La mesa está servida
La noticia de que Amazon decidió invertir en Rappi marca un antes y un después para el emprendimiento colombiano y latinoamericano
La noticia de que Amazon decidió invertir en Rappi marca un antes y un después para el emprendimiento colombiano y latinoamericano. Que una de las empresas más grandes del mundo, acostumbrada a desarrollar desde cero sus propias plataformas y a dominar con independencia cada segmento en el que participa, opte por asociarse con una compañía nacida en nuestra región se constituye un espaldarazo de enormes proporciones. El acuerdo -un pagaré convertible por US$25 millones con la posibilidad de alcanzar hasta un 12 % de participación accionaria en la compañía si se cumplen ciertos hitos- es apenas la puerta de entrada a lo que podría convertirse en una alianza capaz de sumar varios miles de millones de dólares en ingresos adicionales para Rappi y un sustancial incremento en su valoración de cara a una eventual salida a bolsa. El mensaje es inequívoco: Colombia tiene ‘startups’ que no sólo conquistan el mercado local, sino que despiertan el interés de gigantes globales, al tiempo que se han convertido un dinámico ecosistema generador de empleo y crecimiento, como lo muestran recientes cifras de la Andi. Según la Cámara de Emprendimiento y Aceleración Andi del Futuro, que agrupa a 410 empresas, en 2024 el ecosistema generó 9.000 empleos, de los cuales 80,41 % fueron por contratación directa y 19,59% de tipo indirecto. Una cifra que implicó un aumento del 21,8% frente a 2023, cuando se reportaron 7.391 empleos, con 88,56% de contratación directa y 11,44% indirecta. Amazon, que rara vez comparte la mesa, eligió a Rappi porque entiende que nadie conoce mejor el ecosistema latinoamericano de restaurantes, supermercados y ‘quick commerce’. En lugar de replicar un modelo propio, decidió respaldar a quienes ya llevan años entendiendo al consumidor regional, resolviendo las complejidades de la logística urbana y construyendo relaciones con miles de comercios aliados. Para Rappi, esto significa mucho más que capital: es validación estratégica, acceso a una vasta base de clientes nuevos y tecnología de punta. A corto plazo, la oportunidad de acelerar su transformación en la gran ‘superapp’ de América Latina. El efecto sobre el ecosistema es igual de potente. La inversión envía una señal clara a los mercados internacionales: en Colombia y en la región se están gestando compañías capaces de escalar globalmente. Lo demuestran historias recientes como la de Tecnoglass, listado en la NYSE, o la de Nubank, nacido en Brasil, pero con un cofundador colombiano y un mercado cada vez más robusto en nuestro país. Ahora, con Amazon sumándose a Rappi, la región entera gana visibilidad y confianza. Colombia debe leer este anuncio no solo como un motivo de orgullo, sino como una oportunidad histórica. Una ventaja para atraer más inversión extranjera, para consolidar su capital humano, para proyectarse como ‘hub’ de innovación y tecnología en América Latina. Si sabemos aprovechar este momento, podremos multiplicar los casos de éxito y fortalecer un ecosistema que ya demostró ser capaz de competir con los mejores. Rappi ha recorrido un camino lleno de aprendizajes, aciertos y tropiezos. Pero nadie puede negar su capacidad de aguante ni su ambición. Ahora, con Amazon en la mesa, ese recorrido encuentra un socio que puede catapultar a la compañía hacia una nueva liga. Durante años, los fundadores y su equipo han estado preparando el sancocho; hoy, con este espaldarazo, la mesa está servida, la campana sonará pronto.