varios países asiáticos, amenazando seriamente sus sistemas de gobierno
De Kathmandú a Manila, pasando por Jakarta, una ola de protestas antipolíticos y anticorrupción toma forma en varios países asiáticos, amenazando seriamente sus sistemas de gobierno. Aunque las causas, los disparadores y los protagonistas son diferentes, el tema común a estas protestas es la gran indignación ante los profundos niveles de corrupción gubernamental, y las inequidades que los políticos encarnan, en tiempos de severo malestar de la población.
La primera manifestación se produjo en Indonesia, en reacción a la muerte de un chofer de moto atropellado por la policía. Este incidente derivó en una protesta generalizada contra el alto costo de vida y una declamada inequidad social. Como también contra los políticos, que venían de recibir un gran aumento en sus beneficios, con ingresos equivalentes a 30 veces el salario promedio. Esto llevó a graves enfrentamientos con la policía y a incendiar varios edificios gubernamentales. Pero también fueron llamativas las protestas en Filipinas. Ante severas inundaciones, se enfocaron en el poco impacto de los fondos para el control de inundaciones, socavados por funcionarios públicos a través de dudosos contratos con contratistas privados. La frase: "Nosotros nos hundimos en el agua de las inundaciones, y ellos se hunden en la plata que se robaron del pueblo", resume el reclamo.
Pero la más impactante fue la que se produjo en Nepal, donde hay muy pocas oportunidades laborales para los jóvenes, y existe una auténtica industria de la emigración juvenil. En este contexto, el gobierno prohibió el uso de 26 plataformas digitales (como WhatsApp, Youtube, Instagram, Facebook y X) por no haberse registrado en Nepal. Esta decisión, totalmente alejada de la realidad de los jóvenes, provocó dos reacciones. La primera fue una campaña digital contra los "Nepo Kids", los hijos de políticos que viven en forma extravagante, mostrando sus adquisiciones y viajes en redes sociales. La segunda fue una gigantesca manifestación pacífica de jóvenes estudiantes, que tomaron el nombre de "Generaciôn Z", y protestaron contra el alto nivel de corrupción estatal. El clima inicial era pacífico, y hasta se entonaba una canción muy positiva y aspiracional del rapero Balen —Balendra Shah—, actual alcalde de Kathmandú. Ante la masiva marcha, la policía usó primero balas de gomas y gas lacrimógeno, pero luego comenzó a disparar balas de verdad; mató a 20 jóvenes—algunos con uniforme escolar— y causó 300 heridos.
La reacción de los furiosos manifestanes durante el segundo día —con la acción de grupos extremos— fue aterradora. A pesar de un toque de queda, pero sin fuerzas policiales presentes, se quemaron las casas del primer ministro y de varios ministros y exministros. Muchos de ellos fueron rescatado en helicópteros. A su vez quemaron la sede del National Congress Party —que gobernaba junto al partido comunista—, el parlamento, varios ministerios, sedes judiciales y hoteles y supermercados ligados a políticos. Tambiên se liberó a más de 1000 presos de las cárceles en Nepal. En eventos de furia reminiscentes de la obra Germinal de Émile Zola, se vio a la esposa de un exprimer ministro morir a causa del incendio de su casa, y cómo pateaban y dejaban en paños menores al ministro de finanzas, quien tuvo que escapar por un río.
Los ánimos se calmaron al tercer día, pero quedan grandes desafíos por delante . Se implantó un toque de queda con militares en la calle. El primer ministro renunció, y los manifestantes presentaron nuevamente sus demandas innegociables: la renuncia del primer ministro y de gobernadores provinciales involucrados, la investigación de las muertes, y la elección de un gobierno provisional apoyado por los jóvenes. La formación de un gobierno provisional bajo una exministra de justicia contó con el apoyo del popular alcalde Balen. Así, los jóvenes de Nepal enfrentan el desafío planteado por el Mahatma Gandhi: "sé el cambio que deseas ver en este mundo".